Estoy de acuerdo en lo que usted escribió en su mensaje.socrates escribió:
Comparto personalmente su postura.
Ahora realizaría algunas reflexiones críticas:
- Un ateo o un agnóstico podrán decir que no tendemos hacia ningún infinito, sino que tenemos simples deseos humanos y que tal Bien es inexistente o desconocido.
- Luego podrán decir que la tendencia al Bien moral tiene otros fundamentos diferentes de lo que postulas como [alma racional], como ser cuestiones evolutivas o utilitaristas por ejemplo.
¿Cómo responderías?
En cuanto que el Bien no es infinito o es desconocido. La evidencia dice que siempre buscamos el bien. Es imposible querer algo que pensamos que es malo.
Algun bien particular que queramos, puede acarrear consigo algun mal. Pero lo queremos por lo bueno, no por lo malo. Un ladron quiere robar dinero, pero al robarlo se expone a ser encarcelado, que es un mal para el ladron. Pero el ladron decide robar, porque lo que considera que es bueno tener dinero, no porque quiera ser encarcelado.
Pero para esto, no es necesario que sepamos que algo es realmente bueno. Basta con que la voluntad aprehenda algo como bueno, para apetecerlo.
El bien es el ente apetecible, o en palabras de Aristoteles: " EL bien es lo que todos queremos".
Es tambien evidente que todos buscamos ser felices. El fin ultimo del hombre es ser feliz. Y nuestros actos y pensamientos se dirigen a ello.
La felicidad es la posesion del bien perfecto, del bien infinito.
Para que un bien sea perfecto, debe cumplir ciertos condicionamientos:
1.Que sea último (esto es, que no haya otro bien superior).
2.Que sea perfecto (esto es, que excluya todo mal de cualquier naturaleza).
3.Que sea plenamente saciante.
4.Que sea inamisible (que no se pueda perder).
EL dinero para el ladron que lo roba, es un bien finito, porque es un medio para conseguir otros bienes. Al ladron no lo hace feliz tener dinero, sino lo que consigue tienendolo.
No cumple con las condiciones para ser el bien perfecto, porque no es ultimo (sirve de medio para tener otros bienes), no excluye la maldad, pues a personas ricas les pasan cosas malas, no son plenamente saciantes, ya que fomentan la avaricia, el egoísmo y la inquietud espiritual; y porque no son inamisibles: pueden perderse con un revés de fortuna, y siempre se pierden a la muerte.
Los Bienes espirituales (personales-honor, y sociales- fama y gloria), y mixto (poder). no son últimos, ya que buscan el reconocimiento del mundo o su dominio (bien externo siempre inferior); porque no excluyen los males (no libran de otras penalidades, e incluso las acrecientan); porque no son plenamente saciantes, y estimulan la envidia y la ambición; y porque no son inamisibles, ya que se pueden perder- y de modo bien fácil- y en cualquier caso tras la muerte acaban cayendo en el olvido con el tiempo, y su huella se termina borrando
Los bienes internos tampoco procuran la felicidad.
Bienes corporales (salud). Porque no es última, ya que el alma es superior al cuerpo, que se haya subordinado a aquella; porque no excluye otros males (existen muchas dllsgracias en la vida pese a poseer perfecta salud); porque no es plenamente saciante, ya que el corazón del hombre anhela muchas otras cosas cuando posee salud; y porque no es inamisible: se pierde la salud, se marchita la belleza y decaen las fuerzas de la juventud hasta acabar en la debilidad de la ancianidad o la enfermedad, y la corrupción del cuerpo en la fosa.
Bienes mixtos o sensuales (el placer). Son propios de todo cuerpo animado. No reúnen las condiciones para procurar la felicidad. Nunca son fines en sí mismos, sino medios para alcanzar otros objetivos (nutrición, apareamiento, descanso) que simplemente sirven la conservación del individuo o la especie; no excluyen males, sino que de hecho pueden acarrearlos si no son satisfechos (enfermedades, dependencias físicas o psicológicas, actos malvados para obtenerlos, pensemos en la gula o la lujuria); no son plenamente saciantes, puesto que no pueden ser satisfechos definitivamente nunca; y no son inamisibles, puesto que de hecho son por definición caducos y efímeros las más de las veces.
Bienes espirituales (ciencia, que compete a la inteligencia, y virtud, que compete a la voluntad). Se tienen por bienes superiores a los anteriores, y lo son, pero no pueden procurar la felicidad. En cuanto a la ciencia, porque no es el fin último, ya que afecta a una sola de las potencias del alma, dejando insatisfechos los anhelos más profundos del hombre; porque no es perfecto (los sabios también sufren desgracias); porque no sacian el corazón, ya que cada nuevo conocimiento prueba lo hondo de nuestra ignorancia (el más sabio es el que dice con Sócrates “sólo sé que no sé nada”); y porque no es imposible de perder (pensemos en un deterioro de las capacidades intelectuales). En cuanto a la virtud, porque no puede ser última en este mundo (es imposible mantener perfectamente siempre la virtud); no es perfecta, pues ha de combatir continuamente con la concupiscencia (la inclinación natural del hombre al mal); no es plenamente saciante, pues la mera virtud enseña al hombre a aspirar al Bien supremo e infinito que evita las anteriores dificultades; no es imposible perderla, y de hecho es lo habitual en multitud de ocasiones durante nuestra vida. No obstante, la practica de la virtud es el bien mas superior en este mundo.
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Saludos.