Manuel B. escribió: Pero es que, a continuación, tú también te metes en elucubraciones bizantinas. No importa tanto si existe el libre albedrío o no. Lo importante es la inferencia que supuestamente se desprende de su existencia, tal como es la responsabilidad y, sobre todo, la culpabilidad. Ese es el verdadero "quid" de la cuestión.
La hipotética existencia del LA no demuestra la culpabilidad del ser humano, ni mucho menos. Dicha culpabilidad es un constructo humano heredado de generación en generación y por evolución cultural.
Mientras que el determinismo exculparía por completo al hombre, no sucede lo contrario en el caso de que exista el LA. La culpabilidad no sale ni surge de ninguna capacidad especial ni puede derivarse de ella. Por todo ello, no hace falta que se demuestre el determinismo, sino que se demuestre que sin él el hombre es culpable, algo que nadie podrá demostrar.
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Alejandro Javier:
Depende de las facultades que tengan los seres vivos, así será sus conductas; las cuales, da igual que sean cuantitativa, cualitativa y abismalmente distintas (desde un vegetal a un ser humano).
Las ciencias en este tema sabe lo mismo que la filosofía, la psicología y todos los demás seres humanos: nada. Nadie sabe cómo son los sucesos que se producen en el universo, si determinados o azarosos. Este tema es exclusivamente filosófico: ¿De qué depende la elección que toman los seres vivos en el intento de realizar una acción física? En los vegetales ni siquiera existe el instinto, en los leones sí y en los seres humanos, además está la inteligencia.
Y otra cuestión muy importante es que ningún ser vivo interviene ni en cómo es (genética), ni en cómo son sus entornos (ambiente). Ambos factores, que son los dos únicos que intervienen en las conductas, en la elección que se tome, nos vienen dados obligatoriamente, no los podemos cambiar y estamos condicionados por ellos.
Por otra parte, cuando dices: "ni el chimpancé ni la cromañona están determinados a preparar sus menúes" (por cierto, "menúes" está desaconsejado su uso, se debe emplear "menús"), estás diciendo que esas concretas acciones estaban determinadas, "escritas", establecidas que las hicieran tal y como las efectivamente hacen en lugar, instante y forma la concreta chimpancé y la concreta cromañona, que también estaba determinado que nacieran con sus respectivas genéticas en los lugares en que nacieron y que todas sus acciones estaban determinadas a que las hicieran tal y como las hacen hasta su también determinada muerte. En consecuencia, te lo repito, deberías de emplear el vocablo "condicionado" o el de "obligado" en vez de el de "determinado". Me temo que tu cerrazón sea debido a que, como les pasa a algunos de este foro, no saben, o no les gusta lo que significa el determinismo; el cual no tiene ningún otro calificativo, aunque lo tilden de fuerte, total, a ultranza (como tu haces).
Esto que dices:
"¿Por qué los etólogos actuales no trabajan con la hipótesis determinista? " Es una prueba de lo que digo, Los científicos etólogos se meten en donde nadie les ha llamado, al igual que lo hacen los científicos que cito en el documento con el que iniciaba este tema en el apartado 4.- APORTACIONES CIENTÍFICAS.
Los seres vivos no son Robots, máquinas artificiales que se fabrican en serie. Cada uno de los seres vivos son macrorobots orgánicos (y digo "macro" porque es lo que constatamos que hacen en el macromundo, ya que en el micromundo no sabemos lo que hacen los sistemas de las partículas), todos y cada uno con su particular genética distinta e irrepetible; es decir, con específicas y diferentes programaciones de las que no nos podemos evadir: los leones no pueden dejar de ser carnívoros, los seres humanos no podemos dejar de elegir lo que en cada momento, en función de de las oportunidades que nos ofrezca nuestro azaroso entorno y de lo que consideremos viable para cumplir con nuestros genéticos y programados deseos.
Ninguna científica verificación empírica puede negar lo que filosóficamente he expuesto. Solo otra filosofía puede opinar y razonar lo contrario a la pregunta: ¿De qué depende la elección que toman los seres vivos en el intento de realizar una acción física?
Sabéis que suelo repetir algo importante, como regla filosófica general.
La filosofía está para dar soluciones reales a los problemas reales.
Empecemos, pues, con el primer problema que apuntas, sobre la culpabilidad.
El fondo de ese problema es la comisión de actos gravemente dañinos dentro de las sociedades humanas; sobre todo, el asesinato.
El rollo metafísico de la culpabilidad o no culpabilidad es
inútil para resolver el problema. Lo que necesitamos es que no haya asesinatos, tortura, guerra, pena de muerte, etcétera.
Y, como el rollo metafísico sobre la culpabilidad no sirve de nada aquí,
paso de él. En cambio, lo que podemos y debemos hacer es diseñar mecanismos que inhiban y finalmente impidan estos comportamientos tan dañinos y reprobables. Cada vez tenemos mejores métodos para lograr esto. Empezando, por ejemplo, por quitar a los particulares las armas de fuego, incluso las de caza. Esta sencilla medida, como sabes, hace caer en picado, de un día para otro, los asesinatos. Y hay muchas más medidas plausibles: la renta básica incondicionada de vida digna y holgada, el rechazo público al prestigio de la violencia, en el discurso institucional y en las manifestaciones artísticas populares (cine, televisión, literatura, tebeos, etcétera) la reducción paulatina, pausada y planificada de la población hasta mantenerla en un nivel ecológicamente estable y armonioso, la creación de una verdadadera democracia, la implantación de un comunismo bien entendido como estado social de armonía en el que prima el hombre (individual y social) sobre las instituciones y ningún hombre está eternamente por encima de otro hombre, etcétera.
Incidentalmente, mi uso del plural
menúes se debe, fundamentalmente, a mi rechazo de la brevedad a toda costa. El plural en
es de las palabras agudas terminadas en vocal es tradicional y sigue siendo válido, aunque está cayendo en desuso.
No tengo ningún inconveniente en usar la expresión
condicionado en vez de la expresión
determinado, en mis ejemplos etológicos a favor del libre albedrío. Precisamente, eso, el uso del vocablo
condicionado, es bueno; porque recalca que hay actos
decididos libremente cuyos antecedentes bioquímicos, ambientales, sociales,
condicionan su realización mas no la
determinan.
Los leones no pueden dejar de ser carnívoros.
En cambio, los chimpancés que han aprendido a lavar las patatas en agua de mar antes de comerlas pueden dejar de lavarlas, o por el contrario, ponerse a lavarlas. Hay aquí libre albedrío, en sentido empírico y científico. No lo hay, en cambio, para el león ante su necesidad de comer carne para nutrirse.
Los animales no tienen
siempre libre albedrío, pero los animales con sistema nervioso central y cerebro potente tienen
a veces libre albedrío.
Estoy hablando claro y sin enredos metafísicos o teológicos, ¿verdad?
Vayamos, de nuevo, a resolver problemas reales.
Puesto que los cromañones somos animales con (limitado) libre albedrío y con (limitada) libertad, no estamos condenados fatalmente a repetir malas conductas. Podemos mejorar, usando nuestro libre albedrío y nuestra libertad, dentro de nuestros condicionantes, para hacer eso: mejorar nuestras vidas. No estamos en la posición de los insectos voladores que, atraídos por una luz brillante y caliente en la oscuridad, se acercan a esa bombilla nocturna... y se queman al tocarla, pereciendo. Como no estamos atados a ese fototropismo fatídico, podemos y debemos hacer buen uso de nuestro libre albedrío, de nuestra libertad interna; como podemos y debemos hacer buen uso de nuestra capacidad de actuación, de nuestra libertad externa.
Para terminar este mensaje, respóndeme sencillamente a esto que sigue
en cursiva, Manuel B.
¿Estoy hablando de manera clara y asequible para que me entendáis todos, o no?
Cordialmente, de Alexandre Xavier Casanova Domingo, correo electrónico trigrupo @ yahoo . es (trigrupo arroba yahoo punto es). La imagen del avatar gráfico es una fotografía que me identifica realmente, no retocada, tomada en septiembre del año 2017.