Re: Se muere
Publicado: 30 Jun 2011, 10:49
!Hola Jvahn!
El problema para mi es que comparto la idea, tanto de Heidegger como de Zubiri, de que existe una verdad ante-predicativa. Existe una verdad real. Y esta verdad real es la aprehensión de las cosas tal cual se nos dan, es decir, en su pura facticidad. Pero las cosas se nos dan como cosas-reales, y no, como cosas sentido (aquí zubiri disiente de Heidegger).
Existe una verdad real. Nosotros aprehendemos una determinada estructura con unas determinadas notas. Y eso que aprehendemos se nos presenta “en” la intelección como siendo de “suyo”, es decir, que no es puesto por ningún sujeto. Pero insisto, sólo en la intelección. Otra cosa es que tenga o no existencia fuera de ella. Y por su puesto, ni para Heidegger como para Zubiri, existe la cosa en “si”.
Pues bien, esa es la verdad real. Y después, es cuando el logos, dirá, y siempre en relación a otras cosas existentes, que se trata de un coche o de una obra de arte.
Existe una verdad real, una perfecta adecuación, pero esa verdad real es ante-predicativa. Y a lo que solemos llamar verdades, pertenecen al logos, pero aquí ya no existe una perfecta adecuación.
Jvahn, acabas diciendo: Pues lo único que siempre y desde el principio sabemos y que nos hace posible pensar la adecuación es esto: Que el ente es.
Sí, pero el problema es que a lo largo de la filosofía se ha utilizado diferentes definiciones de lo que es el Ser y el Ente. Y eso era lo que Heidegger denunciaba con su “diferencia” ontólogica.
Hubo un cambio después de los filósofos presocráticos. Para estos, el Ser, era lo primordial. La pura facticidad. Lo que se nos des-vela en la aprehensión. Mientras que el ente era algo derivado. El ente para ellos era lo que intentábamos decir de ese Ser a través del Logos.
Pero es que posteriormente, y a lo largo de la filosofía, se han invertido los papeles. Con Platón y Aristóteles (con este último menos) la importancia principal residía en el Logos, y no, en la pura facticidad, en el fenómeno. Ahora, las cosas eran tal cual nos decía el Logos que eran. Ahora el ente era lo primordial y el Ser lo derivado. Es decir, las cosas son como nos dice el logos que son, y no, tal cual se nos aparecen.
Un Saludo
El problema para mi es que comparto la idea, tanto de Heidegger como de Zubiri, de que existe una verdad ante-predicativa. Existe una verdad real. Y esta verdad real es la aprehensión de las cosas tal cual se nos dan, es decir, en su pura facticidad. Pero las cosas se nos dan como cosas-reales, y no, como cosas sentido (aquí zubiri disiente de Heidegger).
Existe una verdad real. Nosotros aprehendemos una determinada estructura con unas determinadas notas. Y eso que aprehendemos se nos presenta “en” la intelección como siendo de “suyo”, es decir, que no es puesto por ningún sujeto. Pero insisto, sólo en la intelección. Otra cosa es que tenga o no existencia fuera de ella. Y por su puesto, ni para Heidegger como para Zubiri, existe la cosa en “si”.
Pues bien, esa es la verdad real. Y después, es cuando el logos, dirá, y siempre en relación a otras cosas existentes, que se trata de un coche o de una obra de arte.
Existe una verdad real, una perfecta adecuación, pero esa verdad real es ante-predicativa. Y a lo que solemos llamar verdades, pertenecen al logos, pero aquí ya no existe una perfecta adecuación.
Jvahn, acabas diciendo: Pues lo único que siempre y desde el principio sabemos y que nos hace posible pensar la adecuación es esto: Que el ente es.
Sí, pero el problema es que a lo largo de la filosofía se ha utilizado diferentes definiciones de lo que es el Ser y el Ente. Y eso era lo que Heidegger denunciaba con su “diferencia” ontólogica.
Hubo un cambio después de los filósofos presocráticos. Para estos, el Ser, era lo primordial. La pura facticidad. Lo que se nos des-vela en la aprehensión. Mientras que el ente era algo derivado. El ente para ellos era lo que intentábamos decir de ese Ser a través del Logos.
Pero es que posteriormente, y a lo largo de la filosofía, se han invertido los papeles. Con Platón y Aristóteles (con este último menos) la importancia principal residía en el Logos, y no, en la pura facticidad, en el fenómeno. Ahora, las cosas eran tal cual nos decía el Logos que eran. Ahora el ente era lo primordial y el Ser lo derivado. Es decir, las cosas son como nos dice el logos que son, y no, tal cual se nos aparecen.
Un Saludo