Atrévete a hablar claro.

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Alexandre Xavier
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Mensaje por Alexandre Xavier »

Atrévete a hablar claro.

Saludos a todos.
Al inaugurar este nuevo hilo, reitero que, en mi opinión, los pantallistas internéticos anónimos son un estorbo que nada aporta en filosofía, por su triste grosería trufada de violencia, por un lado, y de otro lado por su ambigüedad inconcluyente sistemática, su hipocresía, que impide todo avance hacia la verdad. El segundo lado, o sea la ambigüedad y la hipocresía, es el decisivo. Porque, en cuanto a un cibergamberro, a un trol, basta aplicar el viejo y sabio proverbio: no ofende quien quiere, sino quien puede.
Ahora bien, este hilo está, en principio, para sondear la posibilidad opuesta. Ya que acuso a los pantallistas internéticos anónimos de ser, sobre todo, unos hipócritas que nunca hablan claro en temas filosóficos conflictivos... pues mirad: aquí tienen su oportunidad esos pantallistas internéticos anónimos.
Porque este hilo, al contrario que el hilo titulado En tu propio nombre., sí que admite seudónimos.
Al grano, que es verano (aquí ya, en Galicia).
Abriré fuego aquí mismo con un asunto que, ciertamente, quema como el fuego que los pirómanos suelen encender todos los veranos quemando los bosques de mi nación, Galicia.
Me refiero a una verdad muy conflictiva.

Que la inmigración masiva siempre deprime los salarios del país que la recibe.

Y alguno de vosotros dirá: ¡vaya perogrullada! ¡Si está más claro que el agua!

Pues no será tan perogrullesca verdad, cuando en este mismo foro el prolífico Jbell niega, emborrona o disimula esta afirmación.
Entonces: si Jbell piensa y afirma que la inmigración masiva no siempre deprime los salarios del país que la recibe, ¡que exponga con claridad aquí sus argumentos y sus pruebas empíricas!
Apuesto doble contra sencillo a que su ambigüedad de nombre, su seudónimo, lo llevará de nuevo a la ambigüedad de fondo; a la ambigüedad de ideas.
Mientras Jbell y otros se lo piensan a la hora de responder en este foro, diré ya aquí mismo mi verdad sobre este asunto.
La inmigración masiva, en efecto, siempre deprime los salarios del país que la recibe. No a veces, no en un número importante pero minoritario de casos, incluso no en la gran mayoría de los casos, sino siempre.
Y no puede ser de otra manera. Iría contra la lógica económica.
Veamos. Cuando, en el sector económico que sea, hay tradicionalmente empleados asalariados nacidos en el país donde sus patronos los asalarían, si esos empresarios empiezan a contratar a extranjeros, no lo harán en ningún caso para pagarles más que a sus propios compatriotas, ni lo mismo, ni solamente un poco menos. Lo harán, lo hacen, siempre, para pagarles mucho menos.
Y no se trata de una especial maldad ética por parte de esos empresarios, sino de un sobrio cálculo entre coste y beneficio.
A igualdad de costes laborales, ningún empresario cuerdo va a contratar extranjeros; pues los problemas organizativos, lingüísticos, políticos, etcétera, que le caerían encima, son obvios. Por si alguno, aquí, no se ha enterado de cuáles son esos problemas, desgranaré unos cuantos, sin ser exhaustivo.

- En todo trabajo que implique contacto directo con el público, hay que hablar el idioma de los clientes; idioma que, frecuentemente, es desconocido o mal dominado por el extranjero contratado.
- La contratación y el asentamiento de esos extranjeros contratados implican costes de dinero y, sobre todo, de tiempo. Costes que no existen cuando el empresario contrata a compatriotas.
- Las costumbres e intenciones de los extranjeros contratados pueden disminuir claramente el rendimiento; un ejemplo típico, en los países europeos, se da con musulmanes extranjeros devotos que cumplen estrictamente el Ramadán y, así, atienden penosamente a los clientes... porque están medio muertos de hambre, sed y calor hasta que se pone el sol.
- Los trabajadores compatriotas, especialmente cuando están organizados en sindicatos, manifiestan, claro está, una oposición con uñas y dientes a tales contrataciones, ya que les birlan la oportunidad de trabajar y cobrar. Esa oposición va de lo más burdo, como es pegarle fuego en España a la nave industrial llena de moros, chinos y negros, a lo más organizado, como influir en normativas y leyes que restrinjan y prohíban esas contrataciones de extranjeros... o que fuercen al empresario a pagar, en la práctica, lo mismo que se venía pagando a los nacionales.

Si, con todos estos inconvenientes, el empresario insiste en contratar a extranjeros para pagarles tanto como a sus compatriotas o más... ese empresario está mal de la cabeza, y su empresa pronto se hundirá, por tanto. Naturalmente, contrata para pagar mucho menos que a los nacionales. Eso, caso de que contrate en vez de tener en negro (sin declarar) a sus trabajadores extranjeros. Eso, en caso de que no camufle a esos trabajadores extranjeros como falsos autónomos. Vamos, que incluso en caso de contratación regular legal como asalariados, nadie piensa realmente que esos extranjeros vayan a cobrar tanto como sus competidores nacionales. Porque, si fuera así, el empresario contrataría directamente a compatriotas suyos... y adiós a todos estos problemas.
La teoría es básicamente ésta.
¿Y la práctica? Pues las estadísticas reales centradas en el análisis sectorial comparado (o sea: comparación de sueldos entre nacionales y extranjeros en el mismo tipo de actividad, más comparación de los sueldos reales deflacionados entre el período anterior a la contratación de extranjeros y el inmediatamente posterior) no dejan lugar a dudas: los salarios caen, confirmando la predicción teórica.
Concluyo, por tanto, que la inmigración masiva es sumamente dañina para los trabajadores autóctonos del sector en el que entren extranjeros a trabajar. Y, dado que este efecto devastador sobre los salarios se produce sobre todo en los puestos de trabajo peor pagados previamente (no, desde luego, en los clubes futbolísticos españoles de elite, donde al buen jugador negro o chino se lo paga espléndidamente, como al futbolista nacido en España) concluyo que, mientras persista el sistema económico generalizado de trabajo asalariado, la inmigración masiva debe ser obstaculizada y eliminada todo lo posible, no de modo ocasional sino sistemático, por los poderes públicos del país receptor.
Y ya estoy oyendo de lejos, pero cada vez más cerca: ¡nazi de asco! ¡A los racistas como tú hay que colgarlos por los testículos!
A ésos les digo de antemano: en vez de cerebro, tenéis pistola, según os veo. Mas si no es verdad, si en vez de pistola tenéis cerebro... razonad intentando rebatirme, en vez de insultar.
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Re: Atrévete a hablar claro.

Mensaje por Riskov »

Sí, así es. La inmigración masiva siempre deprime los salarios del país que la recibe.
Pero hay que considerar varias cuestiones en un tema tan complejo. Algunas de ellas son.-

- ¿Cual es el límite a partir del cual la podemos considerar masiva? Algunos pondrán el cupo más alto y dirán que podemos hacer un mayor esfuerzo de integración.

- ¿Qué hacemos ante dramas humanitarios como, por ejemplo, el reciente caso del Acuarius? ¿Para defender nuestras posiciones materiales los dejamos morir en el mar?

- ¿Tenemos más derecho nosotros a defender nuestros salarios que ellos de comer?

Y respecto a la introducción a este hilo, yo siempre he hablado claro. Lo que algunas veces ha ocurrido contigo es que he desistido cuando te pones muy pesado. Ya que hablamos claro, es que eres más pesado que una vaca en brazos. Entiendo que los jueces y profesores de Universidad hayan desistido también y que les tengas rencor.
Hay alegría en la racionalidad, la felicidad es la claridad de la mente. (Dan Barker)
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Alexandre Xavier
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Re: Atrévete a hablar claro.

Mensaje por Alexandre Xavier »

Saludos, Riskov.
Dices lo siguiente.

"Sí, así es. La inmigración masiva siempre deprime los salarios del país que la recibe.
Pero hay que considerar varias cuestiones en un tema tan complejo. Algunas de ellas son.-

- ¿Cual es el límite a partir del cual la podemos considerar masiva? Algunos pondrán el cupo más alto y dirán que podemos hacer un mayor esfuerzo de integración.
- ¿Qué hacemos ante dramas humanitarios como, por ejemplo, el reciente caso del Acuarius? ¿Para defender nuestras posiciones materiales los dejamos morir en el mar?
- ¿Tenemos más derecho nosotros a defender nuestros salarios que ellos de comer?

Y respecto a la introducción a este hilo, yo siempre he hablado claro. Lo que algunas veces ha ocurrido contigo es que he desistido cuando te pones muy pesado. Ya que hablamos claro, es que eres más pesado que una vaca en brazos. Entiendo que los jueces y profesores de Universidad hayan desistido también y que les tengas rencor.
_________________
«Yo, un universo de átomos, un átomo en el universo».
Richard Feynman".

Empezaré por responder brevemente a tus alusiones sobre jueces y sobre profesores de Universidad, para pasar a continuación al fondo de tus cuestiones.

Los jueces desisten de cometer sus crímenes contra inocentes... cuando se producen exitosos levantamientos populares contra ellos. Eso es lo que quiero y apoyo: la destitución, por revolución popular, de esta mafia ladrona, torturadora, secuestradora y asesina de jueces, abogados, fiscales y semejantes. Después de la revolución, todos los jueces y fiscales serán elegidos democráticamente por el pueblo de modo periódico, los abogados y los procuradores dejarán de ser obligatorios en los juicios y habrá otra medidas contra la piovra (en italiano: el pulpo mafioso) judicial. A los jueces, pues, les tengo rencor y quiero exterminarlos.
A los profesores, no. De hecho, la tesis doctoral que ahora quiero presentar en la Facultade de Filosofía da Universidade de Santiago de Compostela postula que es de justicia que el buen catedrático de Metafísica no esté sujeto a jubilación obligatoria y siga en su cargo (con todo su sueldo íntegro) tanto tiempo como quiera. Otra cosa es la cúpula mafiosa, endogámica y cooptada del mundo académico y universitario, cúpula que no desautoriza a los buenos profesores, académicos, profesionales intelectuales, etcétera. A esa cúpula universitaria mafiosa (los severos profesores) hay que desalojarla del poder con medidas políticas concretas, empezando por que puedan ser elegidos decanos y rectores quienes no pertenezcan a esa cúpula mafiosa, y siguiendo con que esa cúpula no pueda en el futuro fijar quién entra, quién se va y quien se queda en las universidades. Es decir: contra la manida autonomía universitaria... intervención directa de la sociedad en la universidad, pues paga los salarios a fin de cuentas. La autonomía universitaria, léase impunidad, lleva incluso a que un conocido rector copión, que se adueña de méritos ajenos sin citarlos y presentándolos como propios, no sea procesado ni destituido, ni en lo penal ni en lo académico. Ahora: al buen profesor de universidad hay que respetarlo, siempre. Y eso empieza por sueldos decentes, y por contratos que no bailen en precariedad perpetua.
Así que no mezcles churras con merinas. En todo caso, quien en este foro Sofos Ágora alegue que los jueces, abogados, fiscales, etcétera, lejos de ser los mafiosos descritos por mí, en general son gente sumamente honrada, encontrará que escucharé cortésmente su argumentación. Eso sí, el muy posible hecho de que me parta de risa por dentro mientras escuche tal argumentación toguista, quedará bajo secreto de sumario.

Bueno, volvamos al problema de la inmigración masiva.
Tus alegaciones son serias y apuntan muy lejos.
Empezaré por una afirmación general.
Soy comunista. No, ciertamente, como Juan Sebastián Zuluaga en este foro, alias Jvahn, quien propugna esa perpetuación de la barbarie que es la pena de muerte, y quien simpatiza con el siniestro lema de que quien no trabaje, que no coma. Lejos, pues, del jvahnismo y del maestro de Juan Sebastián Zuluaga, o sea Gustavo Bueno (alias El Basilisco) afirmo que lo primero, en una revolución comunista de verdad es abolir totalmente la pena de muerte y, si se puede, también el asesinato o la muerte por inanición. Todo el mundo tiene derecho a comer; también el que no trabaje.
Una verdadera sociedad comunista es una sociedad en la que nada está por encima del hombre, y ningún hombre por encima de otro hombre.
El problema de la pobreza en el mundo no tiene solución bajo el capitalismo típico. La solución puede y debe incorporar ciertos principios del capitalismo, pero tiene que rechazar de plano el modelo desarrollista y poblacionista a ultranza que hay bajo el capitalismo real, también bajo el marxismo real aplicado como política de Estado.
Lo demás, y especialmente en el caso de la inmigración masiva, va a ser un parche, siempre precario e insuficiente, aunque eso sea mejor que no hacer nada.
Una revolución comunista viable, pues, tiene que incorporar, y para siempre, el principio de la limitación cuantitativa y cualitativa de la presencia humana en el mundo. Partiendo de que se acepte plenamente y sin subterfugios este principio, podremos adecuar la producción, el consumo y la cultura a un equilibrio ecológicamente armonioso con el planeta, y con vocación de durar.
Autores con ideas parecidas a las mías, en esta concepción, son ya relativamente abundantes, algunos con obra publicada. Puedes leerlos fácilmente. Es el ecomunismo o comunismo ecologista. En el foro Sofos Ágora expongo y predico continuamente esta filosofía; que en mi versión, además de comunista y ecologista, es también libertaria, individualista, metafísica y religiosa.
Ahora, volvamos al problema actual.
Niego tajantemente que, por necesidades de alta (baja) política sea tolerable la muerte de un solo ser humano que intenta emigrar. Eso debe cortarse ahora mismo.
A corto plazo, para eso están las organizaciones de asistencia humanitaria.
Pero, a medio y largo plazo, eso provoca un efecto de llamada inasumible para las condiciones existentes.
Se puede alegar, y se alega, que promover un desarrollo económico autóctono al sur del Río Grande o del Estrecho de Gibraltar apunta a la solución.
Y respondo: en parte sí. Mas hay que contar la dinámica típica de los mercados capitalistas.
Es un hecho que en varios países africanos cada vez se producen más piezas de automóviles, y cada vez más calzado. Hasta hace poco, los africanos venían masivamente aquí, a Europa, a trabajar en esos sectores. Y siguen haciéndolo, claro, pero en menor medida debido a esa industrialización que he mencionado. Podemos añadir producciones estratégicas como los cítricos sudafricanos, que llegan a Europa cuando casi es imposible producirlos a precio rentable, dado el clima inverso que rige allí en ese momento.
Y entonces... esos automóviles tunecinos, o esos zapatos marroquíes, o esas naranjas sudafricanas, de precio sensiblemente inferior al de las producciones europeas, producen a su vez un creciente desempleo en Europa en los mismos sectores con los cuales compiten.
Un hecho paradigmático ha sido, en el siglo XX, la desaparición comercial del dátil producido en el Reino de Valencia (costa mediterránea española) debido a la imposibilidad de competir con el dátil argelino o turco. El producto, de alta calidad, ha quedado restringido al mercado de las exquisiteces para sibaritas. Incluso el dátil israelí, más caro y mejor, sale más barato que el dátil valenciano, porque Israel tiene sus propios negros: los palestinos, mano de obra considerada extranjera (incluso si ha nacido en el territorio donde trabaja) y despreciada por ser musulmana en vez de judía. Fijémonos en que, dada la exigüidad y la contigüidad de los dos países, Palestina e Israel, los exportadores judíos también recurren al truco de producir los dátiles en zonas palestinas para, luego, envasarlos como producto israelí. Estos dátiles no se suelen producir en Israel mismo con mano de obra judía o cristiana, salvo algunos cultivos muy automatizados y que van en aumento. En Sudáfrica hay también una creciente recepción inmigratoria (muy protestada) desde países más pobres en el África austral o central.
Es decir: la competencia creciente si hay desarrollo económico en las zonas de emigración, junto a la automatización de la producción y a la emigración entre países no punteros económicamente, hace que el mítico desarrollo económico en esos países económicamente deprimidos esté muy lejos de ser la panacea que se publicita entre los progres.
Dicho de modo gráfico y simple: un trabajador alicantino del calzado puede perder su puesto de trabajo porque el empresario lo despida para contratar a un marroquí mucho más barato, o puede perder su puesto de trabajo porque el empresario reduzca (incluso cierre) la planta de zapatos en el Reino de Valencia para deslocalizar la producción a la zona fabril costera de Casablanca a Nador, en Marruecos... mas el efecto para el hundido trabajador será el mismo: despido, y muy escasas posibilidades de obtener un nuevo empleo.
Lo más fácil, claro, es responder a tu segunda pregunta.

- ¿Qué hacemos ante dramas humanitarios como, por ejemplo, el reciente caso del Acuarius? ¿Para defender nuestras posiciones materiales los dejamos morir en el mar?

Pues no, en ningún caso. Tenemos medios materiales para impedirlo.
Ahora bien: por todo lo expuesto, la respuesta a tus otras dos preguntas es mucho más difícil y ambivalente.
Claro que, en teoría, la respuesta a tu tercera pregunta sería también muy fácil.

- ¿Tenemos más derecho nosotros a defender nuestros salarios que ellos de comer?

La respuesta obligatoria, claro, es: ¡no! Pero, para aplicarla en la práctica, tiene que dejar de haber un antagonismo de supervivencia. Son relativamente frecuentes los linchamientos preventivos de magrebíes y negros en el litoral gaditano (España) o de turcos, árabes, persas, afganos e indios en Tracia (Grecia y Bulgaria) o en las islas Cícladas (Grecia, casi a tiro de piedra de Turquía) por parte de los trabajadores locales, rabiosos ante la perspectiva de tener que competir por sus ya precarios ingresos con estos intrusos. No puedo condenar esto, no tengo fuerza para condenar moralmente estos linchamientos, aunque son obviamente detestables.
Al grano y en el fondo: el capitalismo, ya y no para dentro de dos o tres años, es un juego, no de suma cero sino de suma decreciente para la clase proletaria de todos los países. Es decir: aparte de ser el capitalismo, como siempre ha sido, una terrible y continua guerra de todos contra todos, hoy la superabundancia de mano de obra y la automatización de la producción dan al traste con el (muy mentiroso y elitista, por otra parte) sueño de la aristocracia obrera y socialista de convertir a todo el mundo en una Francia mítica o en una Suecia mítica, matizando que en la Francia de verdad y en la Escandinavia de verdad nunca fue oro todo lo que relucía; y ahora, menos.
Con la dinámica actual, el ciudadano típico va a ser cada vez más pobre, en Francia y en la China, en Nueva York y en Lagos. Se salvará una elite, claro, mas la inmensa mayoría de la gente estará en desempleo permanente, en subempleo económicamente indigno, o con trabajo que dará (en el mejor de los casos) para cubrir gastos y poco más.
El capitalismo (en general) es un sistema cortoplacista y sin perspectiva de armonización; empíricamente se ha refutado hace tiempo la teoría de la mano invisible autorreguladora del mercado. El autohundimiento mundial de la flota pesquera por sobrepesca muestra, sin paliativos, la verdad de tal mano invisible.
Para nuestro caso, la desaparición cualitativa y cuantitativa de trabajadores decentemente remunerados dará como resultado a corto plazo, por supuesto, el hundimiento de muchos mercados. Conscientes de ello, empresarios y vendedores practicarán diversas estrategias, muchas veces inconsistentes entre sí, pero que desde luego no van a aumentar sensiblemente la masa salarial.
Por tanto, más pronto que tarde, las masas desesperadas y sin futuro saltarán a las chepas de los jueces, políticos y banqueros. Son unos corruptos, así que mandarlos a la porra está muy bien hecho.
Mas una vez fuera del poder estos chupópteros, ¿qué hacer? El viejo sueño del crecimiento demográfico y económico indefinido es inviable, insisto.
Como no me escaqueo, paso a tu primera pregunta temible.

- ¿Cual es el límite a partir del cual la podemos considerar masiva? Algunos pondrán el cupo más alto y dirán que podemos hacer un mayor esfuerzo de integración.

Pues, tal como están las cosas, en la práctica, hoy, cualquier inmigración es masiva a plazo inmediato o muy corto. Como lo oyes, no te estoy tomando el pelo.
Me explicaré. Para empezar, salvo la contratación marginal o justificada por razones técnicas (por poner un ejemplo de mis colegas, ya que soy traductor: contratar a un indio hablante nativo de hindí como intérprete en los juzgados españoles) si un empresario entre cien del sector en cuestión contrata a un extranjero más barato en vez de a un nacional, y todos ven que le sale bien la jugada, de inmediato sus competidores, los otros empresarios del ramo, van a hacer lo mismo.
O sea: el mito centrista o socialdemócrata de una inmigración ordenada, limitada y elegida es inviable desde el primer momento.
Incluso si se implanta un sistema de cupos bajos y tales cupos se cumplen (que, no nos engañemos, casi nunca se van a cumplir esos cupos, se sobrepasarán con creces desde el primer momento) y hay teóricamente una equiparación salarial de extranjeros y nacionales por convenio, digamos que con un cupo del uno por ciento (1%) de trabajadores extranjeros nada más, como de hecho se ha logrado algunas veces, aparece a corto y medio plazo el efecto del lucro salarial cesante.
¿En qué consiste ese efecto? En que, nominalmente, de inmediato los salarios no bajan o casi no bajan, pero al saber los empresarios que, ya para siempre, contarán con la baza de la inmigración (cuyos cupos aumentarían sensiblemente con presiones y sobornos a políticos, jueces, inspectores laborales, etcétera) en los futuros convenios colectivos, las futuras negociaciones individuales, etcétera, pondrán sobre la mesa el innegable hecho para congelar, subir poco o incluso bajar disimuladamente en el futuro las retribuciones de sus trabajadores. Los cuales, que no son tontos, se darán cuenta de inmediato de la jugada. Mas como su margen de maniobra es bastante reducido, si no tragan pronto se encontrarán con las consabidas campañas mediáticas al estilo de que este país necesita equis millones de inmigrantes legales para mantener su nivel de vida (léase: los beneficios empresariales) y eso no caerá en saco roto. Eso se ha visto corroborado, técnicamente, en varios casos escandinavos, franceses y alemanes; si bien el deslinde es matemáticamente laborioso en unos fenómenos tan complejos, tan multifactoriales.
Así que te contesto tajantemente: abogo por eliminar totalmente la inmigración, de inmediato, salvo los poquísimos casos en los que, por razones laborales objetivas, sea preferible técnicamente contratar a un extranjero. No, no voy a aceptar cupos ni inmigración ordenada, porque eso sería mentir y, muy inmediatamente, pedir a los trabajadores pobres nacionales que aguanten una nueva bajada salarial por el bien de la macroeconomía y del país.
Y tan bajo no pienso caer.
En resumen sobre este punto: inmigración, ni mucha ni poca. Atención humanitaria, toda la que haga falta.
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Riskov
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Re: Atrévete a hablar claro.

Mensaje por Riskov »

Llueve sobre mojado... y más en tu tierra, Galicia.

Ya te dije (y no he sido el único) que preferimos textos de longitud razonable para facilitar un intercambio fluido de ideas.

De tu larguísimo texto selecciono una idea para el debate: nada de inmigración.

No puedo estar de acuerdo. Primero porque es muy difícil conseguir dicho objetivo; segundo, porque la inmigración ofrece un intercambio de culturas, una pluralidad, que se ha demostrado favorable para el país receptor. Más aún para el país de origen.
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Cell
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Re: Atrévete a hablar claro.

Mensaje por Cell »

Alexandre Xavier

Alexandre Xavier escribió:Atrévete a hablar claro.

Saludos a todos.
Al inaugurar este nuevo hilo, reitero que, en mi opinión, los pantallistas internéticos anónimos son un estorbo que nada aporta en filosofía, por su triste grosería trufada de violencia, por un lado, y de otro lado por su ambigüedad inconcluyente sistemática, su hipocresía, que impide todo avance hacia la verdad. El segundo lado, o sea la ambigüedad y la hipocresía, es el decisivo. Porque, en cuanto a un cibergamberro, a un trol, basta aplicar el viejo y sabio proverbio: no ofende quien quiere, sino quien puede.
No sé si estoy incluido en esa nefasta lista. Yen caso de ser así, qué es lo que propones en concreto para remediarlo. Digo, si lo que pretendes es que te dé mi nombre real, aunque por otra parte tampoco veo cómo es que eso convertiría mi eventualmente deficiente discurso en un "real aporte filosófico". Como sea, y si es tan importante para ti, tal vez esté dispuesto a "revelar mi identidad" si logras convencerme de la conveniencia de tal medida. :)
A lo demás, la inmigración masiva claro que es indeseable. En especial cuando la diferencias raciales son demasiado marcadas. El mestizaje sólo aporta atraso en ese caso.





Saludos
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Alexandre Xavier
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Re: Atrévete a hablar claro.

Mensaje por Alexandre Xavier »

Saludos otra vez, Riskov.
Dices lo siguiente.

"Llueve sobre mojado... y más en tu tierra, Galicia.
Ya te dije (y no he sido el único) que preferimos textos de longitud razonable para facilitar un intercambio fluido de ideas.
De tu larguísimo texto selecciono una idea para el debate: nada de inmigración.
No puedo estar de acuerdo. Primero porque es muy difícil conseguir dicho objetivo; segundo, porque la inmigración ofrece un intercambio de culturas, una pluralidad, que se ha demostrado favorable para el país receptor. Más aún para el país de origen.
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Ahora mi respuesta va a ser mucho más breve, no porque ceda a tus presiones (ya que seguiré escribiendo textos larguísimos cada vez que haga falta) sino porque me van a bastar pocas palabras.
En primer lugar, se ha logrado en algunos países frenar muchísimo la llegada de inmigrantes, luego es posible lograrlo.
El caso más claro es el Japón, país de un alto desarrollo económico y por tanto fuente de atracción para toda Asia. Hay allí unos ochocientos mil inmigrantes extranjeros, poco más de un cero con cinco por ciento (0'5%) y esta tendencia se mantiene estable, con muy ligera tendencia al alza, desde el año 1990.
Podemos y debemos lograr esto también en España.
Lo de que La inmigración ofrece un intercambio de culturas, una pluralidad, que se ha demostrado favorable para el país receptor. Más aún para el país de origen. es la típica cuartadeverdad (afirmación fundamentalmente falsa, pero con cierto grado de veracidad, un cuarto o una cuarta) que engaña más que la mentira gorda y descarada.
Como lingüista, mas como un lingüista anticorporativista, ojo, conozco una cuartadeverdad equivalente, una frase que, como mucho, tiene un cuarto de verdad: que la pluralidad lingüística es maravillosa y enriquecedora. Bueno, ¿cuál es la experiencia real, y no fingida, que un traductor profesional tiene en esto con sus clientes? Pues, y evidentemente lo digo por experiencia propia con mis clientes, que la inmensa mayoría de la gente preferiría un solo idioma común en todo el mundo, incluso si se mantienen secundariamente lenguas adicionales. Los hechos son los que son. Para la inmensa mayoría de la gente, la Torre de Babel sigue siendo una maldición, no una bendición. Eso de que la gente está encantada en general de aprender a fondo lenguas extranjeras es un camelo. He aquí una importante razón (aunque no la única) de que muchos, en este foro, echen sapos y culebras cuando me expreso en gallego, a pesar de ser muy parecido al castellano.
De modo similar, veamos el asunto de la inmigración y la cultura.
Un inmigrante típico no es un pintor, escritor, profeta, etcétera, que se traslada a otro país para dar y recibir cultura. Ésos pocos no plantean problema. El inmigrante típico emigra exclusivamente por dinero, y sin perspectiva de ganar dinero, nunca emigraría, porque está fastidiadísimo de tener que abandonar su país.. Claro que, a la fuerza, algo de cultura aporta, mas básicamente en el mismo sentido en que los negros esclavos crearon el yas (o jazz) en los Estados Unidos y otras músicas en Cuba y el Caribe, durante su esclavitud y después de abolirse la esclavitud.
Ni esos negros dejaron sus países por gusto, ni los negros, moros, amarillos o blancos que hoy siguen emigrando, dejan sus países por gusto. Y más valdría que no existiera el yas porque esa gente no hubiera sido esclavizada. Y más valdría que no existieran las pizas estadounidenses creadas (ya fuera de Italia) por los italianos que recalaron en el país del Tío Sam huyendo de la miseria, y en general sin llegar nunca a hacerse ricos. El yas y las pizas estadounidenses son riqueza cultural, claro; habría que estar sordo e inapetente para no reconocerlo, lo cual no es mi caso.
Hay modos sobrados de intercambiar cultura sin la gran desgracia que es la inmigración masiva. El Japón sabe de la cultura externa, como los no japoneses (y hablo japonés, porque soy especialista en filosofía oriental) sabemos del Japón, a pesar de que la emigración de japoneses al exterior de su país tampoco es muy numerosa.
Hay unos pocos como yo, entusiasta de los idiomas, que aprenden lenguas por gusto, como hay unos pocos que cambian de país por gusto. La inmensa mayoría de la gente huye, si puede, tanto de una cosa como de la otra.
Abogo por lo siguiente: todos llevándose bien, sin guerras ni ejércitos... pero cada uno en su país.
Si la población cayese hasta el nivel estable que preconizo, o sea, como sabrás, unos ciento cuarenta y cuatro mil (144000) habitantes humanos en todo el mundo, podremos plantear otras cosas, entre ellas una plena libertad para desplazarse y asentarse.
Mas vivimos en un mundo penosamente superpoblado y contaminado. No lo olvidemos. Seamos realistas.
Cordialmente, de Alexandre Xavier Casanova Domingo, correo electrónico trigrupo @ yahoo . es (trigrupo arroba yahoo punto es). La imagen del avatar gráfico es una fotografía que me identifica realmente, no retocada, tomada en septiembre del año 2017.
Riskov
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Re: Atrévete a hablar claro.

Mensaje por Riskov »

Alexandre Xavier escribió:En todo caso, quien en este foro Sofos Ágora alegue que los jueces, abogados, fiscales, etcétera, lejos de ser los mafiosos descritos por mí, en general son gente sumamente honrada, encontrará que escucharé cortésmente su argumentación. Eso sí, el muy posible hecho de que me parta de risa por dentro mientras escuche tal argumentación toguista, quedará bajo secreto de sumario.
¿Opinas lo mismo del actual ministro del Interior? ¿Tienes algo que reprocharle?
Riskov escribió:- ¿Qué hacemos ante dramas humanitarios como, por ejemplo, el reciente caso del Acuarius? ¿Para defender nuestras posiciones materiales los dejamos morir en el mar?
Alexandre Xavier escribió:Pues no, en ningún caso. Tenemos medios materiales para impedirlo.
Ahora bien: por todo lo expuesto, la respuesta a tus otras dos preguntas es mucho más difícil y ambivalente.
Tanto texto y tan poca molla en esta respuesta. ¿Qué medios tenemos para impedir un drama humanitario como el del Acuarius?
¿Qué habrías hecho tú como dirigente?
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Nil
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Re: Atrévete a hablar claro.

Mensaje por Nil »

Parece que es al contrario:
http://economics.mit.edu/files/12236
Spoiler: show
Ostrovitianov
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Re: Atrévete a hablar claro.

Mensaje por Ostrovitianov »


Que la inmigración masiva siempre deprime los salarios del país que la recibe.


Lo que más me deprime a mi es la cobardía y el carácter miserable de quien se erige como portador de una verdad cuando esta es lo más miserable y mezquino que existe.
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Alexandre Xavier
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Re: Atrévete a hablar claro.

Mensaje por Alexandre Xavier »

Saludos, Ostrovitianov.
Dices lo siguiente.

"Que la inmigración masiva siempre deprime los salarios del país que la recibe.

Lo que más me deprime a mi es la cobardía y el carácter miserable de quien se erige como portador de una verdad cuando esta es lo más miserable y mezquino que existe.".

Veamos. En principio, hay dos cautelas complementarias en filosofía sobre esto; complementarias, pero no contradictorias.
La primera cautela es la primacía de la verdad del mensaje sobre la catadura moral de su mensajero. O sea, clásicamente: la verdad es la verdad, dígala Agamenón o dígala su porquero.
En temas sin implicación de intereses humanos contrapuestos y conflictivos, basta con esa regla epistemológica. Por ejemplo, en las matemáticas si alguien demuestra que todo número par es la suma de dos números primos; o, por el contrario, si nos muestra un número par que no es la suma de dos números primos. Ambos posibles hallazgos en torno a la clásica conjetura de Goldbach (pronunciación: Góldbaj) son, en principio, independientes de si quien los hace es un santo o un mafioso, de si regenta un bufete para nacionalizar extranjeros o es un inmigrante legal mal pagado, etcétera. Lo mismo valdría, en química, si alguien alega que ha descubierto gases nobles con carga magnética (que atraen al hierro, al níquel y al cobalto). En el caso matemático, y en el caso químico, las circunstancias personales de los dos descubridores o inventores son, en principio, irrelevantes.
Pero la sencilla regla anterior no basta para casos con implicación de intereses humanos contrapuestos y conflictivos. Un ejemplo paradigmático es la prostitución. Hay objetividad en este tema, como la hay en el caso de la química, la cual predice que es muy improbable, según la tabla periódica de Mendeléief y otros conocimientos químicos, que existan gases nobles metálicos con propiedades magnéticas. En el caso de la prostitución, insisto, también hay objetividad: que la prostitución es un fenómeno dañino e indeseable, cuya erradicación es tarea permanente de la ética y de toda política decente.
En el caso de la prostitución, siempre hay intereses de corto, medio y largo plazo para cualquiera que emita un juicio sobre este fenómeno social. Por eso, la información sobre las circunstancias personales de quien emita un juicio a favor de la prostitución o, como en mi caso, en contra, siempre es relevante. No es que las circunstancias personales determinen mecánicamente la verdad o falsedad de lo alegado, pero sí que lo enmarcan y permiten investigar por qué hay omisiones, minusvaloraciones, énfasis, tipos de tratamiento, etcétera.
En el caso de la inmigración masiva, por ejemplo, el célebre informe Verstrynge, aparecido en la revista de izquierda radical y alternativa llamada El viejo Topo, se ha señalado que la omisión o el roce con la disculpa que Verstrynge (pronunciación: Ferstringue) hace del papel consciente que las clases económicas capitalistas juegan en la inmigración masiva (a la cual tanto Verstrynge como yo somos radicalmente contrarios) tiene mucho que ver con la posición de privilegio familiar, social, político y económico que este conocido y atípico político español de derechas ha disfrutado toda su vida. Igualmente, se señala que mis análisis sobre la inmigración masiva, aunque ampliamente coincidentes con los de Verstrynge en forma, conclusiones y propuestas, difieren en este punto, porque acuso directamente a los capitalistas de fomentar o restringir la inmigración según sus intereses de plusvalía, por mucho que eso perjudique a nacionales y extranjeros. Y también se señala que cuando, al revés que Verstrynge, soy expreso y prioritario expositivamente sobre el papel de los grandes empresarios capitalistas en la inmigración masiva, en ello tiene mucho que ver que, al revés que Verstrynge, no soy un privilegiado económico, sino que pertenezco al precariado de una antigua clase media profesional o intelectual hoy muy erosionada y con pocas probabilidades individuales de enriquecerse.
Eso no hace automáticamente más auténtico objetivamente o más sincero subjetivamente al discurso contra la inmigración masiva de un precario como yo, que al discurso contra la inmigración masiva de un privilegiado como Jorge Verstrynge. Pero introduce una imprescindible contextualización social y mental sobre este fenómeno. Los hechos históricos (y la prostitución o la inmigración son hechos históricos) jamás son hechos simples, sino siempre hechos intrínsecamente complejos. Por eso su tratamiento epistemológico no puede ser como el de los hechos relativamente simples, como la naturaleza matemática de los números primos o la naturaleza química de los gases nobles.
Es fácil deducir además, por ejemplo, que el discurso a favor o en contra de la inmigración masiva también tiene que evaluarse de modo muy diferente al mío, al discurso de un precario pero un precario que come todos los días caliente, si quien pronuncia ese discurso es un precario absoluto, un pobre severo; por ejemplo, un inmigrante legal (no clandestino) que cobra un salario por su trabajo en el país de recepción, mas un salario tan canijo y miserable que, regularmente, tiene que pedir ayudas sociales (y dar sablazos a familiares o amigos) para poder pagar el alquiler de su habitación donde duerme.
Otro ejemplo fácil de entender, es que mi discurso contra la inmigración masiva está fuertemente motivado, dada mi situación socioeconómica y cultural, en evitar que una masa enorme de hablantes de luso o de castellano procedentes del Brasil, la Argentina, Angola, Timor Oriental, etcétera, me haga la competencia a bajísimo precio, ya en España, para traducciones al castellano o al portugués. Un hablante muy fluido de gallego, y yo lo soy, tiene fácil acceder a la plena competencia en brasileño o en portugués europeo, que son comprensivamente hablando tres dialectos de la misma lengua lusa. Si fuera un vasco, con escaso o nulo conocimiento del gallego, como traductor no temería la competencia de extranjeros brasileños o mozambiqueños, porque traducir al portugués no figuraría entre mis expectativas. Y no se da en la práctica ningún hablante fluido de vascuence que proceda del Tercer Mundo, contratable por tanto a precio irrisorio para traducciones o interpretaciones al vascuence o del vascuence.
Euskara ikasten ari naiz. Estoy aprendiendo vascuence.
Última edición por Alexandre Xavier el 25 Jun 2018, 23:12, editado 1 vez en total.
Cordialmente, de Alexandre Xavier Casanova Domingo, correo electrónico trigrupo @ yahoo . es (trigrupo arroba yahoo punto es). La imagen del avatar gráfico es una fotografía que me identifica realmente, no retocada, tomada en septiembre del año 2017.
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