La ética como sentido (subjetivo) de la vida
Publicado: 10 Nov 2018, 02:18
Buenas, hacía tiempo que no escribía por aquí. Vengo y abro tema para comentar sobre un cambio de perspectiva, un nuevo entendimiento (si se quiere) que antes no poseía.
Siempre he considerado a la ética y a la moral de una cultura o sociedad como algo más bien accidental, una posibilidad por las circunstancias de entre un mar infinito de posibilidades. De la misma manera que hay especiación (la diversidad de la vida, característica de la misma), lo que implica una gigantesca variabilidad etológica en las especies, consideraba las diferentes éticas y morales de las culturas humanas un fenómeno más de diversidad biológica.
Por tanto siempre he considerado esas ramas de la filosofía como ramas de estudio demasiado grande, voluble y caótico... y tan cambiante que probablemente no hubiese una tendencia, un atractor hacia el cual se mueva la ética y moral de una sociedad.
Sin embargo, al ser cada vez más consciente de la caótica historia de las sociedades, y sabiendo que las sociedades actuales (a pesar de los adelantos tecnológicos) siguen siendo casi tan caóticas como las de siglos pasados, me doy cuenta de que la ética juega un papel central en el porvenir de las sociedades y, si se quiere, de la humanidad.
Comparando sociedades que tienen diferentes valores, podemos ver un diferente tipo de ordenación de la misma: hay sociedades donde hay más corrupción, las hay donde hay menos. Hay sociedades donde se promueven determinadas formas de ser y se rechazan otras (por ejemplo, comparar Arabia Saudí, con una sociedad fanatizada y un gobierno despótico, con una sociedad como Japón, donde cosas como levantar dinero encontrado en el suelo está mal visto, etc...).
Estas diferencias tienen raíces profundas, no son modas que cambian de la noche a la mañana sino que forman parte de la cultura, del inconsciente colectivo si se quiere, y su evolución es lenta. Por ejemplo: si Arabia Saudí dejase de ser una sociedad fanática religiosa, los valores de la ética de la sociedad fanatizada tardarían en cambiar, a pesar de haber dejado de ser (superficialmente) fanáticos, y se manifestarían de formas diferentes pero estarían aún presentes.
Y llegado a esto quería expresar la idea del título: una forma de interpretar el sentido de una vida humana es entender la vida como un desarrollo ético, como constantes y continuos aprendizajes de lo que no tiene buenas consecuencias y de lo que puede tenerlas. Tal desarrollo permanece en cierta medida, aunque los individuos, como seres finitos que somos, desaparezcamos, ya que nuestras acciones impregnan la realidad de una intencionalidad, de una ética, de un conocimiento sobre lo que es bueno y lo que no lo es.
Me pareció interesante la idea: la vida como una clase magistral de ética. Vivimos tan absortos en nuestras actividades y objetivos que yo creo que apenas nos damos cuenta de esta parte de la vida, que alguien resumió en la maravillosa frase "la vida es aquello que te pasa mientras haces planes".
Visto así, por ejemplo, el cuento chino de "Viaje occidente" representa todo esto que quiero decir: el rey mono, un ser poderoso y de origen desconocido (el ser humano, tal y como se percibe a sí mismo), tiene que aprender a convivir, lo que está bien y lo que está mal, que en definitiva no deja de ser el hacerse adulto: aprender de la experiencia, y del entorno, lo que está bien (o lo que es bueno) y lo que está mal (o lo que es malo), la verdadera sabiduría.
No he encontrado una forma más clara de expresar lo que quería decir, espero que se entienda al menos la intención. Martincito me preguntaba hace años "¿Por qué no te gusta la ética?" Y era simplemente porque la veía arbitraria y voluble, pero ahora podría decir que, a pesar de su arbitrariedad y volubilidad, quizá el desarrollo social vaya hacia algún punto, hacia un aprendizaje.
Siempre he considerado a la ética y a la moral de una cultura o sociedad como algo más bien accidental, una posibilidad por las circunstancias de entre un mar infinito de posibilidades. De la misma manera que hay especiación (la diversidad de la vida, característica de la misma), lo que implica una gigantesca variabilidad etológica en las especies, consideraba las diferentes éticas y morales de las culturas humanas un fenómeno más de diversidad biológica.
Por tanto siempre he considerado esas ramas de la filosofía como ramas de estudio demasiado grande, voluble y caótico... y tan cambiante que probablemente no hubiese una tendencia, un atractor hacia el cual se mueva la ética y moral de una sociedad.
Sin embargo, al ser cada vez más consciente de la caótica historia de las sociedades, y sabiendo que las sociedades actuales (a pesar de los adelantos tecnológicos) siguen siendo casi tan caóticas como las de siglos pasados, me doy cuenta de que la ética juega un papel central en el porvenir de las sociedades y, si se quiere, de la humanidad.
Comparando sociedades que tienen diferentes valores, podemos ver un diferente tipo de ordenación de la misma: hay sociedades donde hay más corrupción, las hay donde hay menos. Hay sociedades donde se promueven determinadas formas de ser y se rechazan otras (por ejemplo, comparar Arabia Saudí, con una sociedad fanatizada y un gobierno despótico, con una sociedad como Japón, donde cosas como levantar dinero encontrado en el suelo está mal visto, etc...).
Estas diferencias tienen raíces profundas, no son modas que cambian de la noche a la mañana sino que forman parte de la cultura, del inconsciente colectivo si se quiere, y su evolución es lenta. Por ejemplo: si Arabia Saudí dejase de ser una sociedad fanática religiosa, los valores de la ética de la sociedad fanatizada tardarían en cambiar, a pesar de haber dejado de ser (superficialmente) fanáticos, y se manifestarían de formas diferentes pero estarían aún presentes.
Y llegado a esto quería expresar la idea del título: una forma de interpretar el sentido de una vida humana es entender la vida como un desarrollo ético, como constantes y continuos aprendizajes de lo que no tiene buenas consecuencias y de lo que puede tenerlas. Tal desarrollo permanece en cierta medida, aunque los individuos, como seres finitos que somos, desaparezcamos, ya que nuestras acciones impregnan la realidad de una intencionalidad, de una ética, de un conocimiento sobre lo que es bueno y lo que no lo es.
Me pareció interesante la idea: la vida como una clase magistral de ética. Vivimos tan absortos en nuestras actividades y objetivos que yo creo que apenas nos damos cuenta de esta parte de la vida, que alguien resumió en la maravillosa frase "la vida es aquello que te pasa mientras haces planes".
Visto así, por ejemplo, el cuento chino de "Viaje occidente" representa todo esto que quiero decir: el rey mono, un ser poderoso y de origen desconocido (el ser humano, tal y como se percibe a sí mismo), tiene que aprender a convivir, lo que está bien y lo que está mal, que en definitiva no deja de ser el hacerse adulto: aprender de la experiencia, y del entorno, lo que está bien (o lo que es bueno) y lo que está mal (o lo que es malo), la verdadera sabiduría.
No he encontrado una forma más clara de expresar lo que quería decir, espero que se entienda al menos la intención. Martincito me preguntaba hace años "¿Por qué no te gusta la ética?" Y era simplemente porque la veía arbitraria y voluble, pero ahora podría decir que, a pesar de su arbitrariedad y volubilidad, quizá el desarrollo social vaya hacia algún punto, hacia un aprendizaje.