Fugacidad y perdurabilidad

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socrates
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Fugacidad y perdurabilidad

Mensaje por socrates »

Análisis de algunas cuestiones psicológicas respecto de la naturaleza fenoménica de nuestras experiencias personales.

Cuando alguien nos increpa, por ejemplo diciéndonos algo descalificativo, o hasta un insulto, ni bien termina de decir una determinada oración, esa oración ya no existe en el presente inmediato. Ya es pasado, aunque sea de un pasado de hace 2 segundos.

Sería como una escritura en el agua. Al terminar de escribir algo con una pluma, la oración y ya se ha desvanecido. Así es la naturaleza fugaz del devenir.

Sin embargo hay perdurabilidad del efecto de lo dicho. Ello queda en la memoria, en nuestra memoria. O bien queda el efecto del impacto. Nos se trata solamente de la memoria, en tanto archivo, es decir, de algo que queda archivado, sino de una actualización del archivo. Como si estuviéramos con el archivo en la mano, revisándolo, releyéndolo. O como si tuviéramos puesto un disco una y otra vez.

Luego respondemos en nuestra mente a ese hecho. Es decir, seguimos ligados en nuestra mente a tal tema.

En primer lugar hay una operación de la memoria. Recordar, actualizar lo sucedido. Segundo hay una reacción sobre ello.

Tercero puede haber proyección y anticipación a futuro. Si tal cosa pasó (en el pasado), entonces se puede repetir. Me anticiparé: "Si me vuelve a decir esto yo le diré tal y tal cosa".

También dicho pensamiento sobre el futuro podría conducirnos a la preocupación, la ansiedad y el temor. Y la cavilación sobre el pasado generar, ira, tristeza, recentimiento y culpa.

Así estamos limitados por el pasado y el futuro (en el plano mental).

Aclaración: sin duda que muchas veces es práctico, en base a experiencias pasadas, anticiparnos a situaciones futuras con una respuesta más inteligente.

Pero ahora queremos analizar los aspectos de fugacidad y perdurabilidad de nuestra experiencia (en particular de nuestra mente). Y como operan.

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Si mediante una práctica, digamos de tipo budista, pudiéramos, aunque sea en algunos períodos de tiempo, "soltar" los procesos de "memoria y actualización" (memoria a corto plazo) y la atención pudiese fluir acorde a la mutabilidad dinámica del presente, no habría entonces la mecánica anteriormente descripta.

Si una persona me dice algo, al segundo "eso que me dijo" ya no existe. Y si mi atención no se queda fijada en ello, siguiendo el transcurso del devenir (segundo a segundo) entonces ello no me afectaría en absoluto. Pues, como dijimos, ni bien terminó de decir algo, estrictamente en el presente eso (que dijo) ya no existe.

Y si quedamos ligados a ello, es porque lo estamos reproduciendo y reviviendo con nuestra atención, también en el presente continuo.

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Parece difícil llevar a la práctica semejante desapego del "inmediato pasado", segundo a segundo (en determinado período temporal), y poder permanecer (un determinado período) en el presente continuo.
Última edición por socrates el 05 Dic 2017, 03:49, editado 1 vez en total.
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socrates
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Re: Fugacidad y perdurabilidad

Mensaje por socrates »

Dos dimensiones de presente en el marco de las filosofías orientales. Las llamaremos (a tales dimensiones) presente superfluo y presente profundo.

El presente superfluo es lo observado, el contante fluir del devenir. Todo el mundo fenoménico discurre frente a nuestra observación.

El presente profundo está en el observador. No hablo de la mente ni de la persona, sino de la consciencia en sí. La consciencia (diferente de los contenidos de la mente) es, según la filosofía oriental, inmutable, libre, pura, "transparente", etc.

La mente también formaría parte (de otro nivel) del mundo fenoménico (cambiante). La mente incluiría percepciones, emociones, imaginaciones y pensamientos (lenguaje). Pero la consciencia es diferente de ellos.

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En algunas prácticas budistas se recomienda, para "salir" (o más bien volver) de los pensamientos sobre el pasado y el futuro, llevar el foco de la atención al presente exterior (el presente superfluo, lo que está sucediendo). Y alinearse con la fugacidad del fluir (de los hechos-percepciones) sin apegarse a nada en particular.

Pero es más profundo, en una segunda instancia, llevar la atención del presente superfluo (los observado) al presente profundo (el inmutable observador). Ello aporta una enorme paz y estabilidad mental.
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socrates
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Re: Fugacidad y perdurabilidad

Mensaje por socrates »

El yo personal y la consciencia impersonal

Tanto en el Budismo como en la filosofía Advaita se realiza una diferenciación entre el yo personal (o ego) y la consciencia pura (también llamada testigo).

Anteriormente dijimos que la consciencia era considerada como diferente de la mente (todos los contenidos mentales fenoménicos). Tales filosofías a su vez la consideran impersonal. Trataremos de explicarlo utilizando un símil.

En la literatura existe la llamada voz narradora. Es la voz que relata la historia. Es diferente del autor y diferente del protegonista. Si la historia habla de un tal Pepe, la voz narradora nos habla de él, de su mundo y hasta de sus pensamientos y sentimientos (o incluso de otros). Por eso se dice que es "omnisciente" (pues sabe todo de la historia).

La voz narradora puede hablar del protagonista en tercera persona. Pero también puede contar la historia en primera persona. Entonces se fusionan el protagonista y la voz narradora.

Desde el punto de vista que queremos resaltar, seguiría habiendo una diferencia entre la voz narradora y el protagonista, incluso narrándose la historia en primera persona. En lugar de tomar al protagonista como el narrador (interpretación convencional) diríamos que la voz narradora se pone en el lugar del protagonista y narra la historia como si fuera el protagonista.

En esta interpretación particular se pretende diferenciar (mantener la separación original, o de la tercera persona) entre el narrador y el protagonista, aún estando la narración en primera persona.

Procuremos captar la idea pues esto no es más que un símil.

Schopenhauer ha dicho "El mundo es mi representación"*. Es decir, nos representamos el mundo. O bien: hay un mundo representado (por nosotros). El sujeto es la base de todo (conocimiento).

Y dice, Schopenhauer, que nuestro cuerpo es también algo observado, es también una representación, la más íntima, cercana y familiar (respecto de los otros objetos del mundo).

Desde la perspectiva oriental que queremos señalar, el "yo personal" (este cuerpo íntimo más su nombre y su historia, que llamo "yo") también es un objeto observado, parte de la representación. Hay entonces un mundo exterior representado, y un "yo personal" representado (observado).

Pero hay una consciencia que observa todo ello, incluso al "yo personal". Por lo tanto dicha consciencia es diferente de dicho "yo personal".

La consciencia sería comparable, en el símil, a la voz narradora, la que de alguna manera estaría separada de la historia, estaría por fuera. En las narraciones en tercera persona esto es bien claro. La voz narradora no está dentro de la historia. Bien, queremos significar que, incluso en las narraciones en primera persona, desde la filosofía oriental, la voz narradora tampoco estaría dentro de la historia sino siendo un observador imparcial.

---

Ahora bien, sucede que psicológicamente la consciencia se identifica con el "yo personal", como si fuera a ella a quien ocurren las peripecias del destino. Es como cuando el lector lee la historia, y por un momento siente que él está experimentando personalmente lo que el protagonista. Luego levanta la vista, y respira aliviado sabiendo que está a salvo. Que a él nada le ocurre. Aquí incorporé una nueva imagen o figura, el lector. Todo con el objetivo de ilustrar (de diferentes modos) la idea se separación entre el "yo personal" y el "testigo".

Mediante la meditación y el discernimiento profundo, la filosofía oriental procura que todo "estudiante" logre discriminar entre la consciencia pura y el ego.

La consciencia pura es considerada impersonal, algo diferente del ego (o yo personal). Es el observador o testigo ecuánime.

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* "El Mundo como Voluntad y Representación", Arthur Schopenhauer.
Última edición por socrates el 05 Dic 2017, 04:58, editado 5 veces en total.
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Re: Fugacidad y perdurabilidad

Mensaje por FelinoVeloz »

Hola Socrates

Me parece que tu descripción de lo que a todos nos acontece cotidianamente es correcta y bastante acertada. Nos dicen algo (que puede gustarnos o no), luego queda en la memoria lo que nos dicen y después somos capaces de "actualizar" aquel recuerdo, es decir, traerlo a la realidad concreta del "ahora" extrayéndolo de la nada del "pasado". Es decir, ocurre lo que tú dices: "hay perdurabilidad del efecto de lo dicho". Y también ocurre que podemos anticipar en base a nuestros recuerdos.

Ahora bien, el debate vendría con tu siguiente afirmación
socrates escribió:Si mediante una práctica, digamos de tipo budista, pudiéramos, aunque sea en algunos períodos de tiempo, "soltar" los procesos de "memoria y actualización" (memoria a corto plazo) y la atención pudiese fluir acorde a la mutabilidad dinámica del presente, no habría entonces la mecánica anteriormente descripta.
A primera instancia, diría que si realmente pudiéramos "soltar" los procesos de "memoria y actualización" (es decir, si pudiéramos ser uno con el devenir de la vida sin aferrarnos a lo que ya fue y que ahora ya no existe) pues nos despersonalizaríamos, vale decir, nos haríamos uno con el devenir, más bien seríamos puro devenir en una corriente incesante.

Ahora bien, me parece que la capacidad de recordar fue fundamental para la evolución de nuestra especie porque nos permite prever, y si nos fue útil en el pasado no veo por qué no lo sería en el presente. Creo que lo malo está cuando recordamos cosas que nos ponen mal anímicamente. Y ahí entra el ingenio de cada uno para sacarle partido a aquello que ocurrió: unos les verán el lado positivo para el presente, otros tomarán nota para no cometer el mismo error, etc. Como sea, el pasado nos constituye, es más, llegamos a un mundo que no elegimos y por eso el pasado nos configura de un modo radical, porque no podemos crear desde cero....
socrates escribió:En algunas prácticas budistas se recomienda, para "salir" (o más bien volver) de los pensamientos sobre el pasado y el futuro, llevar el foco de la atención al presente exterior (el presente superfluo, lo que está sucediendo). Y alinearse con la fugacidad del fluir (de los hechos-percepciones) sin apegarse a nada en particular
Esto siempre me ha parecido algo peligroso, porque si nos soltamos de todo (incluso del pasado), entonces tal vez podemos llegar a peder la consciencia de nosotros mismos. La memoria, como dijimos, es fundamental para poder prever a futuro, pero más importante que todo eso es que la memoria nos permite decidir quiénes somos tanto la utilizamos para escoger entre una u otra dirección. Así, sin memoria no hay sujeto que elige. Por eso esa práctica budista me parece peligrosa.
Ahora bien, hay otras prácticas que me parecen incluso recomendables, como por ejemplo leer una frase y "entrar dentro de ella" profundamente. Eso me parece no solo inofensivo sino incluso recomendable.
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socrates
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Re: Fugacidad y perdurabilidad

Mensaje por socrates »

FelinoVeloz escribió:también ocurre que podemos anticipar en base a nuestros recuerdos.
Claro. Edité ese párrafo agregando lo siguiente:
socrates escribió:También dicho pensamiento sobre el futuro podría conducirnos a la preocupación, la ansiedad y el temor. Y la cavilación sobre el pasado generar, ira, tristeza, recentimiento y culpa.
FelinoVeloz escribió:A primera instancia, diría que si realmente pudiéramos "soltar" los procesos de "memoria y actualización" (es decir, si pudiéramos ser uno con el devenir de la vida sin aferrarnos a lo que ya fue y que ahora ya no existe) pues nos despersonalizaríamos, vale decir, nos haríamos uno con el devenir, más bien seríamos puro devenir en una corriente incesante.
Creo que esa es la propuesta de dichas filosofías.
Ahora bien, me parece que la capacidad de recordar fue fundamental para la evolución de nuestra especie porque nos permite prever
Estoy de acuerdo con vos. La vida práctica sería imposible de vivir sin estar referenciados por la dimensión temporal. Incluso es inteligente planificar, prevenir, etc.

Aquí se habla de una dimensión "no temporal" (o de presente continuo) en paralelo a la dimensión de los fenómenos. Al menos como una fuente de paz a la que se puede recurrir.
Como sea, el pasado nos constituye, es más, llegamos a un mundo que no elegimos y por eso el pasado nos configura de un modo radical, porque no podemos crear desde cero....
En el cristianismo se puede ver en algunos místico dos tipos de práctica que se acercarían a esta disolución completa del ego.

Una es la humildad absoluta. Hay santos y santas que redujeron a su persona (ego o yo) a "la nada misma".

Otra es la devoción. Ante la adoración de Jesucristo, por ejemplo, reducen o disuelven a su ego en "nada", o en apenas un servidor y devoto de aquél.

La idea es casi similar, reducir el ego a lo mínimo.

Incluso Jesucristo, respecto del don de la voluntad, enseñó lo de renunciar a la "propia voluntad" (o voluntad egótica). No vivir de acuerdo a nuestra voluntad sino a la Suya. ¿Qué mayor renuncia de sí que esto?

Los votos de toda orden, castidad, pobreza y obediencia, considero que son pasos preliminares (o un marco) en el cual disolver las tendencias egóticas predominantes (codicia, lujuria, y la "voluntad personal").

Hay algo más. Lo que nos representa como individuos es nuestro nombre. Y nuestra historia personal.

Todo monje y religioso renuncia a su nombre personal. Y toma uno nuevo. De esta manera renuncia a su identidad terrenal para tener una nueva identidad "celestial" por así decir.

Como vemos hay muchas semejanzas con la propuesta budista.
Esto siempre me ha parecido algo peligroso, porque si nos soltamos de todo (incluso del pasado), entonces tal vez podemos llegar a peder la consciencia de nosotros mismos.


No se perdería la consciencia en sí, sino la referencialidad del ego.

La referencia de todo religioso cristiano no es su ego (sus tendencias, su historia personal, etc.) sino el ejemplo y enseñanzas de Jesucristo. Como bien lo enseña Tomás Kempis en "Imitación de Cristo".

¿qué opinas?
Por eso esa práctica budista me parece peligrosa.
La "despersonalización" conduciría de lo individual a lo universal. Del egoísmo al altruísmo. De hecho las "identidades" nos llevan a las sectas (judíos y gentiles, etc.), es decir, a la separación.
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Re: Fugacidad y perdurabilidad

Mensaje por socrates »

Al principio mencioné dos conceptos. Fugacidad y perdurabilidad. Ambos están circunscriptos en el tiempo.

Fugacidad es lo que pasa rápido. Perdurabilidad es lo que "perdura" en el tiempo (más tiempo). Pero todo en el marco de un universo transitorio y cambiante.

Luego habría un concepto diferente que es intemporalidad o inmutabilidad. Aquello que está más allá del marco temporal. Esto es permanencia, pero no perdurabilidad. Permanece más allá de los cambios, como por ejemplo el concepto de sustancia de Spinoza*.

Un símil propuesto desde la filosofía oriental. Puede haber un terremoto y algunos edificios desmoronarse y otros perdurar de pie. Sin embargo, más allá de estos diferentes edificios, el "espacio en sí" no puede ser perdurbado o modificado por el terremoto.

Así (como el espacio en el ejemplo) lo intemporal (el Ser) permanece más allá de lo mutable y no es afectado por lo fenoménico. El "yo personal" en cambio sí es afectado por lo fenoménico como los edificios del ejemplo.

---

* "Ética demostrada según el orden geométrico" , Baruch Spinoza.
Última edición por socrates el 05 Dic 2017, 05:00, editado 2 veces en total.
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Re: Fugacidad y perdurabilidad

Mensaje por socrates »

Felino, copio aquí una poesía de una de las más grandes místicas del cristianismo: Santa Teresa (de Ávila)

VIVO SIN VIVIR EN MI

Vivo sin vivir en mí
Y tan alta vida espero
Que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
Después que muero de amor;
Porque vivo en el Señor,
Que me quiso para sí:
Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero,
Que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
Del amor con que yo vivo,
Ha hecho a Dios mi cautivo,
Y libre mi corazón;
Y causa en mí tal pasión
Ver a Dios mi prisionero,
Que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros!
¡Esta cárcel, estos hierros
En que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
Do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
No lo es la esperanza larga:
Quíteme Dios esta carga,
Más pesada que el acero,
»


Que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
Vivo de que he de morir,
Porque muriendo el vivir
Me asegura mi esperanza;
Muerte do el vivir se alcanza,
No te tardes, que te espero,
Que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
Vida no me seas molesta,
Mira que sólo te resta,
Para ganarte, perderte;
Venga ya la dulce muerte,
El morir venga ligero
Que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
Que es la vida verdadera,
Hasta que esta vida muera,
No se goza estando viva:
Muerte, no me seas esquiva;
Viva muriendo primero,
Que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darte
A mi Dios, que vive en mi,
Si no es el perderte a ti,
Para merecer ganarte?
Quiero muriendo alcanzarte,
Pues tanto a mi amado quiero,
Que muero porque no muero.


---

Cuando habla de la "muerte" no sabemos si habla de la muerte terrenal (para vivir definitivamente en el plano celestial) o de la muerte del ego, para vivir fundida en Dios (en comunión divina). Quizás en el fondo no haya gran diferencia.
Última edición por socrates el 05 Dic 2017, 04:52, editado 1 vez en total.
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Re: Fugacidad y perdurabilidad

Mensaje por socrates »

Algo sobre los votos. Del Diario de Santa Faustina de Kowalska.

El voto de pobreza es una renuncia voluntaria al derecho de propiedad o de su uso, para agradar a Dios.

[...] Es una virtud evangélica que compromete al corazón a separarse de los bienes
temporales a lo cual el religioso esta obligado estrictamente en virtud de su
profesión.

[...] l voto de castidad

P. ¿A qué obliga este voto?
R. A renunciar al matrimonio y a evitar todo lo que está prohibido por el sexto y el noveno mandamientos.

[...] El voto de la obediencia es superior a los dos primeros, ya que en realidad es el que constituye el holocausto, y es el más necesario porque forma y mantiene en vida
toda la estructura religiosa.
(93, 40-43 del Diario).

Págs. 43 y 44 del siguiente PDF: http://www.corazones.org/santos/faustina_diario.pdf

---

Comentario:

Como vemos, tanto en la poesía de Santa Teresa como en los votos comentados por Sta Faustina, hay una orientación clara hacia la reducción (sino aniquilación) del ego (el yo personal) en pos de una entrega total a los Ideales espirituales (transpersonales).
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Re: Fugacidad y perdurabilidad

Mensaje por FelinoVeloz »

socrates escribió:Aquí se habla de una dimensión "no temporal" (o de presente continuo) en paralelo a la dimensión de los fenómenos. Al menos como una fuente de paz a la que se puede recurrir.
Ahora entiendo mejor: habría, según aquellas filosofías, un dimensión de "presente continuo" que va paralela (por ende, sin tocarse) a la dimensión de los fenómenos que sería una "fuente de paz".
A mí entender, esto va en contra del cristianismo, porque según la fe cristiana en Jesús se tocan tanto lo divino como lo humano, de modo que al contacto de Jesús (en la misa, en la oración, en la caridad, etc) hay un verdadero acontecimiento que une lo divino (Dios) con lo humano. Así, lo trascendente no está para el cristianismo en una órbita paralela, sino en un punto de la historia humana concreta: en Jesús.
socrates escribió:En el cristianismo se puede ver en algunos místico dos tipos de práctica que se acercarían a esta disolución completa del ego.
Veámoslas:
socrates escribió:Una es la humildad absoluta. Hay santos y santas que redujeron a su persona (ego o yo) a "la nada misma".
Ciertamente que la humildad es muy agradable a Dios, pero solo es un medio para "asemejarnos a Cristo", vale decir que la humildad es el camino para configurar nuestras propias vidas a la de Cristo. Lo que cuenta en última instancia es que el Padre vea a Cristo en nosotros.
Así, muchos santos han pedido al Espíritu Santo que haga de ellos como "una segunda encarnación del Verbo" para sentir y vivir como Jesús. Pero esto no tiene nada que ver con "buscar la paz" que busca el budismo, porque lo que se busca es agradar a Dios (quien encuentra en Cristo toda su complacencia) y no agradarnos a nosotros mismos.
socrates escribió:Otra es la devoción. Ante la adoración de Jesucristo, por ejemplo, reducen o disuelven a su ego en "nada", o en apenas un servidor y devoto de aquél.
Sí. Lo que pasa es que la relación cristiana con Dios va relacionada con cada persona trinitaria: somos hijos del Padre en el Hijo dentro de esa corriente de amor que crea el Espíritu Santo. Es decir que se vive ANTE el Padre CON el Hijo EN el Espíritu Santo. Por eso se dice que hay que adorar la unidad en la trinidad y la trinidad en la unidad.
socrates escribió:La idea es casi similar, reducir el ego a lo mínimo.
Sí, se trata de relegarse, de reducir el propio "yo". Sin embargo, la finalidad de esa reducción es muy diferente.
socrates escribió:La referencia de todo religioso cristiano no es su ego (sus tendencias, su historia personal, etc.) sino el ejemplo y enseñanzas de Jesucristo. Como bien lo enseña Tomás Kempis en "Imitación de Cristo". ¿qué opinas?
Sí. La tarea de esta vida es asimilarse con Cristo, pero esto se hace porque el Padre se deleita plenamente solo en Cristo. Todo fue hecho a través de Cristo y PARA Cristo, dice San Pablo. El cristiano, al ser bautizado, recibe el Espíritu de Cristo y por eso el Padre ve en ese bebé o adulto bautizado un hijo suyo, y por eso el cristiano tiene plena capacidad impetratoria hacia Dios: lo que pide, recibe.

Por lo demás, hablando del budismo... diría que es una filosofía de vida o religión muy noble, pero que busca la paz interior como meta, es decir, busca al hombre para el hombre. Tal vez me digas que uno busca la paz para compartirla porque quien no la tiene no la puede dar, pero al final sigue siendo el hombre mismo la finalidad... No sé, no comparto esa filosofía, además, no le veo nada de malo al "yo" porque soy "yo" quien ama, soy "yo" quien sufre y quien vive. Luego, si soy "yo" quien hace todo eso, hay dos caminos: o muero como todos los animales, o resucito por obra de Dios. Pero reencarnar y que mi "yo" se pierda lo encuentro una mala oferta de sentido.
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Re: Fugacidad y perdurabilidad

Mensaje por FelinoVeloz »

socrates escribió:Como vemos, tanto en la poesía de Santa Teresa como en los votos comentados por Sta Faustina, hay una orientación clara hacia la reducción (sino aniquilación) del ego (el yo personal) en pos de una entrega total a los Ideales espirituales (transpersonales).
Los poemas de Santa Teresa (que por cierto es la primera doctora de la Iglesia) lo conocía. Pero yo insisto en que la disminución del "yo" o del "ego" es sólo una cuestión secundaria.

Lo primero es saberse amado por Dios Padre con un amor gratuito que no nos merecemos. Eso es lo primero del cristianismo, tal y como lo dice Juan en sus cartas. Ahora bien, luego de sabernos amados, viene nuestra respuesta, la cual será relegarse para que el Espíritu Santo forje a Cristo en nosotros y así el Padre se deleite con lo que más ama: su Hijo. El Padre nos ama en su Hijo, pero cuánto más nos parecemos a él tanto más nos ama, y mayor es nuestra capacidad impetratoria: como dice Santiago, la oración del justo tiene mucho poder. Por eso entre más santo es el cristiano más poder de impetración. Si se busca la humildad, la castidad o la obediencia es solo como medio y no como fin. El fin es amar más
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