La educación

Miguel Carrasco
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Registrado: 10 Ago 2012, 15:53

La educación

Mensaje por Miguel Carrasco »

La educación, anécdotas;

Separamos la vida en multitud de fragmentos, nos especializamos, y así, perdidos en la limitación de nuestra especialización, con la que tratamos de explotarnos y rendirnos importancia, nunca somos capaces de ver la relación entre todas las facetas, de ver por completo el mapa de la vida. Estamos perdidos en la estrechez del 'yo', entre los límites de la estructura ilusoria que el pensamiento crea buscando seguridad, y que nos aísla, dando lugar a los nacionalismos, las religiones organizadas, las ideologías políticas, y la infinidad de grupos que coexisten hoy en día, relacionados sus miembros únicamente por el seguimiento de la autoridad psicológica como forma de encontrar seguridad para escapar de la vacuidad y el aislamiento engendrados por la estructura psicológica del 'yo', que es a su vez la estructura psicológica de la sociedad. Seguir algo, lo que sea, para dotar de sentido a una vida carente de sentido por la falta de amor.
Ustedes pueden descubrir el amor descubriéndose a sí mismos en el espejo de su relación con los demás, con el mundo, consigo mismos en soledad, con sus pensamientos, ideas, y sólo entonces la vida encuentra su sentido, cuando comprenden lo que son, cuando se observan en alerta vigilancia sin juzgarse, sin condenarse, sin aceptar o reprimir lo que ven, sin nombrar (pues en el mismo nombrar hay aceptación o represión), sin esforzarse para cambiar lo que ven. Sólo entonces pueden dejar de actuar como un ente mecánico dirigido por sus condicionamientos educativos, y comprender el sufrimiento, lo que significa terminar con él. Es preciso mirar a lo pequeño, lo cercano, para ver lo grande, lo lejano, lo abstracto. Preciso mirar lo diminuto y lo grande, la vida en toda su expresión, el insecto, la mosca que salpica en la ventana, la mota de polvo que vuela frente a uno, el pájaro, la nube, el cielo, los árboles, las flores, los colores, las lejanas montañas, mirarlo todo sin la imposición de la palabra que define, que mata lo visto, que divide entre el observador y lo observado, volver a ver la naturaleza, ver el mundo sin las imágenes del pensamiento, ver a los demás sin la carga del pasado. Y para eso necesitan energía, pasión, entrega. Nadie puede darles esto, tienen que trabajar para comprender. Trabajan ustedes muchísimo, invierten mucha energía para conseguir mantenerse en sus puestos de privilegio, o para no caer aún más, pero toda esa inversión es un malgasto de energía. Les invito a que no desperdicien la energía, especialmente la sexual, pero estamos tan sexualizados, obsesionados con el sexo; ante tanta presión, nos volcamos en el sexo y en la sensualidad, que es nuestra más inmediata fuente de placer, y de ahí los innumerables problemas que esto acarrea en el mundo. Descubrir la verdad es el impulso fundamental de la vida. Si lo ven, no malgasten el tiempo.
"Los niños aprenden desde muy pequeños a excluir, a jugar con lo suyo; mi pelota, mis amigos...Un niño de unos 3 años y medio jugaba a la pelota junto a uno de unos 6. Ambos estaban junto a muchos adultos y otros pequeños. Otro pequeño, de unos 3 años, que estaba con su padre a unos metros, miraba con energía y ganas de sumarse, se acercaba a darle una patada y el mayor le frenaba con la mano a la vez que le miraba y le decía que él no, con un claro gesto de "no te conozco". Los padres seguían con sus cosas".

"No comprendemos las compulsiones a las que sometemos a nuestras mentes por medio del castigo y la recompensa, con la constante influencia de la propaganda golpeándonos por todas partes...Una niña de unos 9 años lanzaba un puntapié a su madre porque le negaba algo que le estaba pidiendo".

"Somos insensibles. Lo nuestro es lo importante, y creemos que eso es amor...Una niña radiante (como todos los niños) de unos 7 años, que suele ir a la piscina con su abuelo, saltaba a lo bomba al lado de una mujer y su hija, salpicando un poco. El abuelo no estaba mirando. La mujer la miraba despectivamente y musitaba algo con desprecio y una sonrisa de incredulidad, mientras se apartaba con su hija".

"En una educación basada en la explotación del conocimiento y el talento, en la comparación y en la búsqueda del logro, nos convertimos en líderes o seguidores, dependientes psicológicamente los unos de los otros. Así, el líder, el talentoso y el astuto, se convierten en el explotador, y a su vez, sus seguidores, carentes de grandes talentos a explotar, se evaden de sí mismos por medio del talento o la astucia del otro, explotándose recíprocamente, disfrutando ambos de la explotación. El astuto es, por ejemplo, aquel que explota la carencia de logros por medio del consumo caprichoso, la sustitución del dolor de la falta de importancia personal, de la falta de enorgullecimiento, por el placer de los pasajeros deseos, lo que da lugar a esta sociedad tremendamente consumista.
Somos arrojados en un medio educativo basado en la búsqueda de realización mediante la comparación, en la querencia de más, de distinción, de poder, de importancia, ajenos al afecto, al cuidado, a la relación, al amor; y así, aíslados, temerosos por buscar estatus y mantenerlo en una pelea de sálvese quién pueda, y bombardeados constantemente por la propaganda del éxito y el fracaso, creamos esta confusa, ávara, y violenta sociedad. La sociedad es uno mismo, no un ente abstracto, sino cada uno de nosotros en su relación con los demás. Nuestra educación nos vuelve carentes de verdadera iniciativa, nos convierte en imitadores, amoldándonos, siempre pensando en el que dirán. Esta educación comparativa, que nos obliga a autoestimarnos, a sentir gloria o vergüenza, a dividirnos internamente, a perseguir, a que nuestras acciones nunca sean completas, sino que tengan por trasfondo la búsqueda del logro personal para acrecentar el placer de la memoria del 'yo' (pues el 'yo' es tan sólo la ilusión de la memoria y su proyección, pasado convirtiéndose en futuro) es nuestro sufrimiento, nuestra confusión; la fragmentación interna en multitud de deseos contradictorios entre sí que nos aísla, y así, creamos la autoridad de la masa, de lo social como ajeno a nosotros mismos, por más banal que esto sea...Dos niños de unos doce años paseaban hablando de cómo llevar la ropa puesta. Decían que ahora está de moda llevar los pantalones de esta manera y alguna cosa de la otra, que está guay".


"Mecanismos de chantaje, mala alimentación, castigo y recompensa, dolor y placer, esfuerzo...Dos niños de entre 3 y 4 años se tiraban al suelo a la par con una gracia divina. La madre de uno de ellos decía que iba a romper otra vez la chaqueta, y le dijo que se levantase. Él se levantó y se volvió a tirar graciosamente, con alegría. La madre exclamó <<¡No hay chuches, eh!>>".

"Nuestra inmadurez se muestra, entre otras cosas, en la forma en que tratamos a un niño...Una madre hablaba con sus amigas en la Plaza Moyua. La abuela, sentada en el banco detrás de ella, le decía a su nieta; a ti no te quiero nada, a él sí pero a ti no..la pequeña le lanzaba patadas. Después de un rato la madre se daba la vuelta para coger algo de la abuela mientras la niña le lanzaba una patada. Ni siquiera se dio cuenta. Se despidió de las amigas y la pequeña estaba visiblemente afectada, quería que su madre la cogiese en brazos y la madre no le hacía el más mínimo caso, mientras ella se quejaba vanamente. Recogieron, y agarrada de la mano de su madre miraba a su abuela, aún sentada, con una mezcla de incomprensión y desagrado, mientras tiraba de su madre para irse a la vez que su madre trataba de ayudar a levantarse a la abuela. Se levantó y la niña seguía tirando de su madre hacia delante con la clara intención de dejar atrás a su abuela".

"Somos educados comparativamente, competitivamente, y cada vez que nos comparamos nos estamos destrozando, dividiendo interna y externamente...En un parque, una pareja llama a un perro a lo lejos; Elvis, no, ahí no, ven aquí.. El perro vuelve corriendo hacia ellos y se abalanza en un gesto de ternura. Una mujer, a unos 10 metros, mira a su perro y le dice; ¿Ves Sai? Así se hace".

"Somos insensibles. Educados por medio de la obligación y el esfuerzo, sometidos a la constante presión de los adultos, pronto perdemos la sensibilidad hacia todas las cosas de este mundo...Una pequeña sube la pronunciada cuesta del parque detrás de su madre. Lleva agarrado a un perro que tira de ella. El perro se mueve enérgico y corre, y en ese movimiento ella se siente incómoda. Cuando llegan arriba ella le azota con la correa, y el perro la muerde como queriendo jugar. Entonces ella le golpea fuerte y rabiosamente con la mano en lo que parece ser actitud de enseñanza".

"Poco a poco nos vamos convirtiendo en seres apagados sin gracia, y apagamos a nuestros hijos, su natural y maravillosa espontaneidad...Un niño de unos 4 años estaba encima del banco del vestuario mientras su padre recogía la ropa. Se puso a jugar con su voz haciendo sonidos y el padre se acercó a decirle en un tono de voz moderado, con la convicción del que dice lo correcto, “sin tonterías”.
Otro día, dos hermanos de unos 6 y 4 años se ríen de algo a carcajadas y el padre les dice que no ve porque les hace gracia, que eso no tiene gracia".

"El dinero y las posesiones toman importancia desde muy pequeños...En el vestuario, dos niños de unos 12 años hablaban de ordenadores. Uno, que parecía algo mayor, le instaba al otro a comprar un buen teclado y una buena pantalla. Hablaban de dinero con solvencia. Para el que recomendaba, 50 euros no era mucho. Hablaban de juegos de ordenador y de comprar. La palabra comprar fluía con liquidez en la conversación.
Otro día, tres niños y una niña de entre 7 y 8 años hablan de dinero y de posesiones. Yo me encontré un billete de 50 y uno de 10..Pues yo uno de...Compiten...Yo voy a tener un chalet con piscina y jacuzzi..y un balón del madrid y el barsa, y el balón de oro, y la play station, y esto y lo otro".



"¿Cómo creen ustedes que los niños se impregnan de ciertas ideas? Es el constante impacto de esas ideas sobre el inconsciente. Y ellos las aceptan; cuando crecen, son eso mismo que han absorbido, ya sea de la izquierda o de la derecha, ya sea de esta religión o de aquélla; eso es lo que son, con sus innumerables creencias y sus mentes condicionadas. El inconsciente ha estado absorbiendo todo el tiempo. Y puede absorber tanto lo feo como lo bello, lo verdadero como lo falso. Nuestra dificultad radica en estar libres de todas estas impresiones y mirar la vida de nuevo. ¿Es posible estar libre de la influencia de estos constantes impactos? Osea, darnos cuenta de estos impactos, y no ser influidos por ellos. Porque están ahí. ¿Puedo ser lo bastante sensible, estar lo bastante alerta como para saber qué es falso, qué es engañoso, de modo que ni siquiera haya resistencia? Porque tan pronto resisto, fortalezco lo que estoy resistiendo; por lo tanto, me vuelvo parte de ello. Pero si lo comprendo, eso ya no ejerce más influencia alguna, ni sobre lo consciente ni sobre lo inconsciente.
¿Es entonces posible liberarse de todas las influencias que nos condicionan y a base de las cuales nos hemos educado? Liberarnos del nacionalismo, de las diferencias de clase, de las innumerables creencias religiosas y de las ideologías políticas. Por cierto, uno debe ser libre; de lo contrario no puede descubrir lo que hay más allá de la libertad. Pero, para ser libre, debe examinar todas estas cosas, ¿no es así?, y no aceptar nada, lo cual implica dudar, descubrir por sí mismo. En consecuencia, por todo eso, uno debe comprender el contenido de su propia conciencia, de lo que uno es". Jiddu Krishnamurti.
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