Cell escribió:Alexandre Xaxier
Agradezco enormemente la oportunidad que me das de expresarme y el interés que manifiestas en que exponga mi cosmovisión. Aunque en cierta forma me pones en un predicamento, dado que tal vez habría preferido no desarrollar mucho ese tipo de nociones.
En realidad mi conocimiento metafísico sobre el nacionalsocialismo es bastante precario aún, ya que estoy en proceso de educarme al respecto. He leído gran parte de la obra de Miguel Serrano y otras cosas más. Todo es de una complejidad inmensa, que requiere mucho tiempo, quizá años para poder decir que se tiene un mínimo se comprensión al respecto.
No obstante eso hablaré de lo que he aprehendido y creo puede ser exponible sin menoscabo de la causa. En primer lugar, empecemos por Dios.
Por muchos años creí en el dios judeo cristiano. Aunque en la forma de variantes New Age, tributarias de Helena Blavatsky. Y sobre esta lógica fueron mis discusiones por ejemplo con el mismo ManuelB. Con especial hincapié siempre en el esoterismo, así como en la importancia de una especie de empirismo espiritual, considerando a los rosacruces como los más grosos en este cuento; los más genuinos portadores de conocimiento y verdad (esto no sé si lo dije alguna vez, pero así era sin duda). Sin embargo, todo cambió un buen día cuando escuché a una muy preclara anciana llamada Ursula Haverveck, apologeta de Adolf Hitler y ferviente negadora del Holocausto. Una persona extraordinaria con una claridad de conceptos y convicciones muy profundas. Fue ese el punto de partida que me llevó a investigar sobre el tema y en última instancia a considerar de que en efecto somos prisioneros de una maligna deidad llamada Yavhé-Satanás, dios judío y pretendido dios cristiano
Así entonces, lo que damos por divino, en cualquier clave religiosa seria en realidad algo demiúrgico, siendo la auténtica deidad ultima algo incognoscible, al menos desde el plano material y racional corriente. Solo una gnosis primordial podría llevarnos al verdadero conocimiento y a vivenciar nuestra esencia original; cualquier otro intento sería fútil ya que siempre ha de terminar en paradojas insalvables. De este modo, todas las religiones se enmarcarían siempre en un plan demiúrgico,donde la dualidad misma e incluso la superación de la dualidad, siempre estarían dentro del plano de lo creado, siendo el reino del espíritu ajeno a esta creación. El judío, así, en su lealtad y adoración del demiurgo, ha sido premiado con el dominio dé la materia tangible, al ser ellos mismos cuerpo y alma, mas carentes de espíritu. El reflejo de este mundo decadente y materialista es plenamente consistente con la masificación de este espíritu judaico, en oposición al del origen primordial, que habría sido buscado por la orden negra de las SS. La svástica misma es un ejemplo claro y en cierta forma un lenguaje cifrado. Sus aspas, como se puede ver, giran en sentido contrario a las agujas del reloj; en dirección a recuperar una época perdida, la Edad Dorada, remontando el ciclo de degeneración del tiempo demiúrgico (Saturno-Cronos, el mismo Yahvé Satanás). El tiempo es el enemigo del espíritu increado, el cual ha sido atado al cuerpo biológico de un pasu. El recuerdo e las sangre, la nostalgia primordial de sentirse ajeno a esta creación infausta, es lo que habría guiado el última instancia al Reich en su lucha contra el alma mosaica.
Hay mucho más, claro, pero si me tiran lengua podré comentar otras cosas.
Saludos
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"La verdad nos hará libres".
Comenzaré mis observaciones por un detalle iconográfico. No es algo banal para nosotros,
arianistas politeístas, lejanos en este punto de la iconoclastia judía (o islámica) que niega valor sagrado a las imágenes. No existe Dios, sino que existen
los dioses, siempre en plural, siempre muchos. Y sus imágenes han de ser concretas, para realizar la iniciación espiritual del humano que persevera en la ascensión al Valjala divino, después de superar el actual Ragnaroc, la caída de los dioses viquingos en la que actualmente estamos atrapados. ¡Aunque no para siempre! Además, mi práctica espiritual tántrica incluye la continua visualización de estos símbolos, que además pinto con frecuencia.
Dices, Cell, que la esvástica gira en sentido contrario a las agujas del reloj.
Maticemos. Este primordial símbolo ario (y no solamente ario) tiene infinitas variantes gráficas: tres brazos, cuatro brazos, cinco brazos, brazos angulosos, brazos redondeados, brazos en posición estable horizontal y vertical, brazos en posición dinámica inestable inclinada, variación de colores en los muchos o pocos brazos más sus espacios intermedios, adición de puntos interdimensionales (
bindus) entre los brazos, etcétera.
Y, en cuanto al sentido de giro, la esvástica puede ser levógira, en el sentido contrario a las agujas del reloj, o dextrógira, en el sentido de las agujas del reloj. Esta segunda variable, la dextrógira, es la usualmente utilizada por el nacionalsocialismo; me niego a utilizar el pretérito peyorativo "fue" pues este movimiento sigue bien vivo y actual. Cierto que el nacionalsocialismo y otras corrientes arianistas, o incluso no arias como la cultura americana precolombina de los
hopis al sudoeste de los Estados Unidos cerca de Méjico, también usan la sauvástica, la cruz gamada en el sentido contrario a las agujas del reloj. De hecho, la variante levógira coexiste usualmente con la dextrógira.
Y, sin embargo, predomina la variante dextrógira, que es la usualmente llamada, con propiedad,
esvástica.
Eso no es casualidad, e incluso lo apunta el propio texto de Cell.
El curso normal en el orden del mundo manifestado es
dextrógiro. Va en el sentido del tiempo. Es un orden histórico. Sin embargo,
esotéricamente, es posible (y harto difícil, claro está) realizar el movimiento antitemporal de vuelta al inicio, desde el tiempo a la eternidad sin precariedad circular, sin la infausta Rueda de las Reencarnaciones. De ahí el uso iniciático de la
sauvástica (levógira) en el tantrismo, y también en el nacionalsocialismo esotérico, como por ejemplo en el
Círculo de Tulé o en la Orden Negra citada por Cell.
En resumen, digamos que la
esvástica dextrógira es la forma popular introductoria y exotérica de la cruz gamada, mientras que la minoritaria
sauvástica levógira es la forma iniciática y esotérica. Ambas formas son complementarias, pero la forma directamente liberadora gira a la izquierda, contra el tiempo, hacia el origen primordial. ¡La cruz gamada
sauvástica!
Cordialmente, de Alexandre Xavier Casanova Domingo, correo electrónico trigrupo @ yahoo . es (trigrupo arroba yahoo punto es). La imagen del avatar gráfico es una fotografía que me identifica realmente, no retocada, tomada en septiembre del año 2017.