LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

ManuelB
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LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Mensaje por ManuelB »

Tal y como he dicho os adjunto el documento que he estado escribiendo que es bastante largo (11 páginas). Agradecería a los que lo quieran leer y opinar al respecto.

Spoiler: show
LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO
ÍNDICE página
1.- INTRODUCCIÓN..........................................................................................................................2
2.- DETERMINISMO E INDETERMINISMO...................................................................................................2
2.1.- Determinismo..........................................................................................................................2
2.2.- Indeterminismo........................................................................................................................3
3.- LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO....................................................................................................3
3.1.- La libertad..............................................................................................................................3
3.2.- El libre albedrío........................................................................................................................4
3.3.- Consecuencias..........................................................................................................................4
4.- APORTACIONES CIENTÍFICAS.............................................................................................................5
4.1.- Jacques Monod..........................................................................................................................5
4.2.- Michio Kaku..............................................................................................................................6
4.3.- Stephen Hawking (o su viuda).........................................................................................................7
4.4.- Joaquín M. Fuster........................................................................................................................8
5.- CONSIDERACIONES FINALES...............................................................................................................9
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1.- INTRODUCCIÓN
Uno de los derechos humanos, puede que el más importante y que más se ansía, es el de la libertad:
Capacidad humana de actuar según su propia voluntad; “en román paladino”: hacer lo que se quiere
hacer.
Antes de analizar los constatados y distintos grados de libertad que disfrutan los seres humanos,
como resulta que existen unas condiciones que afectan en general a la libertad, procede analizarlas
con anterioridad.
El motivo por el que se producen esos condicionantes es el hecho de que ni los filósofos, ni los
científicos, ni nadie, pueden saber cómo son los sucesos, los fenómenos físicos que se producen en
el universo en el que vivimos: si están todos determinados, o no lo están; denominando azarosos a
los que no lo estuvieran.
La existencia del determinismo y del azar ha sido tema de debate desde los primeros inicios del raciocinio humano. A medida que se fueron prediciendo cada vez con mayor exactitud y estableciendo leyes en el intento de describir el comportamiento de la naturaleza, del orden que regía en el universo, en el que se podía saber de antemano con “absoluta” precisión la situación de los cuerpos celestes, fue creciendo la idea de que todo estaba predeterminado, determinado, “escrito” que sucediera como efectivamente se comprobaba fehacientemente que así ocurría. Con el paso del tiempo, huyendo del fatalismo que suponía la existencia del determinismo, se dejó la puerta abierta a la existencia de sucesos que no estuvieran determinados, que fueran azarosos. Hay que tener en cuenta que
este debate no es, en principio, científico sino filosófico. La física experimental es la única que puede conseguir conocimiento una vez que verifique empíricamente las hipótesis, conjeturas o teorías
de la física teórica, pero el calificar un suceso de determinado o azaroso no puede verificarse empíricamente.
Trataré a continuación las dos doctrinas filosóficas contradictorias al respecto: la del determinismo
y la del indeterminismo, posteriormente, la libertad y el libre albedrío, después, como argumentación de que este tema es casi exclusivamente filosófico, me permitiré osadamente exponer lo que en
publicaciones han formulado algunos científicos al respecto con las que disiento, en la inteligencia
de que puede que el equivocado sea yo y no ellos. Finalmente, unas consideraciones finales a guisa
de resumen.
2.- DETERMINISMO E INDETERMINISMO
2.1.- Determinismo
Pierre-Simon Laplace (1749-1827), astrónomo, físico y matemático francés estableció una doctrina
filosófica, denominada determinismo, que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el
pensamiento y acciones humanas, está casualmente determinado por la irrompible cadena causaconsecuencia. La determinación implica la ausencia de azar en la cadena causa-efecto que da lugar
a un suceso concreto. Esto provoca que todo fenómeno está prefijado de una manera necesaria por
las circunstancias o condiciones en las que se produce, y, por consiguiente, ninguno de los actos de
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nuestra voluntad es libre, sino necesariamente preestablecido. El precursor de esta doctrina fue el filósofo racionalista Baruch Spinoza (1632-1677).
2.2.- Indeterminismo
Doctrina filosófica del indeterminismo, contradictoria de la anterior, según la cual los fenómenos no
están determinados de un manera necesaria por las circunstancias o condiciones en que se producen,
y, por consiguiente, los actos de la voluntad son libres. Es decir, los acontecimientos no dependen
de un proceso causal “lineal”, esto es por necesidad, sino de un proceso “no lineal”, esto es por
azar; y por azar no es sin causas, sino por un sistema de causas no coordinadas.
El principal valedor de esta doctrina filosófica es Jacques Monod (1910-1976), biólogo y bioquímico francés, ganador del Premio Nobel de Fisiología o Medicina, que escribió un libro titulado “El
azar y la necesidad”, siendo famosas las últimas frases del mismo: “el hombre sabe al fin que está
solo en la inmensidad indiferente del Universo de donde ha emergido por azar. Igual que su destino,
su deber no está escrito en ninguna parte. Puede elegir entre el reino y las tinieblas.” Precursor de
esta doctrina fue Aristóteles (384-322 a.C.) con el que denominó “Azar como encuentro accidental”.
Dependiendo del ámbito al que se aplique, se pueden distinguir cuatro tipos de azar: Azar en matemáticas, azar en la física, azar en biología y azar como encuentro accidental. En el azar desde el
punto de vista filosófico se encuentra el azar ontológico que es aquel que forma parte del ser, del ser
vivo, del ser humano, no de los objetos inanimados de la naturaleza inerte.
3.- LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO
3.1.- La libertad
Como ya he dicho, una de las ansias prioritarias del ser humano, quizá la que más, es la de tener libertad: el poder realizar nuestros deseos. Es uno de los principales derechos que se contemplan en
la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Nuestra libertad está constreñida, depende de lo que nos dejen hacer la naturaleza inerte o inanimada, los seres vivos de nuestro entorno
y de cómo sean las potenciales capacidades genéticas de cada ser humano, todas distintas e irrepetibles.
La sociedad, en el ánimo de cumplir con la DUDH, contempla en las Constituciones de los países
democráticos, como derecho inalienable, el de la libertad mediante la implantación de la igualdad
de oportunidades, medida con la cual, todos sin excepción, puedan intentar realizar sus deseos.
Unos, los mejor dotados genéticamente, los podrán realizar; otros, los menos dotados no podrán
cumplir con todos sus deseos y tendrán que conformarse con otras alternativas; las cuales, les tienen
que proporcionar también una vida digna en el seno de la sociedad en la que viven.
Pero todo lo que he expuesto sobre la libertad, sería solo una ilusión, una sensación de tenerla si la
doctrina filosófica del Determinismo fuera cierta (cosa que no sabemos, no lo sabe nadie, ni la ciencia, ni la filosofía…). En este caso todos los seres humanos haríamos y nos sucedería lo que estaba
escrito que hiciéramos y nos sucediera: nuestro destino estaría determinado, “escrito” y no lo po3
dríamos cambiar, en analogía a lo que pasa en una película que se ha grabado y nada de ella se puede modificar.
3.2.- El libre albedrío
Existe otro concepto que es el del libre albedrío, libre arbitrio o libre elección:
“Libre albedrío: es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas según las cuales las personas tienen
el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. Muchas autoridades religiosas han adoptado dicha
creencia, mientras que ha sido criticada como una forma de ideología individualista. El principio del
libre albedrío tiene implicaciones religiosas, éticas, psicológicas, jurídicas y científicas. Por ejemplo, la ética puede suponer que los individuos son responsables de sus propias acciones.
La existencia del libre albedrío ha sido un tema central a lo largo de la historia de la filosofía y de la
ciencia. Se diferencia de la libertad en el sentido de que conlleva solo la potencionalidad de obrar o
no obrar, la elección de lo deseado, pero no la realización de la acción deseada.
3.3.- Consecuencias
Existe pues, una clara diferenciación entre “lo pensado”: deseos y elecciones mentales, y “lo actuado”: realización física de acciones de lo que se haya decidido hacer. Inmanuel Kant denominó noúmeno a “lo pensado” y fenómeno a “lo actuado”.
La diferencia que existe entre el concepto del libre albedrío y la libertad es análoga a la que existe
en el ámbito religioso entre el “pecado de pensamiento y los de palabra y obra” y la que existe en el
ámbito político de la justicia penal: el elegir querer hacer algo sea bueno o malo es un pensamiento
(noúmeno) merecedor de premio o castigo por parte de la mayoría de las religiones; pero otra cosa
muy diferente es la de realizar físicamente la acción de palabra u obra (fenómenos) que inflijan daños a las personas. Los pensamientos no constituyen acción alguna, no producen daño a los demás.
Los actos de palabra u obra son acciones que, si producen un daño importante a las personas, constituyen lo que la sociedad denomina delitos, y a los que los hacen, delincuentes; los cuales, son castigados con penas de reclusión en función de la gravedad de los mismos. Aquel que consiga realizar
una acción según lo elegido y decidido, es porque ha tenido la libertad de hacerlo, con independencia de que esa acción sea en beneficio o en perjuicio para alguien.
Por un lado, una cosa es elegir hacer, y otra muy distinta es conseguir hacerlo. La elección depende
de los deseos de hacer que tenga cada ser humano en función de su propia y exclusiva genética; la
cual, tiene la que tiene tanto debido a cuando todo estuviera determinado, como que esa genética la
haya recibido por azar. Su genética, su modo de ser le condiciona, le obliga a querer hacer lo que le
dictan sus deseos y que, en definitiva, elige y decide hacer entre las oportunidades que en esos momentos se le presenten. Pero si finalmente no consigue realizar físicamente lo que ha elegido realizar, no habrá tenido libertad alguna para cambiar para bien o para mal, ni para él ni para los demás,
las condiciones de su entorno, los ambientes existentes.
Por tanto esté todo determinado, incluyendo los pensamientos y, consecuentemente, también las acciones, como si los pensamientos no lo estén y, consecuentemente, tampoco las acciones, no existe
el libre albedrío, la libre elección, porque aunque los seres humanos no estuviéramos determinados
a existir y nacer donde nacemos, estamos condicionados, obligados, a desear hacer aquello que
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nuestra particular genética nos dicta. Esté todo determinado, o los pensamientos no lo estén, somos
como máquinas, robots orgánicos programados genéticamente a elegir y a intentar hacer en función
de cómo somos cada uno. No tenemos libre albedrío.
A los robots que los seres humanos consigamos construir, se les provee de una programación para
que con sus acciones redunden en nuestro beneficio. Esas máquinas artificiales que hayan sido programadas para proporcionar el bien a los seres humanos, no experimentarán sentimiento alguno
cuando lo consigan, pero sí proporcionar satisfacción a los seres humanos con sus acciones.
Para asentar los argumentos expresados me referiré a Adolf Tobeña, catedrático de psiquiatría en la
Universidad Autónoma de Barcelona que tiene una extensa trayectoria en investigación en neurobiología. En su último libro, “Neurología de la maldad”, hace un exhaustivo estudio de las conductas humanas, cuyo resumen es el siguiente:
Los genéticamente psicópatas, carentes de empatía, elegirán hacer el mal a los demás si les reporta
algún beneficio. El tanto por ciento de los psicópatas en el mundo oscila entre el 1 y el 1,5%; algo
menos del 5% son aquellos que perjudican ostentosamente a los demás, aunque no lleguen a ser psicópatas o que tienen un grado de psicopatía menor; los "buenos por naturaleza”, los que no necesitan leyes para portarse bien, están entre el 15 y el 20% y existe finalmente, aproximadamente un
70% de individuos acomodaticios según leyes y costumbres, que tienden a respetar o a saltarse las
normas en función de lo que observa. Concretamente, el gen psicópata MAO-A se ha comprobado
que suele ser heredado. Sería muy conveniente que cada ser humano intentara sinceramente saber
en cuál de los porcentajes se encuentra.
4.- APORTACIONES CIENTÍFICAS
4.1.- Jacques Monod
Es sorprendente que Monod solo habla del libre albedrío de la libre elección, pero no de la libertad
que, como he razonado, son conceptos totalmente distintos (noúmeno y fenómeno). En la conclusión final de su libro defiende que los seres humanos hemos surgido por azar y que su deber y su
destino no están escritos, por lo que podemos elegir entre el bien y el mal.
Creo que lo que viene a decir es que podemos cambiar el destino eligiendo; pero eso no es cierto
porque una cosa es elegir lo que se quiere hacer y otra muy diferente es el conseguir realizar físicamente lo que se ha decidido hacer. Solo podremos cambiar nuestro destino cuando consigamos realizar nuestros deseos.
Pero es que, además, tal y como hemos argumentado, como nuestros deseos y nuestra elección en el
intento de realizarlos, están condicionados por nuestra particular genética, no es que podamos elegir
entre el bien o el mal, sino que los “malos”, al carecer genéticamente de la empatía, siempre elegirán teniendo solo en cuenta la manera de cumplir mejor con sus deseos, y los “buenos” serán felices
cuando hagan el bien a los demás.
Eduardo Punset en su libro “El alma está en el cerebro” dedica un capítulo entero a la mente del psicópata: seres sin empatía ni conciencia, incapaces de ponerse en el lugar de los demás, sin remordimientos y que tratan a las demás personas como objetos. Es como un “enfermedad mental genética”
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que no tiene curación. A lo más que se puede llegar con un psicópata es que si se le convence que su
conducta redundará en su beneficio, entonces se “portará bien”.
4.2.- Michio Kaku
El físico teórico Michio Kaku, en su libro “El futuro de nuestra mente” dedica en el Apéndice último casi 7 páginas al libre albedrío. En su argumentación, dice:
“… la propia definición de “libre albedrío” es ambigua. Por ejemplo, una manera de definirlo pasa
por preguntarse si el comportamiento se puede predecir. Si el libre albedrío existe, la conducta se
podría prever con antelación. Supongamos que estamos viendo una película. La trama está por
completo determinada sin rastro del libre albedrío, de manera que la película es totalmente predecible. Pero nuestro mundo no puede ser como una película por dos razones. La primera es la teoría
cuántica, como ya hemos dicho: aunque la física clásica afirma que cualquier movimiento de los
átomos es predecible y está completamente determinado, en la práctica el inmenso número de átomos hace que sea imposible predecir esos movimientos.
El final de la película aún no está escrito. Una sutil combinación de efectos cuánticos y teoría del
caos destruye el determinismo estricto. Al final, seguimos siendo dueños de nuestro destino.”
Kaku comete el error de creer que el libre albedrío existe si el futuro se puede predecir. No tiene
nada que ver el que se pueda predecir un suceso a que ese suceso esté determinado o sea azaroso.
Existe una diferencia entre la determinación y la predictibilidad de los hechos. La determinación
implica exclusivamente la ausencia de azar en la cadena causa-efecto que da lugar a un suceso concreto. La predictibilidad es solo una estimación, una creencia, hecha a priori, de cómo va a ser un
suceso que todavía no se ha producido. Cualquier suceso que no se haya producido, o que se produzca, no se sabe si estaba determinado o es azaroso. Por eso siguen existiendo, tienen valor las dos
doctrinas filosóficas contradictorias: la del determinismo y la del indeterminismo.
En el último párrafo copiado de Kaku, lo que hace es descartar la doctrina filosófica del determinismo ya que dice: “la película” de los seres humanos no está escrita y podemos cambiar nuestro destino”. Apela para ello a los efectos cuánticos (de los que hablaremos posteriormente) y al filosófico
azar ontológico presente en la teoría del caos, en el que según el “efecto mariposa”, un insignificante ser vivo con su aleteo elimina el determinismo.
Kaku no solo se equivoca en los conceptos de la libertad y del libre albedrío sino que solo contempla como cierta una de las dos posibilidades existentes: la del indeterminismo; lo cual, es solo una
creencia que no invalida la del determinismo debido a que ni él ni nadie la puede excluir como incierta.
En consecuencia, si todo está determinado no somos dueños de nuestro destino, a lo largo de toda
nuestra película y hasta el final se cumple lo que estaba determinado que se cumpliera; pero si los
pensamientos no estuvieran determinados no seríamos dueños de nuestro destino como dice Kaku,
sino que tendríamos un grado de libertad según sea nuestra genética, en la que se incluyen nuestras
potenciales capacidades, y lo que nos dejen hacer nuestros ambientes (seres vivos y naturaleza inerte).
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4.3.- Stephen Hawking (o su viuda)
En el libro póstumo de Stephen Hawking publicado en 2018 hay un capítulo, el número 4, titulado
¿Podemos predecir el futuro? En diez páginas se trata principalmente el determinismo, el determinismo de Laplace al que cita un total de 12 veces. Sorprendentemente, en todo el capítulo nunca se
cita el azar.
En el libro, se dice:
“Las regularidades de la naturaleza que la gente fue advirtiendo fueron más obvias en el movimiento de los cuerpos celestes. La astronomía fue la primera ciencia que se desarrolló. Newton asentó la
base matemática para predecir el movimiento de los cuerpos celestes. Esto condujo a la idea del determinismo científico, teoría que, posteriormente, fue expresada por el científico francés Laplace.
Este ha sido el principio central de la ciencia desde la época de Laplace. La idea de que el estado
del universo en un cierto momento determina el estado en todos los momentos ha sido un principio
central de la ciencia desde la época de Laplace.”
Ese párrafo sería adecuado si no se añadiera lo siguiente:
“Implica que podemos predecir el futuro, al menos al principio. Pero en la práctica, la capacidad de
pronosticar el futuro está drásticamente limitada por la complejidad de las ecuaciones y por el hecho de que a menudo tienen una propiedad denominada caos. Esto significa que una pequeña perturbación en un lugar puede causar un cambio importante en otro (el conocido “efecto mariposa”).
El problema es que eso no es repetible.”
No, eso no implica que podemos predecir el futuro, lo único que se dice en la doctrina filosófica de
Laplace es que todos los fenómenos están determinados, nada más.
Está claro que en el libro solo interesa poder predecir el futuro, pero que no se puede hacer por muy
determinado que esté el futuro. Es que ni siquiera se considera que existe otra doctrina filosófica, la
del indeterminismo contraria al determinismo, en la que los acontecimientos no dependen de un
proceso causal lineal sino de un proceso no lineal, esto es por azar. En este caso, al no estar determinados los sucesos, la predicción del futuro sería ya muchísimo más complicada, prácticamente imposible.
Se sigue diciendo:
“A pesar de esas dificultades, el determinismo científico siguió siendo el dogma oficial durante todo
el siglo XIX. Sin embargo, en el siglo XX hubo dos desarrollos que mostraron que la visión de Laplace de una predicción completa del futuro no se puede realizar.”
Se continúa en el error, Laplace no pretendía una predicción completa del futuro porque sabía que
eso no se podía conseguir, sino que lo que sostenía era que todo acontecimiento físico, incluyendo
el pensamiento y acciones humanas está causalmente determinado por la irrompible cadena causaconsecuencia.
En el libro se sigue diciendo que para observar como es el estado físico de un sistema de partículas
(sus posiciones y movimientos) hay que iluminarlas, pero al hacer esa iluminación las perturba por
lo que nunca sabremos el estado del sistema ni antes ni después de la observación.
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Este confirmado desconocimiento es fundamental ya que pone de manifiesto que tampoco en el micromundo de la física cuántica se sabe cómo son los sucesos, si determinados o azarosos ni antes ni
después de la observación, al igual que pasa en el macromundo de la física clásica con los sucesos
que en esa escala se producen en el universo.
En el libro se sigue hablando de la mecánica cuántica que siempre conduce a la incertidumbre. No
se trata la indeterminación, el azar, y todo se orienta a la obsesión por predecir el futuro y la impotencia para conseguirlo.
Al final del capítulo se dice:
“En síntesis, la visión clásica presentada por Laplace, era que el movimiento futuro de las partículas
estaba completamente determinado si conocíamos sus posiciones y velocidades en un mismo instante. Esta visión tuvo que ser modificada cuando Heisenberg presentó su Principio de Incertidumbre,
que establece que no podemos conocer con precisión tanto la posición como la velocidad. Sin embargo, todavía es posible predecir una cierta combinación de posición y velocidad. Pero incluso esa
predictibilidad limitada parece desaparecer cuando se tiene en cuenta los agujeros negros.”
Tal y como dije al principio de este documento, aunque se cita a la doctrina filosófica de Laplace, se
está confundiendo lo que significa esa doctrina. Cuando se dice en este capítulo lo que es el determinismo no es eso lo que dice Laplace. La doctrina filosófica que defiende Laplace sostiene que todos, absolutamente todos los fenómenos tienen que suceder en instante, lugar y forma como efectivamente suceden, con independencia de que sepamos o no sepamos si estaban determinados o no lo
estaban. La predictibilidad de los sucesos, sea la que sea, mucha o poca, no cambia el hecho de que
cualquier suceso, bien se produzca en el macromundo o en el micromundo de las partículas, estaba
determinado que se produjera tal y como efectivamente se produce, o no lo estaba; y si no lo estaba,
ese suceso es azaroso.
Parece incomprensible que Stephen Hawking haya escrito ese capitulo número 4. Pero teniendo en
cuenta que el libro ha sido publicado después de su muerte, puede que no todo en él se refleje fielmente lo que pensaba Hawking.
4.4.- Joaquín M. Fuster
Joaquín M. Fuster es un neurocientífico español cuya investigación ha hecho contribuciones fundamentales para la comprensión de las estructuras neuronales subyacentes a la cognición y el comportamiento.
En relación con su nuevo libro “El telar mágico de la mente” (Ariel), se le hicieron, que yo sepa,
dos entrevistas.
Una de ellas se publicó en el Diario “Última Hora” de Palma de Mallorca del 12-12-2020. Fueron
tres las preguntas en relación con el libre albedrío y con la libertad que se le hicieron:
P.- ¿Por qué al cerebro se le llama el órgano de la libertad?
R.- La libertad o libre albedrío es la capacidad de elegir entre opciones de acción y de la información que ha de iniciar y guiar la acción.
P.- ¿El libre albedrío es innato?
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R.- El libre albedrío no, pero la estructura cerebral que lo sustenta sí lo es.
P.- Dice que nuestro cerebro está sujeto a la teoría del caos. ¿Significa eso que casualidades pueden
influir en nuestro modo de pensar y actuar? ¿Y no interfiere eso con el libre albedrío?
R.- El libre albedrío está influido por una multitud de eventos minúsculos y aleatorios dentro y fuera del cerebro. Esos eventos pueden sesgar nuestras decisiones inconscientemente, por lo que una
decisión aparentemente libre puede ser sesgada, si no determinada, por aquellos eventos. Pero esas
influencias “caóticas” simplemente nos dicen que la libertad absoluta no existe, algo que también
nos dice el sentido común.
La otra entrevista se publicó en el diario “La Vanguardia” del 18-12-2020 en la que contestó a dos
peguntas que se le hicieron al mismo respecto del mismo tema:
P.- ¿Por eso los cráneos de los humanoides iban ganado cada vez más frente?
R.- Yo le llamo a ese córtex evolucionado que investigo “el horno de la libertad”
P.- ¿Libertad dentro de unos límites?
R.- Nuestro cerebro tiene libre albedrío por definición fisiológica: es capaz de analizar la realidad y
proceder en consecuencia con un mecanismo cibernético que incluye al cerebro y el entorno, que interactúan.
Del análisis de sus respuestas se deduce que piensa que el libre albedrío es sinónimo de la libertad,
cosa que es falsa. Ese error lo que hace es acumular confusión en sus respuestas. De entrada, recha -
za la doctrina filosófica del determinismo y llega a la conclusión de que lo que existe es el indeterminismo, pero como cita indistintamente al libre albedrío y a la libertad, ya que considera que son
lo mismo, llega finalmente a la conclusión, apelando también al empleo del sentido común, que la
libertad; o lo que es lo mismo, el libre albedrío, sí que existe, pero no es absoluta.
No tiene en cuenta que nadie sabe cómo son los sucesos, si determinados o azarosos, se decanta por
el azar, descartando el determinismo y cree que existe el libre albedrío, sin tener tampoco en cuenta
que estamos condicionados a pensar, desear, decidir e intentar hacer lo que nuestra genética nos dicta. Y esa genética nos viene dada sin intervención alguna por nuestra parte.
5.- CONSIDERACIONES FINALES
En resumen, por un lado, una cosa es elegir hacer, y otra muy distinta es conseguir hacerlo. La elección depende de los deseos de hacer que tenga cada ser humano en función de su propia y exclusiva
genética; la cual, tiene la que tiene tanto debido a cuando todo está determinado, como si esa genética la haya recibido por azar. Si todos los sucesos estuvieran determinados los seres humanos no tendríamos libertad alguna porque nuestro destino estaría escrito y no se puede cambiar; pero si los
pensamientos no estuvieran determinados, cada uno habría recibido su propia y exclusiva genética
que, en este caso, la habría recibido por azar. Esa genética, ese “su modo de ser” le condiciona, le
obliga a querer hacer lo que le dictan sus deseos y que, en definitiva, elige hacer entre las oportunidades que en cada momento se le presenten. Pero si, al final, no consigue realizar las acciones físicas que ha elegido realizar, no habrá tenido libertad alguna para cambiar para bien o para mal, ni
para él ni para los demás, las condiciones, los ambientes existentes.
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“Cada mochuelo a su olivo”. Algunos científicos se han pasado de árbol y se han ido al de la filosofía intentando filosofar en base a sus conocimientos y teorías. Bertrand Russell dijo: “Filosofía es lo
que no se sabe, ciencia es lo que se sabe”. Tenía razón, pero lo que pasa es que la ciencia tampoco
sabe cómo son los sucesos que se producen en el universo, si determinados o azarosos. La filosofía
también se hace esa pregunta, pero sabe que no puede responderla y, por eso, plantea las dos posibilidades; las cuales, analiza minuciosa y detalladamente mucho mejor que lo que lo pueden hacer los
científicos que están formados en otras disciplinas. Ni siquiera se sabe si el suceso emergente de la
vida estaba determinado que se produjera o se produjo por azar; no se sabe si teorías como, por
ejemplo, la teoría de la evolución de las especies de Darwin es cierta o no lo es, porque no se puede
verificar empíricamente por la física experimental; si bien, esa teoría es aceptada universalmente,
incluso por la ICAR al considerarla por todos como la más plausible explicación de ese enigma.
La ciencia, las ciencias físicas y biomédicas solo entienden de lo que es físico. La física experimental, con los sofistificados medios técnicos de los que dispone, cuando verifica empíricamente las
teorías, hipótesis y conjeturas que presentan los físicos teóricos, es cuando esa teoría pasa a ser un
conocimiento de la humanidad, pero siempre provisional y sujeto a falsación. Ese es el cometido
único de la ciencia y no otros, como son las consiguientes aplicaciones tecnológicas de los conocimientos que proporciona la ciencia; los cuales, tienen que ser validados por la ética (disciplina de la
filosofía) al objeto de que se cumpla lo especificado en la DUDH.
Para entender fielmente lo que significan los conceptos que se tratan en este documento es fundamental que el determinismo y el indeterminismo sean analizados en profundidad. En la doctrina filosófica del determinismo se defiende que la cadena causa-efecto es irrompible. Si fuera así, el suceso emergente del inicio de la vida estaba determinado que se produjera donde y cuando se produjo, y que fue, que sepamos por ahora, solo en nuestro planeta; el cual también estaba determinado
que existiera y adquiriera -como así adquirió- las condiciones necesarias para que surgiera la vida.
Existe la otra posibilidad, la de que ese suceso emergente, de acuerdo con la otra doctrina filosófica
del indeterminismo, no estaba determinado que sucediera sino que surgió por la existencia del azar
ontológico, que es el que forma parte del ser vivo, no el de los objetos inanimados o inertes.
Cuando apareció en las moléculas primigenias la capacidad de autorreplicar su ARN, copiarse así
mismas -como así sucedió sea cierta una u otra de las dos doctrinas filosóficas- fue cuando en progresión geométrica creciente se extendió la vida por el planeta durante los aproximadamente 4.250
millones de años desde cuando se inició. Si el primigenio suceso lo fue por azar, cual coronavirus,
“infectó” de sucesos azarosos, con el discurrir del tiempo, a todo el planeta.
Para aclarar más las cosas, si todo estuviera determinado, en lo que nos atañe, así lo estuvo el inicio
del lugar, momento y forma en los que se inició la formación del sol, la formación de los planetas y
de todos los cuerpos celestes que conforman el sistema solar. Todos los sucesos en ese sistema que
se siguen produciendo, fueran en la escala que fueran, así como todos los anteriores estarían todos
determinados. El sol iniciaría su “autodestrucción” en el instante, lugar y forma que estaban determinados. Y eso mismo nos pasaría a todos los seres vivos habidos en este planeta.
Pero si el sol ha sido un suceso azaroso, lo que quiere decir es que no tenía ni que existir, al igual
que tampoco tenía que existir cualquier ser humano que se considere. Pero al igual, que los seres
humanos nacemos y existimos, nuestro sol nació y existe. La ciencia ha calculado, en función de su
masa, que el sol está aproximadamente en la mitad de su existencia y que le quedan alrededor de
5.000 millones de años de vida, así como ha calculado cuales son las esperanzas de vida de los seres
vivos según las especies. La ciencia también predice, con mucha exactitud, como son las situaciones y los movimientos de los cuerpos celestes y cómo evolucionará el clima analizando las estadís10
ticas y los efectos que las actividades de los seres humanos producen en el planeta. Podemos predecir a corto plazo y cada vez con mayor probabilidad, por ejemplo, el tiempo atmosférico o meteorológico que se va dar; pero lo que no se puede predecir, esté todo determinado o no lo esté, son aquellos sucesos particulares como, por ejemplo, los accidentes de tráfico, o aquellos otros de los que,
aunque se conozcan las causas, no se sabe a priori cuando se van a producir, como pasa, por ejemplo, con los terremotos.
Intentamos predecir el futuro, con total independencia de que el futuro esté determinado o no lo esté. El ser humano propone, pero si existe el determinismo, éste es el que dispone. Por si acaso no
fuera así, el ser humano lo que hace es “dar con el mazo” intentando cambiar las situaciones adversas.
Para terminar, Kaku cuenta en su libro que entrevistó a Stephen Jay Gould (1941-2002) paleontólogo estadounidense, geólogo evolutivo, historiador de la ciencia y uno de los más influyentes científicos de su generación y que sobre este tema le dijo:
“Si creáramos un planeta gemelo a la Tierra, tal y como esta era hace cuatro mil quinientos millones
de años, ¿sería igual que el nuestro cuando hayan pasado cuatro mil quinientos millones de años?
Seguramente no. Existe una gran probabilidad de que el ADN y la vida no hubieran prosperado
nunca, y otra aun mayor de que la vida inteligente y consciente no surgiera nunca del pantano”.
Gould escribió:
“El Homo sapiens es una minúscula ramita (del árbol de la vida). Pero nuestra ramita, para bien o
para mal, ha desarrollado la más extraordinaria cualidad nueva en toda la historia de la vida pluricelular desde la explosión cámbrica (hace quinientos millones de años). Hemos inventado la consciencia con todas sus consecuencias, desde Hamlet hasta Hiroshima”.

03 de enero de 2021


Lo he actualizado corrigiendo las erratas que he encontrado que había.
Última edición por ManuelB el 04 Ene 2021, 21:03, editado 2 veces en total.
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socrates
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Re: LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Mensaje por socrates »

Si no hay libre albedrío la palabra "libertad" señala una mera apariencia.

La piedra cae "libremente" por la pendiente.

Que no haya un obstáculo que detenga el caer de la piedra, o que la fuerza de gravedad atraiga la masa de la piedra en dirección al centro de la Tierra no implica que la piedra sea libre.
Las ideas gatillan acciones.
E‎du
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Registrado: 16 Jul 2020, 21:26

Re: LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Mensaje por E‎du »

Si no hay libre albedrío, los humanos somos como esa piedra que cae libremente por la pendiente.

Manuel no comparte eso, y lo camufla con mucho palabrerío.
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socrates
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Re: LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Mensaje por socrates »

CHNOPS escribió: 03 Ene 2021, 20:04 Si no hay libre albedrío, los humanos somos como esa piedra que cae libremente por la pendiente.
Exacto.
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Tachikomaia
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Re: LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Mensaje por Tachikomaia »

Para que haya libertad debe haber libre albedrío.

Libertad es poder hacer lo que se quiere y que ese querer no haya sido causado por algo externo.
Libre albedrío es poder decidir hacer algo sin que algo externo lo haya causado.
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socrates
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Re: LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Mensaje por socrates »

Tachikomaia escribió: 03 Ene 2021, 20:16 Para que haya libertad debe haber libre albedrío.

Libertad es poder hacer lo que se quiere y que ese querer no haya sido causado por algo externo.
Libre albedrío es poder decidir hacer algo sin que algo externo lo haya causado.
Exacto.
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Re: LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Mensaje por E‎du »

¿Te acordás cuando te burlabas del determinismo fuerte, socrates?
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socrates
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Re: LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Mensaje por socrates »

CHNOPS escribió: 03 Ene 2021, 23:16 ¿Te acordás cuando te burlabas del determinismo fuerte, socrates?
Sí. ;)
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Re: LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Mensaje por E‎du »

Si estás medio al pedo, ahora que estás de vacaciones je, podrías crear un tema sobre por qué crees que unos son más apegados a creer en el libre albedrío que otros, etc.

Estaría bueno.
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Re: LA LIBERTAD Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Mensaje por socrates »

CHNOPS escribió: 03 Ene 2021, 23:56 Si estás medio al pedo, ahora que estás de vacaciones je, podrías crear un tema sobre por qué crees que unos son más apegados a creer en el libre albedrío que otros, etc.

Estaría bueno.
Porque estarán determinados a ello... :D
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