Toni escribió:El socialismo, segun lo entiendo yo, no es igualitarismo, es "a cada uno segun su trabajo", o sea, que lo que reciba cada uno debe ser proporcional, justo y ecuánime según el trabajo que ha realizado, cosa que con el capitalismo es imposible conseguir
Veamos, Toni. Estaré sin conexión internética, probablemente en Madrid, durante un mes o dos. Y ahí, por raro que parezca, empieza la salida al clásico conflicto entre capitalistas y marxistas.
En realidad, no tengo ninguna obligación física ni moral de estar permanentemente conectado con cacharros y sistemas electrónicos o informáticos. La sociedad ha condicionado a sus miembros para que
siempre estén atentos a las nuevas tecnologías, y para que sus miembros sean
transparentes ante Hacienda, que sabrá dónde está cada uno de los (pocos, en general) euros que cada quisque posea.
Y todo esto es una
convención, no algo necesario. Pero es una convención con medios persuasivos (y coercitivos) a su alcance tan poderosos, y tan antiguos, que el hombre medio llega a olvidar que
las cosas podrían ser de otra manera.
Por ejemplo, desde presupuestos muy diferentes, Jbell y tú coincidís en ligar los ingresos al trabajo remunerado.
Y eso tampoco es
natural, en el sentido de
intrínseco al cromañón. Otros seres vivos, incluso muy semejantes, como el chimpancé o el bonobo, no funcionan así. Y, durante la mayor parte de su milenaria existencia, los cromañones no funcionaban con un reparto centralizado de los bienes disponibles para la subsistencia. Entre otras cosas,
porque la población era tan escasa y tan poco densa que no había necesidad de ello.
Durante este tiempo largo en el que, previsiblemente, no nos vamos a comunicar por mensajes internéticos, aprovecha para meditar, Toni, sobre algo tan evidente biológicamente que no haría falta ni siquiera recordarlo.
Trabajar, lo que se dice propiamente trabajar, no es necesario para vivir. Los seres vivos que no han caído en la sofisticación estúpida de los cromañones, viven, y con frecuencia muy bien, sin necesidad de largas e infinitas discusiones sobre cuánto es de cada quién, y de cuánto y cómo se debe remunerar el trabajo de cada uno. Para empezar, como no suelen superpoblar sus ecosistemas naturales, no les hace falta vivir forzosamente en zonas donde deban intercambiar continuamente, a menudo a largas distancias, los bienes y servicios necesarios para vivir. Los elefantes, los delfines o los orangutanes han sabido vivir bien... hasta que ha llegado el destructivo cromañón, una auténtica plaga ecológica, a este planeta.
Las neveras para conservar la comida, y las vacunas contra las enfermedades infecciosas, son un progreso. En cambio, los jueces, los recaudadores de impuestos y los banqueros son el síntoma de una especie, la especie de los cromañones, que ha degenerado en varios puntos importantes.
Corramos a pedradas al juez o abogado, al recaudador de impuestos, al banquero y al político profesional. Reconozcamos que
para vivir muy bien todos, debemos ser pocos en el mundo y, así, reduzcamos drásticamente la natalidad y la población, hasta llegar a una sana estabilización demográfica ecológicamente integrada y duradera. Vivamos, así, en paz y amistad unos con otros, sin matarnos a trabajar.
¿Hace falta complicar más las cosas? Os digo que no, y dado que estaré en un aparente silencio durante un tiempo
largo según la absurdamente apresurada vida actual, capitalista o marxista, considerad lo que haya de verdad en las propuestas de este ecologista libertario que, por el momento, se despide de vosotros.
Simplifiquemos.
Cordialmente, de Alexandre Xavier Casanova Domingo, correo electrónico trigrupo @ yahoo . es (trigrupo arroba yahoo punto es). La imagen del avatar gráfico es una fotografía que me identifica realmente, no retocada, tomada en septiembre del año 2017.