Caba escribió:OK @Alexandre Xavier, tú propones un Estado gobernado por los indigentes. ¿Por qué usas demagogias?
Ya sé que tú no quieres un Estado, a ser posible, ni indigentes. Bueno, en realidad no sé exactamente que quiere un anarquista comunista de derechas y revolucionario.
Pero centrémonos sin salirnos del tema, yo siempre he tenido contacto con economistas, y siempre me han dicho que por debajo del 5% de desempleo ya hay pleno empleo. ¿Por qué? Porque con una tasa de desempleo tal, una persona con edad de trabajar y que quiere trabajar puede hacerlo. No va a tener problemas para encontrar trabajo. Cuando las tasas de desempleo son tan bajas, hay demanda de empleo.
Qué hay partidos que buscan una tasa de desempleo del 0%, no te lo discuto. Ni voy a discutir si tienen razón en que sólo se puede llamar pleno empleo a tal porcentaje. Discutir tal cosa me parece absurdo.
Lo que sí te voy a pedir de nuevo, y luego dices que son los demás los que se escaquean:
Alexandre Xavier escribió:
[...]la imbecilidad de la democracia; una imbecilidad muy dificil de solucionar.
Estoy, creo que todos los del hilo estamos de acuerdo, en que en España no hay una democracia, o al menos que es muy mejorable. Pero te sigo diciendo que tal afirmación, la de la cita, merece una explicación.
No me tomes el número cambiado, Caba. De una escuela filosófica como el arqueoindividualismo, abiertamente aristocrática, que no democrática, buscadora de la excelencia espiritual y siempre partidaria del sistema indio original de castas (pero no de su degeneración posterior, que convirtió indebidamente las castas en hereditarias) puedes esperar que eche las muelas contra la democracia. Eso, si puedes sumar dos y dos.
Y lo cierto es que eres capaz de sumar dos y dos, con el resultado de
cuatro. Así que de escaqueo, nada de nada.
Los arqueoindividualistas
estamos decididos a abolir la democracia, desde nuestra constitución formal como escuela de filosofía en el 2014 y antes también.
¿Que te choca todo esto? Pues considera
integralmente los planteamientos de nuestra escuela, cuyas exposiciones tienes tan a mano.
El núcleo del arqueoindividualismo, ya lo sabes, es una
eudemonología soteriológica. Buscamos la felicidad completa, y sabemos que para lograrla hay que subir desde el miserable plano animal humano de existencia hasta los niveles existenciales superiores libres de animalidad. La tradición upanisádica lo tenía claro, y nosotros, tan de derechas, reconocemos el supremo acierto de esa tradición. No somos adanistas ni penelopistas, recuérdalo.
Mas en este nivel animal humano estamos muy lejos de Dios y muy cerca, por desgracia, de los abogados.
Entonces la cuestión pertinente es: ¿cómo, en lo posible, correremos a pedradas a los abogados librándonos de su satanismo y acercándonos a Dios?
Pues aquí entra la asquerosa democracia como un
upaya, un medio eficaz en sánscrito, para liberarnos. La comparación con la lejía aclara bien por dónde van las cosas.
Si tienes un cesto de frutas o verduras, sin otra cosa para comer en mucho tiempo, más vale que te las comas y no te mueras de hambre. Mas el caso es que están algo podridas, y que aunque las laves con agua puedes pillar una grave infección.
Entonces las dejas en remojo un rato con agua impregnada de lejía, y luego las lavas bien con agua limpia. Es un proceso delicado, porque si usas demasiada lejía y demasiado tiempo, luego vas a comer veneno. Por otro lado, si usas poca lejía y poco tiempo, puede que no evites una gastroenteritis aguda como para acabar criando malvas.
Malísimo es, pues, echar lejía, que es un veneno, a las frutas o verduras. Pero, como no están muy sanas, hay que hacerlo... en dosis controlada y lavando luego con mucha agua limpia esos alimentos.
La lejía es un mal necesario en esa situación, como
hoy la democracia es un mal necesario en política. Lo óptimo, lo recomendable, es comer frutas y verduras sanas, lavadas solamente con agua sin lejia. La lejía tiene que ser un recurso... transitorio, que luego dejarás atrás.
La democracia, por un lado, permite echar al tirano o inepto sin derramamiento de sangre, y ahí está su validez relativa. Mas por otro lado el político que quiera ganar elecciones procurará no decir a los electores (casi todos sudras, o sea harto imbéciles) verdades que no quieren oír. Es, por tanto, un sistema que también tiende a consolidar la hipocresía, el encubrimiento de los problemas y la mentira.
Vayamos pues con el desempleo. Más allá de las cambiantes circunstancias, el problema de fondo es que el hombre medio pertenece a la baja casta de los sudras. Y debido a ello toma sus deseos por la realidad. Freud (pronunciación: Froid) lo sabía y lo dijo, atrayéndose en consecuencia el odio de muchos, desde los nazis hasta el severo profesor Mario Bunge. Lo cierto es que, aparte de los innegables defectos de Freud en ética científica, el hombre medio, el sudra, no se rige por el maduro
principio de la realidad, sino por el inmaduro
principio del placer. Y en eso acertó Freud; hay que reconocerlo.
El votante medio, el sudra, toma pues sus deseos por realidades. Este pensamiento desiderativo lo lleva a concebir que la biosfera de este planeta es un inagotable vergel siempre dispuesto a acoger cada vez más prole de unos sudras que se reproducen como conejos, y además queriendo hacerse cada vez más ricos en propiedades, cargos políticos y harenes de chicas. Para ello, hoy, los sudras pretenden tener cada vez más empleos y mejor pagados.
Es decir:
los sudras pretenden una expansión demográfica y económica continua e indefinida. Naturalmente, cualquier ecólogo, aunque no sea ecologista, sabe que tal pretensión es una memez.
Conviene, pues, que los desposeídos tomen el poder y se pongan a gobernar (por mucho que me trates de demagogo). Porque entonces van a aprender cómo son realmente las cosas. Empezarán a comprender, aunque sea muy lentamente y con grandes dificultades... que el mundo no tiene recursos elásticos e infinitos para que las parejas tengan tantos hijos como quieran.
Tenemos, pues, que aplicar debidamente una democracia auténtica para alcanzar un día... en que dejemos la democracia al ser ya innecesaria.
Me calificas, Caba, de
anarquista comunista de derechas y revolucionario. Buena caracterización, aunque en realidad más que anarquista soy libertario. A lo que conviene añadir que soy un buscador del nirvana... radicalmente materialista. Así pues, ¿qué pretende concretamente alguien como yo, alguien
libertario, comunista, ultraderechista, revolucionario, eudemonista espiritualista escatológico y materialista radical?
Pues aproximadamente lo que sigue.
Un mundo muy poco poblado con abundancia económica para todos y sin Estados, un mundo en paz donde todo el que pretenda emprender el largo y difícil camino de la liberación del ciclo de las reencarnaciones en el
sansara (el plano animal humano de relatividad, ilusión y sufrimiento) pueda hacerlo sin trabas; es más, muy ayudado por otros buscadores de la verdad espiritual suprema y de su alegría permanente.
Esto lo expreso y desarrollo, también y más pormenorizadamente, en esos relatos con formato literario de ciencia ficción y fantasía que mi escuela filosófica me va encargando. Dentro de poco publicaré otro de esos relatos, pertenecientes al
Ciclo literario de Supreniranto, aquí en Sofos Ágora.
Hay en estos relatos dos puntos novedosos respecto a la tradición espiritual religiosa, que los arqueoindividualistas respetamos y tenemos en cuenta pero sin adorarla ciegamente.
1) Los abogados y demás profesionales del Derecho son servidores de Satanás (un ser vivo real que no es un mero símbolo abstracto del mal) y hay que cargárselos uno tras otro.
2) El mundo animal humano es parcialmente ilusorio, mas no totalmente ilusorio. Por eso, incluso para liberarse de él (cosa que querrá todo el que esté cuerdo y sobrio) es necesario investigar y tener en cuenta lo que tiene de real y verdadero. El mundo animal humano es uno de los niveles más bajos y degradados de la materia universal que forma a todas las realidades, incluso al nirvana. Pero el mundo animal humano no es el nirvana, como el hielo antártico no es el veloz vapor de agua que vuela en las nubes, ni lo es el ancho mar que fluye de continente a continente, aunque todo esto es agua. Porque el agua de las nubes posee unas cualidades y un estado que le permiten flotar y volar velozmente, lo que no pueden hacer el hielo aprisionado ni el mar de rugientes olas. El nirvana es, en última instancia,
el nivel material supremo de la realidad. Sin la materia no puede haber yo, nirvana ni felicidad. Con la materia, en cambio, podemos transitar de modo bien orientado a la gran liberación metafísica, y luego gozar de la dicha eterna.
Cordialmente, de Alexandre Xavier Casanova Domingo, correo electrónico trigrupo @ yahoo . es (trigrupo arroba yahoo punto es). La imagen del avatar gráfico es una fotografía que me identifica realmente, no retocada, tomada en septiembre del año 2017.