Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

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Dosyogoro2
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Re: Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

Mensaje por Dosyogoro2 »

@Tachikomaia:

Te expongo desde el rigor científico. Y por lo tanto no se puede hablar del area 51. Podemos especular sobre el area 51. Pero no hacer ciencia sobre ello.

Sobre los OVNIS, que ahora le han puesto otro nombre. Hay que decir que estas experiencias no son comprobaciones científicas, y hay que decir que su comportamiento natural como OVNIS no demuestran que haya extraterrestres, sí que puedan ser una explicación a tal fenómeno; el problema es que el fenómeno no puede catalogarse como ciencia, porque es un fenómeno que no se puede repetir para hacer comprobaciones del experimento.

Por eso he expuesto en muchos hllos que hay mucho más conocimiento que el conocimiento científico (que el valor de esté úlitmo radica en su metodología que crea un campo o límite de rigor recursivo, la ciencia es lo comprobado (probar o experimentar en compañía que repite el experimento) en la naturaleza comprobada (valga la redundancia) y que esto genera paradigmas científicos, los cuales cambian cuando cambia la ventana de experimentación repetida o compartida o comprobada porque cambia el contexto o perspecitiva de la consistencia o relación que hay dentro de esa misma ventana de observación (interacción) dentro de los límites de la repetición de los experimentos por ellos comprobados. Es decir, no es el mismo concepto de materia que tenían los griegos que el concepto de materia que tenemos ahora, pero no porque no sea la misma matería, sino que la consistencia o relación de esa materia ha cambiado de perspectiva, de contexto, de relación. Añadiendo que esto es sobre datos comprobados. Esto no se puede confundir con las especulaciones científicas o teorías científicas que como tales tienen otra metodología, que en algunos casos puede ser parecida o igual, pero que tiene matices que ya he expuesto en otros hilos.

El tema es que la ciencia si busca extraterrestres; pero eso no lo puedes comparar si hablamos de organismos de intelegincia militar que no buscan hacer ciencia (porque la ciencia es colaborativa por metodología), y estos organismos no tienen porque ser todo lo colaborativos que necesita la ciencia. Esto no quiere decir que no puedan hacer ciencia, de hecho la hacen, cuando colaboran, exponen, comparten, comprueban; pero si remitimos a posibles especulaciones secretas de su trabajo entonces ya no estamos en el rigor de la ciencia.



@A los hilantes (nada despectivo o acritud, todo lo contrario, yo soy un hilante más, de hilar en el hilo del foro) en general.


Lo meto dentro del spoiler porque vengo a relatar algo muy parecido a lo expuesto por Caba, al que le voy a añadir algunos matices sobre el relato judeocristiano.
  • Spoiler: show
    • Si nos referimos a dios nada más como significado dentro de la mitología judeocristiana cerrada o limitada. Hay que decir que desde la ciencia este relato parece poco creíble desde el punto de vista científico. Pero es que el dios judeocristiano es un dios que ha ido evolucionando de concepto o significado, esto ha pasado entre otras, cuando aparecen los gnósticos que creo que son entre los primeros que empiezan a mezclar la filosofía o relato griego (que tienen otro conccepto de dios nada antropomórifco, no por la forma material, sino por su forma espiritual) con el relato judeocristiano, y luego la misma escolástica que también siguen relatando una mezcla de estos significados o conceptos o argumentos.

      En este caso hay que decir que estos relatos ya se escapan de la ciencia, puesto que los mismos relatos ya empiezan desde el mito de la caverna de Platón, es decir, ya reconocen que sus relatos están fuera de la ciencia (y a lo mejor lo reconocen sin saberse todavía que es la ciencia que como metodología, desarrollo, es un campo que va a venir después ha desarrollarse); pero es que el mito de la caverna es tan bueno, que permite extrapolar su punto argumental precisamente a esos límites categoriales (rigor categorial dentro de la filosofía) que de alguna manera ya estaban (con el nombre de física que en aquella época era cualquiera que estudiara la naturaleza comprobada, un médico era un físico porque era un estudioso de la física como naturaleza comprobada), y por el nombre de metafísica, que hoy por desarrollos lingüísticos se podría llamar metaciencia; y es "metaciencia" porque no signica que tenga que relatar sobre lo sobrenatural, sino que igualmente puede relatar sobre la naturaleza desconocida y también sobre la naturaleza no comprobada (porque hay una naturaleza experimentada pero que no es comprobada y que por lo tanto no puede ser ciencia sobre la naturaleza comprobada (valga la redundancia)), es decir, es un campo "metacientífico".

      Como en este relato "metacientífico" se hace una mezcla entre el dios judeocristiano y el dios como concepto del logos (racionalidad especulativa), pues se sigue diciendo que ese dios sigue en la estela del judeocristianismo, porque mantiene las formas antropomórficas mientras se le une las especulaciones sobre la creación de la naturaleza desde una sustancia sobrenatural que tiene sus bases especulativas sobre la espiritualidad a la que se le relata una sustancia sobrenatural o si se quiere natural, pero desde un natural no comprobado y que por lo tanto no entra dentro del campo de la ciencia. Así el dios judeocristiano puede ser una idea como el arquitecto de "Matrix" o el arquitecto de la cueva para proyectar sombras en el relato del mito de la caverna, en donde no creo que tenga que exponer que sería la naturaleza comprobada dentro de la idea o relato como extrapolación, para comprender el punto del relato.


      Y respecto a este relato la ciencia no puede decir nada, porque no es su campo de estudio, no es su campo desde su metodología. Lo que si se pide desde la ciencia (personalizando el concepto) es que luego haya rigor categórico, es decir, que no se mezclen churras con merinas, porque sino se empieza a crear confusión sobre estas categorías o campos de la filosofía.

      Y si el ateísmo es una creencia, que tiene que ver con la creencia naturalista o materialista en base a la naturaleza comprobada, y el teísmo o espiritualismo es otra creencia en base a creer que hay una espiritualidad humana que es una sustancia diferente a la naturaleza comprobada; luego hay posiciones agnósticas que dicen que sobre este tema no se decantan por ninguna creencia en particular, lo cual es mojarse en una posición porque hay un claro concepto gnoseológico.

      Yo claramente digo que soy ateo porque soy naturalista, pero es que mis creencias personales no son partes de ningún diálogo que intenta buscar una objetividad racional (metafísica, filosofía) ; y es por esto que no tengo ningún problema en exponer aquellos argumentos que demuestran que el cientificismo y el naturalismo son igualmente creencias. Pero es que la ciencia no es ni cientificista, ni naturalista, porque esas creencias están fuera de su campo o límites. La ciencia lo único que puede pedir es rigor en el uso de la categoría ciencia y que no se use a la ligera la categoría ciencia porque sino entonces no somos rigurosos y podemos caer en confusiones.


      Otro tema, como he expuesto en otros hilos, ya es la fe en los "ignósticos" que es muy respetable, pero que como no hay conceptos, pues no se pueden tratar, ni científicamente, ni metafísicamente. Que tiene que ver en parte con el relato spinozista y kantiano y que tiene que ver no ya sólo con los límites del campo científico, sino que tienen que ver con los límites del campo metafísico, en el cual se dice que esos límites metafísicos están limitados porque por mucho que podamos imaginar, especular, razonar, relatar, pensar, idear, estos relatos podrían estar atados o limitados o acotados a la misma experiencia natural, y el argumento es certero. Lo que pasa es que precisamente por eso entonces hay que aceptar por rigor que no podemos hacer metafísica fuera de esos límites, porque sería hablar de "ignósticos" no ya no sólo no comprobados, sino que no son pensados, ni imaginados, ni relatados, ni ficciones, ni especulados, ni ideados, ni concebidos, ni significados, ni experimentados; y no se puede entonces razonar sobre un "inconcepto". Se puede tener fe, pero no es racional en el sentido que no hay ningún concepto (ni especulado, ni imaginado, ni pensado, ni relatado, ni razonado, etcétera).
Hay exposiciones, pensamientos, discursos del lenguaje que son incoherentes, lo que puede cambiar es que se cataloguen correctamente como incoherentes.
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Alexandre Xavier
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Re: Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

Mensaje por Alexandre Xavier »

Caba escribió:De acuerdo, he buscado más acepciones que las de la RAE y tras consultar comprendo que ateo, en un sentido más amplio, es la falta de creencia en dioses. Y comprendo que, como tal, no tienes una fe en la no existencia de dioses. Algo que se aprende.
Por otro lado, estamos valorando que desde la ciencia no se puede decir nada sobre la existencia de Dios. Y esto no es escurrir ningún bulto. El cambio climático es algo que se puede analizar y medir con el discurrir de los años. Y en este sentido, los científicos afirman que está sucediendo. A Dios no se le puede analizar ni medir.
No entiendo tu insistencia para postular que la ciencia tiene herramientas sobradas para que todos los científicos sean todos ateos. ¿Podrías enumerar alguna de ellas?
El concepto de Dios es, como el de Europa, un concepto aproximativo conflictivo evolutivo. ¿Significa eso que Europa sea simplemente un modo de aludir a una gran península occidental de Asia delimitada, aproximadamente, por Escandinavia (inclusive) los montes Urales, el Mar Negro (inclusive) la península balcánica (inclusive) el istmo del Cáucaso (inclusive) y el resto del territorio asiático hasta el Mediterráneo por el sur y el Atlántico por el norte? No, claro, aunque la racionalidad de este concepto sea mucho más compleja y cambiante que la de dos conceptos unívocos como triángulo o chocolate. Por eso no hay largos, apasionados y periódicos debates sobre qué sea una taza hirviente de chocolate con leche, o sobre qué sea un triángulo equilátero.
En filosofía, típicamente, bregamos con conceptos difíciles y correosos como el concepto de Europa o el concepto de Dios. Por eso sabemos desde hace mucho que Europa no es simplemente un término de geografía física para designa a una península occidental asiática. Su delimitación positiva, o sea decir qué es Europa, resulta ardua y siempre contestable, claro. Pero tiene una cierta racionalidad operativa. Por eso dudamos de que las islas Canarias, Islandia, Ceuta, Melilla, Turquía o Groenlandia pertenezcan a Europa, lo negamos claramente de Irán o Marruecos (sin olvidar casos históricamente dudosos como Casablanca o Castillejos en Marruecos) y lo afirmamos sin dudas de las Islas Británicas, Grecia, Bélgica o Eslovaquia.
El concepto de Europa se ha ido delimitando, entre otras causas, a través, precisamente, de la discusión conceptual sobre qué es Europa. Y por eso sabemos que una futura Groenlandia independiente (que, a pesar de sus lazos políticos todavía existentes con Dinamarca, decidió salirse del Mercado Común Europeo por votación) sería probablemente admitida en la Unión Europea (como miembro ya diferente de Dinamarca) si así lo solicitase. Pero no Marruecos, mucho más próximo geográficamente a la Europa física tradicional. Y todo eso sucede por algo; Europa es un concepto borroso, mas con cierta concreción operativa.
El panorama es similar, ya en metafísica, para el concepto de Dios. Dentro de este mismo hilo, Tachikomaia presenta bien, de forma breve y sintética, las dificultades clásicas para abordar este concepto.
¿Implica la exposición de Tachikomaia que hablar de Dios es una elucubración siempre inconcreta, una pérdida de tiempo en suma? No; pero hay que ir con cautela. Veamos.

* Por un lado, tenemos el concepto de dios, con minúscula ortográfica para las lenguas que presentan esta posibilidad en sus grafías típicas. Esta entidad es muy poderosa y no se halla sometida a típicas limitaciones humanas, sobre todo porque los dioses son inmortales y no envejecen. Ahora bien, desde la irrupción de los monoteísmos biblicoránicos, generalmente este concepto se restringe a entidades posiblemente existentes pero, de todos modos, limitadas mutuamente, y que de ningún modo son entendidas como fundamento global último, desde un solo dios (con minúscula) para todo el mundo fenoménico ordinario en el que viven los hombres.
* Por otro lado, tenemos el concepto de Dios, con mayúscula ortográfica para las lenguas que presentan esta posibilidad en sus grafías típicas. Desde hace más de dos mil quinientos años esta palabra presenta una clara dualidad en dos significados muy interrelacionados, pero diferentes entre sí.
1) Dios puede ser un ente sobrenatural total o parcialmente incomprensible, pero que se revela a sí mismo (por lo menos, para quienes creen en él) con diversos signos y revelaciones orales o escritas, así sea en el Corán, el Libro de Mormón, el Bagavadguita, el Génesis, el Adi Granth, el Avesta, el Š̄ābuhragān maniqueo o, más humorísticamente, en el Evangelio del Espagueti Volador. El espaguetismo o pastafarismo (¡así!) o Iglesia del Espagueti Volador, es una entidad religiosa oficialmente reconocida en algunos países. No me estoy choteando en este punto, y el libro sagrado de los pastafaris está a descarga internética gratuita, traducido al castellano. No confundamos a los pastafaris con los seguidores de otro movimiento religioso casi homónimo, los rastafaris; estos últimos son populares en el mundo del espectáculo por la vertiente musical de su movimiento.
Este Dios religioso popular presenta una mezcla compleja, muy variable según el caso, de elementos racionales, históricos, míticos y fantásticos. Es un Dios que evoluciona desde el politeísmo hasta un monoteísmo clásico bíblico o, por lo menos, hasta un henoteísmo de un solo Dios principal, como en el ajenatonismo egipcio, según puede leerse en el Himno a Atón atribuido al faraón henoteísta Ajenatón. Desde hace unos cinco mil años, en Eurasiáfrica central (y en otros lugares como América, con los mormones, o en Corea con los munis o Moonies, seguidores del reverendo Moon y su Iglesia de la Unificación) se ha desarrollado la práctica religiosa en torno a este Dios personal único o por lo menos principal e insoslayable.
La evolución religiosa, teológica y filosófica desde entonces tiende a identificar a este Dios con un ser (generalmente consciente y personal, aunque hay matizaciones) que ha originado el mundo, el cual es distinto a él, y que tiene poder para conservarlo e incluso destruirlo. Con relativa rapidez (de todas maneras, a lo largo de siglos o milenios) se le atribuyó también el carácter de realidad última, de nivel supremo de la realidad que genera y explica todas las otras realidades, siempre inferiores a él y dependientes de él. O de ella, o de ello. Su carácter más o menos sexuado, más o menos personal y de qué modo personal, su proximidad más o menos estrecha a la naturaleza humana, son asuntos que siempre han estado en discusión.
Este Dios único o predominante entró pronto a examen en la naciente filosofía sistemática de ámbitos heleno, indio y chino, lo cual dio origen, y sin solución de continuidad, hasta hoy mismo al pensamiento filosófico sobre el siguiente concepto.
2) Dios, también ordinariamente con mayúscula inicial, es el Ser Supremo que, independientemente de toda religión organizada (Iglesia) ha originado de un modo o de otro las realidades que no son el propio Ser Supremo. Y esto mediante un proceso que, en principio, no depende de ninguna creencia religiosa y resulta accesible a la razón común. Esto lo encontramos, clásicamente, en el filósofo grecolatino Celso, casi contemporáneo al nacimiento del cristianismo. Aunque Celso es un furibundo anticristiano, está totalmente en la onda de este Ser Supremo racional tan presente ya en los platónicos, los aristotélicos, los estoicos, los vedantistas, los confucianistas y otros seguidores de distintas escuelas metafísicas ya existentes. Sin forzar mucho el concepto, podemos también incluir a los taoístas en este punto.
Por otra parte, con Voltaire (pronunciación: Volter) como ejemplo señero, son muchos los filósofos de origen occidental que dicen ser indiferentes o incluso hostiles a las Iglesias como religiones organizadas, pero que sostienen que está filosóficamente funado sostener la existencia de un Nivel Supremo de la Realidad que origina todos los demás niveles de la realidad. Voltaire, un furibundo anticlerical anticristiano, postuló concretamente el deísmo, según el cual Dios creó el mundo pero luego dejó de influir en su mundo ya creado.

Este esbozo ya os deja clara la inmensa complejidad del asunto, ¿verdad? Pues por eso intentaré ser claro y conciso, que si no la tendencia espontánea sería... embrollarlo todo más todavía, ¡como si no estuviera ya muy embrollado!

Y, como me precio de no ser un asqueroso abogado que todo lo embrolla, empezaré reiterando algo que ya he dicho, y precisándolo. Para poner en claro todo esto que anda tan oscuro.

Por mucho que critiquemos al neopositivismo o positivismo lógico, esta escuela epistemológica y metafísica de la Europa continental ha contribuido a poner orden en este inmenso barullo.

Uno de los gurúes o jefes de escuela en el neopositivismo es Rudolf Carnap. Y este filósofo aborda sin tabúes ni ambigüedades la cuestión del Dios judeocristianoislámico. Se puede ver eso de modo conciso en su célebre papel académico (disponible gratuitamente en castellano) titulado De dios y el alma. Pseudopreguntas en metafísica y teología
En ese papel, Carnap examina la validez lógica y empírica de ese concepto (no se refiere al Tao; se refiere al Dios de la Biblia y el Corán, ojo). Y entonces, sin gastar muchas palabras, concluye acertadamente que se trata de una superchería, de un fraude epistemológico. Leedlo a continuación según sus propias palabras.
Rudolf Carnap escribió:Y ahora aplicamos el mismo requerimiento al concepto de Dios. Si alguien hace afirmaciones en las que aparece la palabra Dios, en particular si un metafísico o un teólogo afirman la existencia de Dios, entonces requerimos la reducción a impresiones sensoriales, es decir, que ofrezcan una definición de la palabra Dios en la cual se mencionen rasgos perceptibles. A este requerimiento se puede reaccionar de tres maneras diferentes. Primero se puede cumplir este requerimiento: dar una tal definición. Entonces, la afirmación de la existencia de Dios tiene sentido, porque mantiene: existe algo que tiene tales y cuales rasgos sensoriales (mencionados en la definición). Así, la afirmación de la existencia de Dios está puesta en la forma de un aserción sobre una cuestión de hecho de la naturaleza; de esa manera el juicio sobre la validez de la afirmación está entregado a la ciencia natural. Para los conceptos de Dios utilizados hasta ahora en la teología y la metafísica, raramente se ha dado una definición que se corresponda con los requerimientos de la lógica. En los pocos casos en que se dio una definición de tal tipo, y se puso de este modo la afirmación de la existencia a juicio de la ciencia natural, la ciencia o bien no reconoció la existencia, o bien encontró que había algo del tipo de lo definido pero éste carecía de las propiedades que querían adscribirse a aquello que se llamó Dios. Si por ejemplo Dios está definido como "la fuerza que dirige las estrellas en su órbita[/i], la ciencia natural encuentra una fuerza tal, es decir, la gravitación, pero tiene que constatar que ella no es omnipotente de ninguna manera, sino que disminuye con el cuadrado de la distancia; por no hablar de su suma bondad.
Y de aquí, muy acertadamente, Rudolf Carnap concluye que la existencia empírica del Dios judeocristianoislámico está refutada por la ciencia experimental rigurosa.

Los que no estéis de acuerdo con esto, ¡intentad refutar a Carnap!
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Caba
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Re: Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

Mensaje por Caba »

Perdona @Alexandre Xavier que no me extienda como tú a la hora de escribir una respuesta. Al menos esta.

Existen cosas que percibimos y que no tienen explicación. Y no me refiero a la materia oscura. Me refiero a cosas como la vida misma, que a pesar de ser tan empírico, tan físico, tan material, tan a la vista, no tiene una explicación última. Si tenemos algo tan próximo como la vida y de la que no tenemos ningún control, ni explicación convincente, cuanto más de Dios. Conténtate, al menos de la vida podemos decir que, en efecto, existe.

Pero no me quiero desviar del punto central, y es que carecemos de herramientas científicas que rotundamente afirmen que el Universo es completamente independiente. Y aun siéndolo, siempre podrían quedar dudas.

Ahora, si me preguntas a mí, mi opinión es que prefiero tener mis dudas, pero como en muchos temas. Aunque comprendo que se quiera ridiculizar la idea misma.
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Alexandre Xavier
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Re: Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

Mensaje por Alexandre Xavier »

Caba escribió:Perdona @Alexandre Xavier que no me extienda como tú a la hora de escribir una respuesta. Al menos esta.

Existen cosas que percibimos y que no tienen explicación. Y no me refiero a la materia oscura. Me refiero a cosas como la vida misma, que a pesar de ser tan empírico, tan físico, tan material, tan a la vista, no tiene una explicación última. Si tenemos algo tan próximo como la vida y de la que no tenemos ningún control, ni explicación convincente, cuanto más de Dios. Conténtate, al menos de la vida podemos decir que, en efecto, existe.

Pero no me quiero desviar del punto central, y es que carecemos de herramientas científicas que rotundamente afirmen que el Universo es completamente independiente. Y aun siéndolo, siempre podrían quedar dudas.

Ahora, si me preguntas a mí, mi opinión es que prefiero tener mis dudas, pero como en muchos temas. Aunque comprendo que se quiera ridiculizar la idea misma.
Saludos otra vez, Caba.
Hay un ejemplo ya sacado a colación por mí en estos temas de metafísica, y que aparentemente avala incluso más tu alegación de que la vida no tiene explicación.

Me refiero a la levitación de san José de Cupertino. Este caso cumple sobradamente todos los parámetros de objetividad y ausencia de fraude exigibles a los testimonios registrados en un fenómeno paranormal. Solamente los ya desacreditados, fanáticos por sistema y por sistema negadores de los fenómenos paranormales, dirán que este santo no levitó, o que no está claro si este santo italiano levitó.

Pues san José de Cupertino levitaba una y otra vez. Eso no es probable, no; es seguro.
Pero, ¿por qué? Hoy por hoy no tenemos un modelo causal sistémico general que lo explique. La comisión inquisitorial católica que investigó el caso en su momento se limitó a constatar los dos puntos de interés eclesiástico directo: o sea, que no había herejía ni había influencia diabólica. De modo objetivo, la Inquisición católica calificó los hechos como fenómeno natural no explicado con los medios actuales. El monje no era culpable de nada, y siguió flotando para regocijo y asombro de los muchos mirones que iban a verlo desde todas partes.
Mas, ¿es razonable concluir por eso que el mismo Dios judeocristianoislámico hizo un milagro para reforzar la fe cristiana? Los propios inquisidores del caso negaban taxativamente tal hipótesis; y lamentaban la chacota levantada por el asunto y la indeseada peregrinación turística para observar los hechos voladores del místico de altos vuelos y corta sesera; era, en efecto, un hombre de limitadas capacidades intelectuales. Lo que sí produjo el caso fue un reavivamiento de la ya existente e incipiente ciencia de la parasicología.
La hipótesis científica iniciada entonces, y seguida ahora con matices importantes, es la existencia de una anomalía genética y neuroendocrina en el organismo del santo levitador, anomalía que explica, de un lado, su tara de inteligencia y, de otro, su producción de energías sutiles (hoy se estima que probablemente producía partículas subatómicas antigravitatorias) que le permitían y lo forzaban (a pesar de la inútil prohibición decretada por sus superiores) a levantarse del suelo y moverse por los aires, anulando la fuerza gravitatoria.
Experimentalmente sí que se ha comprobado la existencia de fuerzas de ese tipo, que por ejemplo permiten mantener una bombilla suspendida en el aire... y brillando sin cables de corriente eléctrica. Tendría que ser la bioquímica de este santo, hoy, lógicamente, santo patrono de los aviadores y astronautas, la que produciría un fenómeno de potencia comparable. El nivel síquico de su realidad, potenciado por su peculiar anatomofisiología, le permitía alcanzar el estado sicofisiológico ya existente en un murciélago, una mariposa o una paloma: el estado de vuelo.
No se ve razón, pues, para abandonar aquí el sano criterio materialista emersionista de los fenómenos en la vida autoconsciente.
Según estimamos los filósofos materialistas emergentistas o emersionistas, la vida emerge de la materia inanimada. ¿Se reduce la vida a una estructura de la materia inanimada? No, padre; intentar describir los pensamientos meramente por combinaciones moleculares bioquímicas es un desatino tan grande como intentar comprender el cuadro Las meninas de Velázquez meramente por las formas geométricas y los colores del espectro físico con los que este cuadro puede reproducirse. El nivel estético de la realidad es irreductible a los niveles físicos, químicos, sociales, económicos y otros de los que procede. Depende de ellos, no puede producirse de ellos, pero es más que ellos.
La vida, así, se origina de la materia, no puede existir sin la materia, pero es más que la materia, y tiene una dinámica autónoma, con una libertad antes inexistente.
De su contraria, la muerte, podemos decir casi lo mismo. Y no me choteo; verás. La muerte en organismos vivos parecidos al humano, como el de un jabalí, un oso, un chimpancé, un delfín, etcétera (ya que el hombre no se parece mucho comparativamente a una bacteria ni a una medusa) es el resultado de la tensión entre la conveniencia de una importante duración de la vida individual, para que los progenitores se reproduzcan y cuiden de su descendencia hasta que ésta llegue a su madurez reproductiva, y la conveniencia, para especies que por lo general se reproducen sexualmente con gran variabilidad genética en cada fecundación, de que los individuos que ya se han reproducido dejen libres nichos de ecosistema para nuevos y probablemente mejor adaptados descendientes. Es un mecanismo durísimo para el individuo, pero muy eficaz para la perpetuación de su especie.
Hay un corolario importante: ya que la muerte (de un hombre o de seres vivos parecidos al hombre) es un fenómeno ecológico natural y no el castigo por el pecado de Adán, o por haberse portado mal en reencarnaciones pasadas... es evitable. En la teoría y en la práctica. Hoy sabemos que la muerte de los viejos en especies vivas semejantes al hombre (grandes mamíferos omnívoros, para simplificar) se debe a fallos aleatorios cada vez más frecuentes en el proceso de regeneración celular y tisular, fallos semiprogramados por la evolución para facilitar el reemplazo intergeneracional.
La solución, aquí, no es llorar en inútiles funerales, ni lamentarse del inexistente pecado original con sus secuelas. La solución es... la investigación genética, fisiológica, neurosicológica, etcétera, que restaure el equilibrio entre anabolismo y catabolismo, como lo hace en cualquier cromañón joven de ambos sexos a sus veinte años de edad.
Lo cual nos llevará a una severa restricción de la natalidad. Con una longevidad media de trescientos años, cinco mil años o más, el viejo sueño de que cada pareja tenga todos los hijos que quiera es más inviable de lo que, en realidad, siempre ha sido tal distópico sueño: inviable antes, ahora y siempre. El bienestar real, no ilusorio, pasa por ser pocos y cuidadosos.
Así como la vida emerge de la materia inanimada, la autoconsciencia emerge de la vida no autoconsciente, y aunque depende de la vida general no autoconsciente, la supera, originando un nuevo nivel de realidad con grados y tipos de libertad inexistentes antes.
Éste es el entorno en el que el cromañón puede llegar a su nirvana, a su plenitud.

Realistamente, el Reino de los Cielos es el estado siempre feliz al que se llega... por la propia mano humana, un estado que es construido integrando y superando todos los planos existenciales hasta el nivel supremo de la realidad yoica autoconsciente.

De ahí la vieja sentencia masónica y alquimista: estarás en el edén cuando lo hayas edificado ladrillo a ladrillo.

He ahí finalmente al Yo Absoluto en su estado jubiloso y ya imperturbable. Es un estado completamente materialista, y también trascendente. Religioso. Todos quienes han llegado ahí son dioses que han trascendido la vieja miseria del plano animal humano. Porque han meditado, comprendido y superado los límites de la vida animal.

Y, Caba, ya sé que te choca mucho la religiosidad materialista que exhibimos continuamente los arqueoindividualistas. Decimos que Dios, bien entendido, existe. Dios existe como la autoconciencia infinita sin bloqueos ni sujeción a degradación cronológica, y decimos que se llega a ser Dios integrando conscientemente todos los niveles de la realidad a través de un larguísimo y complejísimo proceso de meditación, actuando consecuentemente en todos esos niveles. Dios, el nivel supremo de la realidad, no es en última instancia diferente de quien lo busca con anhelo, sino idéntico al propio buscador espiritual. Dios es yo mismo, como es Diego Gómez (Dosyogoro) mismo, como eres tú mismo. La yoidad separada es una ilusión falsa; y en realidad nosotros tres somos un mismo y solo ser. Mas todo eso únicamente se comprende por completo tras el larguísimo proceso correspondiente de autorrealización espiritual.

Vete pensando todo esto, anda. Solamente te ruego, para empezar, que ante estas afirmaciones tan chocantes en principio, tengas en cuenta que nuestra escuela soteriológica, el arqueoindividualismo, no se burla de nadie en estas cosas tan sagradas y, por el contrario, las expone con amor y sin chulería, procurando la utilidad y aceptando críticas y correcciones para que, según la hermosa metáfora poética, todos los hombres y todas las mujeres lleguen a ser hijos e hijas del Sol y de la Luna. A todos hay que promoverlos a la casta superior, la casta de los bramines o vipras siempre en pos del Absoluto eterno y autoconsciente, hasta unirse con él/ella/ello.
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Caba
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Re: Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

Mensaje por Caba »

Hola, @Alexandre Xavier.

Me parece estupendo que me invites a reflexionar. Aunque esta reflexión pudiera ser chocante para mí, que no lo es. Reflexionar siempre es bueno y saludable.

Pero una vez reflexionado, debo insistir, tras tu exposición, que la ciencia no puede demostrar, es que ni intenta demostrar ni refutar ni al Dios abrahámico, ni a las propias creencias personales de uno. Además, es que el valor de cualquier creencia de esta índole no depende de —ni se le debería exigir— una validación científica. El valor es para cada cual, porque aporta un significado a nuestras vidas.

Y te digo más, la ciencia nos es útil para adelantarnos a acontecimientos futuros, sobre todo en aquellos que responden a un patrón que se puede aprehender y estudiar por cualquier observador, con resultados iguales. Y, aun así, no se puede predecir con toda certeza, debido muchas veces a la complejidad, a la falta de datos relevantes que completen el estudio de esa observación y por lo que en multitud de ocasiones, estas predicciones se basan en procesos estocásticos o estimaciones probabilísticas de algún tipo.

Y aún puedo añadir más, el título del vídeo es un clickbait (pronunciado /ˈklik-beit/). Perdona el neologismo, pero como bien sabes, es muy usado en Internet, y para quien no lo sepa, se trata de una estrategia para captar de forma sensacionalista o engañosa a potenciales usuarios y se podría traducir como «anzuelo de clics». Eso de «Según la Física, ¿es necesario un Creador?» es un reclamo para ver en realidad una exposición científica sobre el origen del Universo, entre otras cuestiones. Y es que los cosmólogos están para esto (estudiar el origen del Universo, entre otras cuestiones) y no para demostrar o refutar la existencia de Dios.
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Re: Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

Mensaje por Alexandre Xavier »

Caba escribió:Hola, @Alexandre Xavier.

Me parece estupendo que me invites a reflexionar. Aunque esta reflexión pudiera ser chocante para mí, que no lo es. Reflexionar siempre es bueno y saludable.

Pero una vez reflexionado, debo insistir, tras tu exposición, que la ciencia no puede demostrar, es que ni intenta demostrar ni refutar ni al Dios abrahámico, ni a las propias creencias personales de uno. Además, es que el valor de cualquier creencia de esta índole no depende de —ni se le debería exigir— una validación científica. El valor es para cada cual, porque aporta un significado a nuestras vidas.

Y te digo más, la ciencia nos es útil para adelantarnos a acontecimientos futuros, sobre todo en aquellos que responden a un patrón que se puede aprehender y estudiar por cualquier observador, con resultados iguales. Y, aun así, no se puede predecir con toda certeza, debido muchas veces a la complejidad, a la falta de datos relevantes que completen el estudio de esa observación y por lo que en multitud de ocasiones, estas predicciones se basan en procesos estocásticos o estimaciones probabilísticas de algún tipo.

Y aún puedo añadir más, el título del vídeo es un clickbait (pronunciado /ˈklik-beit/). Perdona el neologismo, pero como bien sabes, es muy usado en Internet, y para quien no lo sepa, se trata de una estrategia para captar de forma sensacionalista o engañosa a potenciales usuarios y se podría traducir como «anzuelo de clics». Eso de «Según la Física, ¿es necesario un Creador?» es un reclamo para ver en realidad una exposición científica sobre el origen del Universo, entre otras cuestiones. Y es que los cosmólogos están para esto (estudiar el origen del Universo, entre otras cuestiones) y no para demostrar o refutar la existencia de Dios.
Caba: si nos tomamos literalmente lo que acabas de decir... mandas a la porra a la hermenéutica, a la Historia, a la cosmología, a la biología y a un montón de ciencias más.
El fondo de tu exposición, similar al fondo de la exposición que hace continuamente Diego Gómez, es el dualismo en paralelo intocado mutuamente entre ciencia y religión. Vamos: que la ciencia y la religión se desarrollan en paralelo y no tienen nada que ver, de manera que lo que ocurre en una no ocurre en la otra, y la religión incluso puede admitir lo que no se admitiría en la ciencia porque son cosas que no tienen nada que ver.
Pues sí, padre. La religión y la ciencia tienen mucho que ver. Hay un caso clásico que voy a sacar.

Es la historicidad de Jesucristo. El cristianismo en todas sus ramas y tendencias (incluidas las que niegan que Jesucristo sea Dios mismo) depende inexcusablemente de la existencia histórica de Jesucristo. Por eso muchos anticristianos se han esforzado, una y otra vez, inútilmente, en sacar estudios que demuestren que Jesucristo no existió. Pero existió, como cuestión científica.
Es decir: pregunta a un historiador serio, que responde por sus obras, hallazgos e interpretaciones, si podemos poner en paralelo la existencia histórica de Jesucristo y la existencia de un tal Enric Marco como catalán internado durante años en los campos de concentración nacionalsocialistas durante la Segunda Guerra Mundial.

Y el historiador te dirá esto.

No se pueden poner en paralelo ambas existencias. La existencia de Enric Marco como víctima de los nazis en un campo de concentración es un fraude histórico perpetrado por el propio Enric Marco, fraude destapado por los historiadores a finales del siglo XX, y confesado finalmente por el propio Enric Marco. En cambio, los datos tempranos disponibles sobre Jesucristo indican con gran probabilidad que se trató de un jefe de escuela religiosa o espiritual, como Pitágoras, Lao Tse, Quetzalcóatl, Moisés, Zoroastro, Mani y muchos otros en la antigüedad romana o prerromana, sobre los que casi no tenemos más datos tempranos que los aportados por sus propios seguidores. Negar la historicidad de Jesucristo comportaría absurdos como negar la historicidad de Pitágoras o de Zoroastro, considerándolos como meros personajes literarios. Jesucristo existió históricamente, e históricamente fue ajusticiado por Poncio Pilato. Enric Marco no padeció históricamente en ningún campo de concentración alemán nacionalsocialista de la Segunda Guerra Mundial, al revés que miles de españoles antinazis durante el mismo período... porque jamás pisó un campo de concentración. De hecho, trabajó literalmente para los nazis... ¡en una fábrica de armamento! y cobró por ello, por su trabajo voluntario remunerado para el bando bélico al que decía combatir como resistente armado o ideológico.

Y es que si Jesús fuera un mero fraude como el fraude de Enric Marco, el cristianismo se derrumbaría por completo. Nada respetable se puede mantener a largo plazo si está basado en una superchería. Por eso Enric Marco fue expulsado del clásico sindicato anarquista, la Confederación Nacional de Trabajadores, y de la asociación española de supervivientes en los campos de concentración nazis, la Amical Mauthausen, cuando se descubrieron las fabulaciones que ocultó durante años.
Enric Marco era un farsante. Jesucristo y sus seguidores tempranos, no.
Eso no quita para refutar las falsedades y deformaciones presentes en los relatos neotestamentarios sobre Jesús. Por ejemplo, hoy sabemos bien que la historia sobre el ángel que anuncia a María su embarazo de Jesús sin que María conozca varón es un fraude, y que o bien Jesús fue hijo biológico de María y José, o o bien María tuvo a Jesús como hijo extramatrimonial, lo que pudo ocurrir en el marco de una relación forzada o una violación a manos del soldado o centurión romano Pantera. La hostilidad inicial de José ante el embarazo de María (que, en un principio, lo llevó a decidir repudiarla) destaca entre las fabulaciones de esta superchería evangélica como un dato de lo más probable y verosímil: o sea, que Jesús es hijo de María y de un hombre, no de un ángel ni del Espíritu Santo... pero de un hombre que no era su marido legal, dándose así adulterio o violación. Como en toda situación de guerra, y en la Palestina de la época había una guerra larga e intermitente contra los ocupantes romanos, los casos de mujeres violadas y embarazadas por los soldados invasores no eran algo raro, sino bien conocido.
Jesús era hijo biológico de María y de un hombre, hombre que o bien fue su esposo José, o bien fue otro hombre, y en este segundo caso probablemente un legionario romano.

Fíjate en esto: los mismos apologetas católicos que se esfuerzan (con éxito) en demostrar la existencia histórica de Jesús, no hacen lo mismo con la historia del ángel que se aparece a María anunciándole que quedará encinta del Espíritu Santo (sin su esposo José) y dará a luz un redentor, más la hostil y cambiante actitud de José al respecto. Eso huele a fraude porque es un fraude perpetrado por los redactores evangélicos. Choca con todos los datos biológicos, históricos, teológicos y religiosos disponibles, empezando por el propio Jesús y su biógrafo primero, san Pablo, que jamás mencionan ni sugieren el portentoso caso.
¿Y por qué? Pues porque, en el fondo, saben bien esos propagandistas católicos que científicamente vale sostener la existencia histórica de Jesús, mas que sostener que Jesús es hijo de María y de un espíritu extrahumano, con José como mero consorte formal para guardar las apariencias sociales... es como empecinarse en sostener que Enric Marco sí que sufrió durante años los horrores de un campo de concentración nacionalsocialista en el Tercer Reich.

Y no son tan idiotas, oye. Por ello recurren al clásico truquito. Truquito que reza así.

* La historicidad de Jesús está demostrada científicamente y no depende de la religión en la que uno crea.
* La aseveración de que Jesús fue concebido en el vientre de María por obra y gracia del Espíritu Santo no es un hecho histórico estrictamente hablando, sino una cuestión de fe.

Eso, claro, no libra a los católicos (ni a los testigos de Jehová, que en este punto tienen una doctrina similar) de ser desacreditados por sostener durante milenios un fraude histórico ya evidente antes y más evidente ahora con las herramientas hermenéuticas de que disponemos.

Sí, Caba. Por mucho que te pese, la ciencia no pone en cuestión meramente, sino que refuta la historia del embarazo virginal de María albergando en su vientre a Jesucristo. Del mismo modo que la ciencia refuta, y no deja en duda, la validez curativa de la homeopatía. Ambas alegaciones son mentira.

Y ni en ciencia ni en religión podemos aceptar la mentira, ¿verdad, Caba?
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Caba
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Re: Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

Mensaje por Caba »

Hola, @Alexandre Xavier.

Supongo que lo de la literalidad es debido a cómo me he referido a «las propias creencias personales de uno». En efecto, hay que leer en contexto.

Así que no, ni estoy "mandando a la porra" a ninguna ciencia, pero es que ni estoy postulando ningún dualismo en paralelo intocado mutuamente entre ciencia y religión.

Y no acabo de entender, ¿qué tiene que ver la vida del Jesús histórico, sea su concepción milagrosa un fraude o el producto de una mala traducción? Es como si me traes que el pecado original no existe, puesto que la menstruación es lo más natural del mundo.

¿Qué tiene que ver esto con la demostración o refutación desde la ciencia de la existencia del Dios abrahámico?

Te lo expreso de otro modo, la ciencia no niega de forma categórica, sino que se centra en lo que puede ser demostrado o sustentado con pruebas. Y es que el marco de funcionamiento de la ciencia son la falsabilidad y las pruebas empíricas: si algo se demuestra o se refuta, ya forma parte del ámbito de la lógica científica. En esta lógica científica, hay que proporcionar pruebas para sustentar una afirmación.

Por otro lado, la ciencia no está para «negar» todo cuanto se nos ocurra, puesto que sería una tarea interminable. De hecho, desde esta lógica científica no se puede «probar» la no existencia de algo. Y menos aún entidades que, en un principio, son, como el Dios abrahámico. Y es que no está en el ámbito científico validar o invalidar cuestiones que no le pertenecen, como mucho puede sugerir que no hay pruebas que respalden tal idea.

Así que empíricamente no se puede demostrar —es que ni se intenta— a Dios, sencillamente porque no disponemos de herramientas que puedan estudiar tal empresa. Quien lo intente es un tuerce botas en ciencias. Pero peor es querer probar la inexistencia.
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Dosyogoro2
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Re: Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

Mensaje por Dosyogoro2 »

Vuelvo a repetir o reiterar. La ciencia no puede ser ni naturalista, ni materialista, ni cientificista. La ciencia sólo es rigor recursivo sobre aquello que se ha comprobado bajo metodología para relatar la naturaleza comprobada (bajo la metodología científica), lo que permite un rigor honesto recursivo y nada más. Que dentro de estos límites pues claro que no aparecen conceptos especulados que por sus caraterísticas no pueden catalogarse de ciencia.

Y digo especulados por usar un nombre sobre ese tipo de relatos que no estan en la ciencia. Estas especulaciones pueden ser sobre sobrenaturalidades, es decir, sobre sustancias que están fuera de la Naturaleza, pero igualmente pueden ser especulaciones sobre la misma Naturaleza, sobre una Naturaleza que no está en la ciencia (naturaleza comprobada), pero que se especula a partir de relatos sobre la naturaleza comprobada o ciencia.

Pero ahora hay que añadir un matiz, que ya se ha expuesto. No cualquier especulación sobre la naturaleza comprobada se puede categorizar de teoría o especulación científica.

Para ser especulación científica no vale con la característica de poder ser comprobable, porque cualquier idea o especulación sobre la natuaraleza no comprobada tiene la cualidad de ser comprobable. Para ser especulación científica hay que no sólo basarse en la naturaleza comprobada (repetición de experimentos), sino que sus especulaciones tienen que producir predicciones y entonces algunas de sus predicciones tienen que empezar a ser comprobadas (no comprobables, sino comprobadas), y entonces a partir de ahí empiezan a ser catalogadas de especulación científica o teoría científica, en el que se abre un curso en donde se tienen que seguir comprobando sus predicciones para seguir manteniendo ese estatus de teoría o especulación científica, cuantas más comprobaciones comprobadas más se relata que la especulación está más fundamentada en datos comprobados y mejor posición toma como teoría o especulación científica.

Por esto hablar de que en la naturaleza hay una emergencia natural que provoca una espiritualidad en la cual todos los seres espirituales somos lo mismo y nos une con una entidad (que no es fundamental o creadora o productora de la naturaleza) y que es finalidad de la naturaleza inanimada, pero que es como una finalidad de una naturaleza inanimada fundamental (que no es espiritual como sustancia fundamental) no puede catalogarse de ciencia, ni de especulación científica.
  • Pero es que además dentro ya del campo de la metafísica o especulación presenta algunos problemas para constituirse de relato o consistencia o coherencia o racionalidad. Problemas que a lo mejor afinando se podrían solucionar.

    La filosofía no niega ni nada, mientras haya relato o concepción o idea o coherencia o consistencia. Si no hay relato (ni concepto, ni significado, ni consistencia, ni relación, ni idea, ni pensamiento, ni imaginación), pues tampoco hay ni nada que negar.

    La ciencia sí niega, pero no de una forma filosófica, sino de una forma rigurosa de recursividad con su campo de trabajo, es decir, separa o diferencia, lo que está comprobado (experiencia repetida o compartida o comprobada) y lo que no está comprobado y por lo tanto no está dentro de esa categoría, lo cual mantiene un rigor categórico.

    Esto quiere decir que hay mucho más conocimiento que el conocimiento científico, el cual (conocimiento científico) tiene un valor funcional, útil y operarivo dentro de la vida como concepto comprobado o de la naturaleza comprobada o científica, sin que por ello se niegue de forma filosófica (otros significados de la vida fuera de la ciencia) otras formas o campos de conocimiento de la misma filosofía (la ciencia es un campo de la filosofía, la filosofía natural comprobada) porque ya entran en otras categorías o campos de la filosofía (por eso la ciencia no puede ser naturalista o materialista o cientificista, y por eso hay grandes científicos con rigor científico que luego tienen sus creencias personales como filosofía, en este caso usada como metafísica o metaciencia, que no se inmiscuyen con su rigor científico, de otros conocimientos sobre el significado de la vida ya fuera de la ciencia.




Lógica versus costumbrismo natural. Por otra parte tampoco podemos mezclar la racionalidad como un única herramienta de la ciencia, y del costumbrismo natural. Los guiones ficticios necesitan de racionalidad o coherencia o lógica. Las matemáticas necesitan de racionalidad y no siempre las matemáticas describen un costumbrismo natural.
  • Sin entrar en el origen o fundamento de la racionalidad. La racionalidad se rige por dos principios, el de identidad (si hablamos de un concepto ese concepto es ese concepto y no otro) y de ahí el de no contradicción.
    • Lo que no quiere decir que puede haber conceptos que se conceptúen de contrarios o diferentes posiciones o conceptos (que no contradictorios), yo puedo ser amable y desaborido indefinidamente, y sólo cuando se me interaccione entonces mostraré o el lado amable o el lado desaborido, lo cual muestra que no soy ni amable, ni desaborido de manera objetiva en una sola caraterística, sino que tengo las dos posiciones a la vez o en indefinición y hasta que se me interacciona no se puede definir si soy amable o desaborido y tampoco eso significaría que soy así objetivamente, sino que igualmente esa característica es dada por la misma interacción, por eso para unos puedo aparecer amable, y para otros desaborido, aunque a lo mejor hay una probabilidad mayor de encontrarme amable que desaborido. Por esto hay que tener mucho cuidado con el tercero excluido que no lo considero un principio de la racionalidad porque hay que matizar siempre los casos (porque muchas veces no se cae en contradicciones o incoherencias o aporías o inconsistencias).

El espagueti volador es una posición irónica, sarcástica sobre posiciones especulativas que parten desde un naturalismo o materialismo y cientificismo (que son también posiciones especulativas). Recordar que el naturalismo (la naturaleza es la única sustancia fundamental de la Realidad, pero en ella pueden caer especulaciones sobre la naturaleza no comprobada o no científica) es diferente al cientificismo (sólo la naturaleza comprobada es VERDAD y sólo desde ella se da una sustancia fundamental de la Realidad). Dentro de la ciencia puede haber una tendencia al naturalismo, pero nunca al cientificismo. Recordando y reiterando que tanto el naturalismo como el cientificismo son especulaciones fuera de la ciencia.
Hay exposiciones, pensamientos, discursos del lenguaje que son incoherentes, lo que puede cambiar es que se cataloguen correctamente como incoherentes.
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Alexandre Xavier
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Re: Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

Mensaje por Alexandre Xavier »

Caba escribió:Hola, @Alexandre Xavier.

Supongo que lo de la literalidad es debido a cómo me he referido a «las propias creencias personales de uno». En efecto, hay que leer en contexto.

Así que no, ni estoy "mandando a la porra" a ninguna ciencia, pero es que ni estoy postulando ningún dualismo en paralelo intocado mutuamente entre ciencia y religión.

Y no acabo de entender, ¿qué tiene que ver la vida del Jesús histórico, sea su concepción milagrosa un fraude o el producto de una mala traducción? Es como si me traes que el pecado original no existe, puesto que la menstruación es lo más natural del mundo.

¿Qué tiene que ver esto con la demostración o refutación desde la ciencia de la existencia del Dios abrahámico?

Te lo expreso de otro modo, la ciencia no niega de forma categórica, sino que se centra en lo que puede ser demostrado o sustentado con pruebas. Y es que el marco de funcionamiento de la ciencia son la falsabilidad y las pruebas empíricas: si algo se demuestra o se refuta, ya forma parte del ámbito de la lógica científica. En esta lógica científica, hay que proporcionar pruebas para sustentar una afirmación.

Por otro lado, la ciencia no está para «negar» todo cuanto se nos ocurra, puesto que sería una tarea interminable. De hecho, desde esta lógica científica no se puede «probar» la no existencia de algo. Y menos aún entidades que, en un principio, son, como el Dios abrahámico. Y es que no está en el ámbito científico validar o invalidar cuestiones que no le pertenecen, como mucho puede sugerir que no hay pruebas que respalden tal idea.

Así que empíricamente no se puede demostrar —es que ni se intenta— a Dios, sencillamente porque no disponemos de herramientas que puedan estudiar tal empresa. Quien lo intente es un tuerce botas en ciencias. Pero peor es querer probar la inexistencia.
Hola, Caba.
Comenzaré esta vez refutando una célebre tesis (que asumes) de los partidarios de poner en paralelo intocable mutuamente a la ciencia y a la religión. Esta tesis, aplicada clásicamente a la existencia de Dios, dice así.

Las inexistencias no pueden probarse.

¡Falso! Y, para demostrarlo, acudiré a dos ejemplos clásicos de hidrozoología, la ciencia que estudia a los animales acuáticos.
La hidrozoología se planteó durante siglos dos cuestiones distintas, aunque muy relacionadas: ¿existe el monstruo del lago Ness? ¿Existen los calamares gigantes? Son dos cuestiones contingentes en la biosfera acuática, en vez de una cuestión necesaria en la biosfera aérea, en la capa inferior de la atmósfera donde puede haber animales voladores. Porque ahí, en el cielo habitado por animales voladores, rige una ley física y metabólica empírica bien establecida, ley que dice lo siguiente.

No hay en el cielo animales voladores con más de veinte quilogramos de peso.

No los hay, y los que están el límite máximo, unos quince quilogramos, experimentan serios problemas para el aterrizaje y, sobre todo, el despegue. Porque la anatomofisiología de la vida existente en este planeta pone unos límites aerodinámicos infranqueables, salvo casos paranormales como el del monje san José de Cupertino, que se salen de la biología ordinaria. Dumbo, el elefante volador, sólo puede existir en las películas de dibujos animados y cosas así. De manera que ya solamente este caso, el caso de los animales voladores, refuta esa frase que te gusta y establece, en cambio, esta otra frase científica demostrada.

Las inexistencias pueden probarse.

¿Puede haber aves voladoras con veinte quilogramos de peso? Es muy improbable, pero no del todo imposible. Tales animales, que serían con seguridad ejemplares grandes de especies ya existentes, como la avutarda, harían grandes esfuerzos por levantar el vuelo, y utilizando pequeños barrancos o desniveles podrían encontrar el equilibrio dinámico ascendente para iniciar el vuelo, contando con un viento favorable. Podrían volar en tales casos. En cambio, si hablamos de animales voladores con el peso de grandes aves adultas no voladoras, caso típico de un avestruz macho con incluso ciento cincuenta quilogramos de peso máximo... eso es ya totalmente imposible según las leyes naturales de la biosfera.

Volvamos ahora a la cuestión de la existencia o inexistencia no necesaria sino contingente sobre estos dos clásicos de la criptozoología: el monstruo del lago Ness y el calamar gigante. La existencia de alguno de estos monstruos acuáticos no es incompatible con ninguna ley de la biohidrosfera. Determinar si alguno de ellos existe es cuestión de investigación zoológica concreta.
En cuanto al calamar gigante, había pruebas indirectas recurrentes, en los relatos hechos por marineros y pescadores. Faltaban indicios materiales directos, empero, mas la talasología, en el siglo XX, empezó a encontrar cadáveres bien conservados de estos grandes bichos marinos. Los marineros y pescadores no mentían ni se equivocaban, pues, aunque todavía estaba por determinar si lo encontrado correspondía a cadáveres o fósiles bien conservados de una especie ya extinta. Y, a finales del siglo XX, el mítico kraken, el calamar gigante, fue observado vivo en las costas cantábricas y otras zonas marítimas.

El calamar gigante existe.

¿Y el monstruo del lago Ness? Parece que no; maticemos esto, sin embargo.

En los lagos de Escocia y zonas cercanas de las Islas Británicas la intercomunicación acuática es frecuente en estas tierras tan bajas, entre los propios lagos y entre los lagos y el mar. Por eso el monstruo del lago Ness, de existir, puede ser de origen fluvial, lacustre o marítimo.
Ahora bien, la cuestión no se queda en interés científico. Hay un interés turístico y económico tan elevado en torno al tema que incluso el gobierno escocés ha sacado una ley preventiva que declara a Nessie, como cariñosamente lo llaman los escoceses, especie protegida que no se puede matar ni pescar. Porque si el animal aparece, va a ser una mina de oro para el turismo escocés, así que hay que conservarlo vivito y coleando para los turistas mirones que lo fotografiarán una y otra vez.
Y por eso la hidrobiología actual concluye una negación... relativa de la existencia de Nessie (pronunciación: Nesi).
O sea: el interés económico en torno al tema es tan grande que, a lo largo de los años, ha financiado un rastreo exhaustivo del lago Ness, en busca de Nessie.
¿Se ha encontrado algo? Sí, se han encontrado animales filiformes nadadores de poco tamaño y mediano tamaño en el lago Ness. Estos animales presentan un escaso interés económico turístico. Como mínimo, se necesitaría un bicho largo como un delfín grande, y de cuello vistosamente alargado cual jirafa.
No hay nada parecido. Ni fósiles. Y en los lagos escoceses cercanos, tampoco. Y en la cercana costa escocesa, tampoco.
El monstruo del Lago Ness es, muy probablemente, una exageración procedente de la observación por viajeros, marineros y pescadores, en la zona, de animales parecidos al postulado pero mucho más pequeños. Concretamente, a veces grandes esturiones o tiburones boreales pasan por esas aguas. No pueden quedarse allí permanentemente alimentándose y procreando, por insuficiencia de recursos alimentarios en el lago Ness. Aunque sí pueden haber sido observados, incluso borrosamente fotografiados, por avistadores de la zona. De todo lo cual concluimos lo siguiente sobre Nessie.

No existe el monstruo del lago Ness como gran animal acuático que viva permanentemente en las aguas de ese lago escocés.

Las inexistencias, oh Caba, sí que pueden probarse científicamente.

Y me dirás: ya, Alexandre, pero es que con la existencia de Dios no tratamos de criptozoología, sino de metafísica, donde las cosas son completamente diferentes.

Matizaré, para empezar, que en esta discusión siempre me refiero expresamente al Dios oficial judeocristianoislámico. Porque los libros del canon bíblico, incluyendo el Corán como libro bíblico muy tardío, se pueden interpretar de modos distintos; y es clásica la existencia de grupos judíos, cristianos o musulmanes que, en vez de la creación desde la nada, dicen que hay una creación dentro de la potencia de Dios; dicen que la creación es una manifestación de una realidad potencial ya presente en Dios, y que Dios posteriormente decidió convertir en acto, desde sí mismo. Es la teoría metafísica de la creación manifestativa, próxima a la teoría del surgimiento del mundo por emanación desde Dios. Y no estoy negando aquí al Dios de esos hebreos, nazaríes o islámicos algo heterodoxos. Me limito aquí a analizar, y negar, la existencia de ese Dios al que con mucha precisión he aludido.

Ojo, pues: no niego en principio que exista de algún modo el Dios abrahámico.

Lo que aquí niego, insisto, es solamente la existencia del Dios oficial judeocristianoislámico.

El ejemplo que he puesto sobre la existencia de Jesús es pertinente porque afecta al cristianismo y al mahometismo (aunque no al judaísmo ortodoxo). Si Jesús no hubiera existido históricamente, estas dos religiones quedarían automáticamente invalidadas. El nexo entre religión y verdad histórica existe sólidamente, pues.

La ciencia y la religión no son desvinculables por completo.

Y el fraude sobre el Espíritu Santo embarazando a la virgen María, del futuro bebé Jesús, sin cópula sexual de José u otro hombre, daña seriamente a los católicos, los testigos de Jehová y otros grupos cristianos que admiten esta patraña. Porque, bien lo sabes, la mentira tiene las patas muy cortas.

Por eso ponen cara de póquer ante la gente nada hostil, nada anticristiana pero tampoco dispuesta a comulgar con ruedas de molino, que los inquiere sobre el espinoso tema. El mahometismo ortodoxo (suní) también admite la virginidad de María al concebir a Jesús, mas como dato secundario heredado del Nuevo Testamento cristiano e incorporado al Corán y la Suna (tradición) sin considerar de ningún modo apóstata o hereje al musulmán que niega esto, lo pone en cuestión o lo interpreta de modo simbólico en vez de biológico material. No es un tema central para la fe musulmana.

Es cierto que esta superchería sobre la concepción y el nacimiento de Jesucristo no es propiamente un asunto metafísico. Pero aquí la he tratado extensamente para hacer hincapié, machaconamente, en que la verdad fáctica importa, y mucho, en temas religiosos. O metafísicos.

Así que, más allá de quién fue el padre biológico o suprabiológico de Jesucristo, entraré a saco en la cuestión metafísica sobre la que me inquieres.

¿Existe el Dios abrahámico según la versión oficial mayoritaria de la corriente bíblica judeocristianoislámica en religión y teología?

Pues no. Y no necesito argumentar largamente. Porque Rudolf Carnap ya lo ha hecho por mí, en lo esencial.

El conocido filósofo, epistemólogo y metafísico alemán expone, para empezar, algo bien conocido: que el Dios oficial judeocristianoislámico tiene ciertas propiedades empíricas presentadas sin duda en los grandes textos fundacionales de las religiones judeocristianoislámicas y en las interpretaciones teológicas oficiales mayoritarias de estas corrientes religiosas.
Y entonces Rudolf Carnap confronta las descripciones de los hechos y las propiedades que se atribuyen a tal Dios con lo realmente observado y experimentado. De lo cual se deduce sin dudas una conclusión: estos hechos son falsos, no han ocurrido ni se observan en la realidad empírica.
Por lo cual saca una conclusión que expondré a continuación, teniendo en cuenta que Rudolf Carnap simpatizaba con el esperanto y lo empleaba.

La judokristislamista Dio, laŭ sia oficiala priskribo, ne ekzistas.

O sea, en castellano de Valladolid, lo siguiente.

El Dios judeocristianoislámico, según su descripción oficial, no existe.

¡Es que no hace falta continuar con la investigación, una vez que los hechos primarios inherentes a la descripción del asunto investigado han sido completamente refutados al intentar su comprobación empírica!

Luego, sí, el Dios oficial judeocristianoislámico tiene o puede tener otras propiedades de difícil o imposible observación. Pero el caso es que también tiene propiedades alegadas comprobables científicamente. Y tales supuestas propiedades han sido rechazadas por la investigación científica. O sea, que ese Dios no existe.
Y eso no implica negar forzosamente al Dios abrahámico. Implica, eso sí, que, en caso de que exista, su naturaleza será diferente a la del Dios oficial judeocristianoislámico.

¿De verdad no entiendes, oh Caba, que el Dios abrahámico es un concepto formalmente diferente (y cronológicamente anterior) al concepto del Dios oficial judeocristianoislámico, de modo que el rechazo del segundo concepto no implica automáticamente rechazar al primer concepto?

Ya sé que entender la diferencia no está al alcance de cualquier caletre. Mas sí que está al alcance de tu caletre, ¿no?
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Re: Exposición científica sobre el debate de dios en ciencia.

Mensaje por Dosyogoro2 »

Reitero.

Se sigue mezclando ciencia (naturaleza comprobada en repeticiones experimentales) con especulaciones o metafísica o "metaciencia".

Reitero, la ciencia no niega las especulaciones, lo que hace es diferenciar lo que está comprobado en la naturaleza comprobada (valga la redundancia) y lo que no está comprobado en la naturaleza comprobada.

Si partimos sólo desde la ciencia o naturaleza comprobada, pues claro que no hay dios, ni hay monstruos, ni la inmaculada concepción, ni pájaros con sobrepeso, porque eso no está en la naturaleza comprobada. Y no es que la ciencia niegue absolutamente estos conceptos, lo que niega es que sean ciencia, lo que dice es que no aparecen en la naturaleza comprobada (ni se pueden hacer especulaciones científicas porque no se basan en datos comprobados o científicos y no pueden hacer predicciones que lleguen a ser comprobadas y a partir de ahí seguir comprobando sus predicciones).

Pero en metafísica o "metaciencia", ya no hace falta el rigor categórico de la ciencia (lo comprobado en la naturaleza comprobada -repeticiones experimentales-), y por lo tanto todas las especulaciones son posibles, luego dentro de esas especulaciones habrá algunas más creíbles y otras menos, otras mejor razonadas (relatadas) y otra peor razonadas (relatadas), y en ese caso entonces el rigor es racional o relacional o especulativo ("metaciencia" o metafísica como razón especulativa).
  • A veces el valor de esta credibilidad se basa en posiciones cientificistas, porque la especulación intenta entrar en la categoria de especulación científica, sin serlo. Es decir, si se expone un relato que intenta entrar en la categoría de especulación científica, es normal que entonces que se haga un debate (investigación, estudio, juicio) sobre ese relato desde posiciones científicas.

    Otras veces el análisis de esa credibilidad se basará en posiciones racionales (metafísica), desde la racionalidad especulativa, desde el mundo racional especulativo, y por ello nos parecerá más creíble o racional dentro de la categoría metafísica. Siendo que en metafísica, mientras haya relato será válido, pues hay concepto o relato o idea o argumento o significado.

    Ya diferente es la fe en "ignósticos" que igual es respetable, pero que en rigor categórico no se pueden catalogar de racionales (no metafísicos), (ni de científicos o naturaleza comprobada), porque no hay ni nada que razonar, ni relatar.
Hay exposiciones, pensamientos, discursos del lenguaje que son incoherentes, lo que puede cambiar es que se cataloguen correctamente como incoherentes.
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