La intención ante el galimatías era establecer algo cierto, sobre lo que poder seguir construyendo, y ahora seguimos.Nodea escribió:No lo has entendido porque todo el texto es engañoso desde el principio, solo al final en esencia se expresa la idea que quiero dar: Luz y sombra, conjugación malinterpretada, hermanas de la misma pretensión y jamás conocidas como tal.
Aun así me ha gustado tu interpretación, porque está muy pensada, y sobretodo porque es cierta en base a lo que has entendido por sombra y luz, pero no en base a lo que yo tuve intención (muy mal lograda). Pero es normal, es tan simple, general y confuso que no es posible que entendáis lo que quise decir, pero es que también mi proposito no es que me entendáis, pues como bien dices el texto es pura sombra, vosotros sois la luz que ilumináis dicha sombra.
Si tu propósito es que no te entendamos y nosotros somos la luz que iluminamos dicha sombra, entonces, la luz que arroja mi entendimiento y mi interpretación son tan buenas como cualquier otra, y por tanto mi interpretación es correcta.
Lo que sería incorrecto (desde un punto de vista comunicacional) con respecto a lo dicho es hacer un texto suficientemente ambiguo no como para que haya varias interpretaciones, sino como para que haya interpretaciones no deseadas. Las cosas se pueden decir con doble sentido, triple, etc. uno puede expresarse hablando entre líneas y será necesario leer así, incluso metafóricamente, y por esto Jvahn te dice que es mejor que haya una metáfora de más, porque así los sentidos válidos son la intersección de las interpretaciones posibles para cada metáfora.
En este caso, dando demasiada libertad de interpretación, si la interpretación que he realizado es posible acorde con el texto pero no es deseada por el autor, en este caso tú, entonces lo que falla no es el proceso de decodificación del texto sino el de codificación del mensaje, enviando un mensaje que, según interpretación, puede ser un mensaje distinto al que se quiere enviar.
Por eso muchos, desde la pragmática que impone el respeto al tiempo propio y ajeno, decimos que las cosas claras y el chocolate espeso. Cuando no se habla con claridad en ocasiones lo que se puede hacer es no decir nada, pero dada la capacidad de entendimiento del ser humano lo más probable es que se diga algo, que no es lo que se quiere decir, e incluso que varias interpretaciones semánticas distintas sean posibles para un mismo mensaje, pudiendo estar, o no, la correcta entre ellas.